Mercado inmobiliario
La reciente baja histórica de la tasa de interés, sumado a los ofertones de créditos hipotecarios, y la mayor liquidez generada por el retiro del 10% de las AFP, ha generado una reactivación en el mercado inmobiliario en todo el país.
Esto ha logrado reactivar la baja actividad del segmento, donde la pandemia estancó el rubro durante en el segundo trimestre de este año. Con el cierre del tercero, hemos visto alzas de 36% en cotizaciones por casas, y un 47% en departamentos.
Esto es positivo, no solo para quien está buscando adquirir una vivienda, también para quien se encuentra en la necesidad de generar ingresos de forma urgente y es propietario. Si queremos que estas medidas tengan un mayor impacto, es importante que se mantengan. De subir las tasas, es probable que este impulso baje.
Hoy más que nunca, el sector inmobiliario puede redistribuirse a precios más competitivos. Con el auge del Teletrabajo la gente podrá buscar alternativas en comunas más alejadas, viviendo en inmuebles de mayor superficie a un menor precio y mejorando su calidad de vida. Por lo que, quienes conformamos el mercado, debemos hacer lo posible para extender este escenario.
Claudia Castro, gerente Yapo.cl
Esfuerzos para revertir el cambio climático
Si Estados Unidos, el segundo emisor de gases de efecto invernadero del planeta se uniera a la promesa de China de detener sus emisiones de carbono antes del año 2060, estaríamos bajo un escenario aún más favorable para la humanidad, pues esto podría ayudar a persuadir a otros países como India e Indonesia a tomar la misma postura ambiental y así dar paso a una sociedad sostenible.
Sin duda, se requiere aunar responsabilidades y compromisos, sobre todo de las grandes potencias para que se pueda avanzar en limitar el aumento de la temperatura por debajo de 1,5°C. China asume un gran desafío, lo que requerirá a su vez la construcción de centrales a carbón e impulsar el uso de energías renovables, considerando que sólo el 2019 el país emitió 10,6 billones de toneladas métricas de CO2.
Chile en esta materia ya ha tenido avances diversificando su matriz energética, sin embargo, luego de la COP25 y al no firmar el Acuerdo de Escazú, se contradice en sus esfuerzos medioambientales, ya que por una parte pierde el liderazgo que traía al no dar la urgencia requerida para que se avance en la materia, y por otra asegura que nuestro país ya ha avanzado en legislación ambiental.
Debiésemos tener presente que es importante reaccionar prontamente antes que el calentamiento global haga peligrosa la subsistencia del ser humano y la biodiversidad. Esto, considerando que aún hay bastantes temáticas ambientales que afectan al país, como la extracción minera, los monocultivos, el acaparamiento de agua, entre otros, que se suman al aumento de gases de efecto invernadero.
Natalia Torres, directora Ingeniería Industrial , Universidad de Las Américas
Competitividad fiscal
El centro de estudios Tax Foundation dio a conocer su Índice de Competitividad Fiscal Internacional 2020 el cual mide los sistemas tributarios de los países de la OCDE a través de dos criterios: competitividad -capacidad para atraer inversiones- y neutralidad -capacidad para generar la mayor cantidad de impuestos con la menor cantidad de distorsiones económicas-. En el caso de nuestro país, Chile bajó un puesto en comparación con el año pasado, ocupando en esta edición el penúltimo lugar del ranking solo superando a Italia. En tiempos donde la pobreza arrecia y el empleo se vuelve cada vez más escaso, un sistema tributarios alambicado y poco atractivo para las inversiones no contribuye a revertir esta lamentable tendencia.
Mientras Chile está en el lugar número 35 con una puntuación de 46,3, el ranking es liderado por Estonia con una puntuación de 100. Cuatro son los factores que lo ubican en el primer lugar: primero, tiene un impuesto a la renta tipo plano del 20%; segundo, un impuesto sobre sociedades de 20% que se aplica solo a los beneficios distribuidos; tercero, el impuesto sobre la propiedad se aplica sobre el valor de los terrenos en lugar de establecer valoraciones sobre el precio de las propiedades; por último, Estonia deja libre de impuestos al 100% de los beneficios conseguidos en el extranjero por sus empresas nacionales. A primera vista, es evidente que la política tributaria chilena ha tomado el camino opuesto que la estonia.
Juan L. Lagos, Fundación para el Progreso