Correo
El concepto de industria
Tengo la percepción que la palabra industria, en esta generación y algunas de las pasadas, resuena como una expresión no grata para gran parte de la sociedad, sobre todo para aquellos que estamos viviendo las consecuencias de una revolución industrial que no consideraba en su quehacer el medioambiente y los ecosistemas como parte "viva e interactuante" de un nuestro territorio y planeta.
Es sabido que el crecimiento o desarrollo industrial, con todas sus variables y constantes, promueve la activación económica y personal mejorando la calidad de vida de los ciudadanos, pero a su vez estimula significativas transformaciones en el entorno social y ambiental, algunas con impacto positivo, pero muchas que ocasionan un desequilibrio, contaminación, calentamiento Global, velocidad del cambio climático, entre otros, en la conexión de los distintos ecosistemas que se configuran en un solo punto, la tierra.
En el colectivo, seguramente, se asocia la palabra industria a maquinas o grandes estructuras que en su momento se destacaban por su nivel de productividad y desechos "invisibles", es así como crecimos viendo industrias con grandes chimeneas emitiendo sus gases al aire y tubos que desembocaban en el mar o algún cause de agua destruyendo ecosistemas y transformado severamente el entorno, casi normalizando esta situación, quizás por desconocimiento de las consecuencias. Hoy, en un nivel de conciencia más avanzado y con más conocimiento y acceso a la información gracias a internet y las redes sociales, nos damos cuenta de los errores que hemos cometido como personas y profesionales al seguir con una economía lineal y obsoleta que no considera los distintos ecosistemas.
Debemos pasar desde una Economía lineal a una Circular en todas las industrias, aplicado este modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes reproduciendo el comportamiento de la naturaleza, pero para ello es necesario aclarar el significado de la palabra industria y la implicancia que tiene su quehacer.
Danilo Hernández, ingeniería civil Industrial , UNAB
Aspiraciones sociales
Del hecho que un mismo documento jurídico contemple derechos económicos (o sociales) y libertades civiles no se puede concluir que ambos sean idénticos en su naturaleza. En este error caen todos aquellos que se limitan a señalar tratados internacionales suscritos por Chile para demostrar que los derechos sociales serían idénticos a otros derechos fundamentales.
Por muy nobles y apremiantes que sean ciertas aspiraciones sociales, consagrarlas como derechos no es suficiente para su materialización, toda vez que esto último dependerá, principalmente, de las condiciones económicas del Estado y de una práctica política eficiente que permita satisfacer estas demandas de forma sostenible en el tiempo.
Es más, al identificar estas aspiraciones sociales como una pretensión exigible ante los tribunales de justicia, no hacemos más trasladar desafíos estrictamente políticos a una sede judicial, dejando que autoridades no electas democráticamente decidan sobre políticas públicas que corresponden a cargos de elección popular, afectando gravemente la democracia plena que los promotores de los derechos sociales dicen defender.
Juan L. Lagos, FPP
Transformación digital
La transformación digital que veníamos experimentando, paulatinamente en Chile, se vio acelerada por la pandemia. Si bien las brechas de acceso en las últimas décadas, se habían acortado, llegando a tener una conectividad móvil cercana al 98% en zonas urbanas en 2020, se confirma que los usuarios no estábamos capacitados para enfrentar tareas como trabajar o estudiar, permanentemente, de forma remota.
Según el Primer Barómetro del Bienestar Digital, que desarrollamos desde Fundación Nativo Digital, con Movistar Chile, la nueva brecha que enfrentamos en materia de desarrollo tecnológico, tiene que ver con las competencias de los usuarios en el ecosistema digital.
Sorprende que mientras un 70% de chilenos y chilenas entre 8 y 75 años, dice tener un conocimiento profundo del mundo online, la investigación confirma que ese mismo grupo de usuarios tiene conductas de riesgos, como aceptar cuentas desconocidas en redes sociales (74%), o afirmar que sus datos se encuentran seguros en la nube (76%), incluso creer que lo que está en internet es verdad (61%).
Asimismo, ocho de cada diez usuarios declaran que lo primero que hacen al despertar es ver su teléfono móvil, y lo último que hacen antes de dormir, es revisar su celular. Es decir, somos "heavy users". Al detenernos en las conductas cotidianas, encontramos que son principalmente acciones de entretención -escuchar música (80%), ver videos o películas (60%)- o acciones de comunicación -Redes sociales (94%), llamadas y chat (75%)-. Pero la usabilidad funcional, como trabajar o estudiar, está muy detrás en las preferencias de las distintas generaciones. Lo más preocupante, que revela el Barómetro, es que uno de cada tres usuarios confirma que han tenido alguna situación de acoso o agresión en el espacio online.
Pablo Christiny, Director Ejecutivo de Fundación Nativo Digital.