Últimamente he recibo más de una propuesta de distintos partidos para ser constituyente. En primera instancia, me motivó el hecho de poder representar el dolor, las ilusiones y las necesidades de las personas, sobre todo porque estoy en la segunda región más pobre de Chile y conozco la realidad de la gente de la región donde actualmente vivo. Sin embargo, pensé en desistir de estas proposiciones porque uno no puede ser juez y parte.
Fiel a mi pasión por escribir respecto de la realidad que observo y promover buenas prácticas, rescatando el valor de la ética. Hoy decidí escribir sobre el proceso constituyente que se ha transformado en una alfombra roja donde desfilarán distintas personas y personajes que anhelan un espacio de poder. "Poder representar a la gente"
Es por lo mismo que usted querido lector debe saber identificar muy bien a quien elegir. Chile no necesita más personas que se apoyen en otros para su beneficio personal.
El proceso constituyente debe ser un proceso limpio y transparente donde las personas elegidas sean personas idóneas para aquello, no solo técnicamente sino moralmente.
Dónde el propósito sea verdaderamente representar la voz del pueblo y sus necesidades, no buscar una vitrina para una futura carrera política, trascender mediáticamente o el mero afán de traspasar a la historia alimentando el ego del postulante.
En Chile, hay millones de realidades, todas distintas y legítimas. Cada una de esas realidades deben ser escuchadas y consideradas.
No necesitamos un circo mediático en donde cada partido político, gremio u asociación postule a candidatos que representen sus intereses.
Aquí lo único que realmente importa es que las personas que se postulen nunca olviden que representan a la gente y a sus necesidades, no representarse a sí mismos y a sus intereses particulares.
Seguiré apoyando desde mi lado privado a cambiar Chile desde mi humilde poesía.
Camila Zarzar Locutora radial y gestora social