Correo
Plan de alimentos
Han surgido múltiples cuestionamientos sobre el programa "plan de alimentos para Chile", que buscaba solucionar la problemática de las familias más vulnerables en torno a la alimentación.
La crítica a esta iniciativa es que es muy utópico pensar que se va a saciar el hambre con la entrega de dos cajas en siete meses. Esto nos demuestra nuevamente la desconexión del gobierno frente a la realidad de Chile, trabajando desde el escritorio y no el terreno.
Si se quiere abordar esta problemática a través de entregar de mercancía, se debería haber tomado en cuenta que las personas comen todos los días y no solamente un par de veces siete meses.
Isidora Vivanco
Sobre los 2/3
Algunos sectores han planteado que los dos tercios deben ser aplicados una vez que la Convención haya redactado la totalidad del nuevo texto constitucional. De ser así, sería contrario a la actual tramitación legislativa donde la ley se aprueba artículo por artículo. Pero incluso más importante que eso, qué sentido tendría que los convencionales constituyentes se abocaran a la redacción de la nueva Carta, conformen comisiones de trabajo, generen consensos y redacten el articulado, para que al final, una eventual minoría no este de acuerdo con el texto propuesto, ¿qué incentivo habría para llegar a acuerdos en la redacción de la nueva Constitución?
Desde luego esta será una materia a definir en el reglamento de funcionamiento que deberá aprobar la Convención, sin embargo, resulta evidente que el recorrido de todo este itinerario, primero con el estallido social, luego con el acuerdo del 15 de noviembre y el posterior trabajo que realizó la Mesa Técnica que tuve el honor de integrar, lo que buscaba era avanzar hacia la convergencia, hacia la promoción de acuerdos entre los integrantes del órgano constituyente, entendiendo que el horizonte final es proponer al país una Constitución nacida en democracia, donde sea la ciudadanía mediante voto obligatorio la que apruebe la totalidad del texto elaborado por la Convención. Lo contrario, no solo distorsiona el sentido de todo lo ocurrido, si no que le otorga poder de veto a una minoría que es precisamente uno de los elementos que impulsaron la idea de una nueva Constitución para el país.
Emilio Oñate, UCEM
¿Una reforma necesaria?
Los argumentos que sirvieron para la creación de la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento de Empresas y Personas años atrás son casi los mismos que sostiene hoy el proyecto que quiere modificar dicha normativa.
La experiencia de estos casi 6 años donde ha estado vigente la Ley 20.720, nos ha demostrado que no necesariamente por disminuir plazos o eliminar etapas procesales, los procedimientos se vuelven más eficientes y expeditos, sino que muchas veces es un tema de gestión. Por ejemplo, la Ley 20.720 contempla una duración de 1 año para un procedimiento de liquidación (quiebra) de empresas y 8 meses en el caso de las personas, hoy su duración va de un año y medio a dos, donde la demora la vemos con más frecuencia en la rendición de la cuenta final del liquidador de las liquidaciones sin bienes. Sin embargo, en los procedimientos donde él logra realizar algún reparto de fondos y percibe remuneración, los plazos se cumple con mayor apego a la normativa.
Si consideramos los costos que implican para el Estado un procedimiento de liquidación sin bienes, más los costos que genera al presupuesto fiscal dotar a una institución que fiscalice los procedimientos nuevos correctamente, ¿no será válido cuestionarnos si la modificación podría haber considerado un procedimiento de liquidación de emergencia de carácter administrativo, más que crear un procedimiento nuevo, más breve aún, que podría no solventarse en sí mismo, para cumplir su objetivo?
Si bien uno celebra muchas modificaciones incluidas en el proyecto que pretende ajustar la Ley de Insolvencia, me pregunto si los efectos económicos de la pandemia están abordados de una manera adecuada.
Marcela Poblete, socia Gran Vista Restructuring.
Época de alergias
Se estima que alrededor de un 30% de la población chilena sufre de síntomas derivados de alérgenos de temporada, entre los que se cuentan el moho y los distintos tipos de polen, por ejemplo. Frente a esto una opción que ha tomado fuerza en el último tiempo es la de los purificadores de aire.
No solo en esta época en particular, si no que durante todo el año. Tomando en cuenta los elevados niveles de estos alérgenos durante las últimas semanas y que se prevé que esta situación no cambie por lo pronto, sumado a estudios que proyectan un gran aumento en la población que sufre de este tipo de mal en los próximos años, es de esperar que sea una opción que siga sumando adeptos.
Milena Santos Romay, Daikin