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Libro derriba el mito de dónde nació Carlos Gardel

INVESTIGACIÓN. Autor busca acercar al cantor a las nuevas generaciones y asegura que hoy sería un "rockstar".
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Mostrar el lado más humano del más popular cantor de tango y derribar algunos de los mitos que se tejen a su alrededor, como que su muerte pudo haber sido por un complot o la teoría que asegura que nació en Uruguay, es lo que busca el nuevo libro del historiador argentino Felipe Pigna, que le valió dos años de ardua investigación y viajes para reconstruir, paso a paso, la vida de Carlos Gardel.

"Los documentos son muy contundentes. Él nació en Toulouse, no hay ninguna duda. Está el acta de nacimiento, sus viajes a Toulouse a ver a su familia, su madre... No hay mucho para decir", cuenta el autor a Efe para presentar "Gardel" (Planeta), que es la biografía de un personaje que a principios del siglo XX alcanzó una fama tal que lo convirtió, según Pigna, en el "equivalente a un rockstar" de la actualidad.

Otra de las teorías sobre el lugar en el que habría llegado a este mundo, la más extendida, defiende que el "mago" -una de las tantas formas como se conoce al cantante- nació en Toulouse (Francia) en 1890 y se radicó desde pequeño en Buenos Aires junto a Berthe Gardes, su madre, otra apunta a que nació en la ciudad uruguaya de Tacuarembó, en 1887.

Al respecto, el historiador es rotundo. "Me parecía muy lindo que hubiera nacido en Uruguay, me hubiera encantado, pero no fue así. Insistí, busqué, pero hay relatos que son muy contundentes. Berta Gardes nunca estuvo en Uruguay, no hay una sola prueba", recalca Pigna, que en el libro, y pese a que hay otras versiones, cuenta que el padre de Carlos era Paul Jean Lasserre, pero no asumió su responsabilidad paternal.

El escritor explica que el intérprete de emblemáticos tangos como "Volver" y "El día que me quieras" necesitaba papeles para poder viajar a Europa con una nacionalidad diferente a la francesa, para así librarse de la convocatoria a alistarse para la Primera Guerra Mundial y no ser acusado de infractor.

Aquí entra en juego la "especie de partida de nacimiento" en Uruguay, que Pigna afirma que el cantante obtuvo gracias a amistades en el consulado uruguayo, en Buenos Aires, lo que le permitió después sacar la cédula argentina en 1920 y nacionalizarse argentino en 1923.

Mil y un misterios

Pigna (61), uno de los más reconocidos historiadores de Argentina, también quiere echar por tierra las versiones que apuntan a que estuvo preso en la "cárcel del fin del mundo" de Ushuaia, que recibía a los más peligrosos delincuentes del país. Él está convencido de que los misterios que rodean al "zorzal criollo" no son tales y sólo han buscado enturbiar su figura por tratarse de alguien procedente "de los sectores populares".

Sobre la muerte del cantante por un accidente aéreo en Medellín, en 1935, Pigna llama a "derribar el mito del complot. No hubo nada raro en su muerte, ninguna cosa extraña que tenga que ver con una mano negra o un atentado ".

Los Bunkers y los 20 años de su primer álbum: "Fue algo bien visceral y genuino"

MÚSICA. Con remasterización y material gráfico inédito, banda penquista adaptó sus canciones.
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Amelia Carvallo

Fue en el invierno del 2000 que la Los Bunkers se instaló en Santiago para grabar la placa homónima con la que se dieron a conocer en abril del año siguiente. El quinteto penquista, suspendido desde 2014 hasta nuevo aviso, despachó el viernes hacia diferentes plataformas digitales una versión remasterizada que mantiene lo visceral de aquel registro. La placa también tendrá booklets, edición en vinilo y para la canción "El detenido" acaban de presentar un videoclip dirigido por Camila Urban.

Al teléfono desde Santiago, donde acaba de llegar desde México, el guitarrista y tecladista Francisco Durán recuerda que, en sus primeras, tocatas hacían covers de los Kinks, The Who y The Animals junto con sus propias canciones, una mezcla que, dice, convivía bastante bien.

El bajista Gonzalo López cuenta que Big Sur, el sello que los iba a respaldar, los quería ver en vivo, así que hicieron un barrido telefónico de los posibles lugares donde podrían presentarse, hasta que llegaron a uno llamado Opíparos: "Recuerdo que en el Barrio Brasil también hicimos un concierto en homenaje a músicos que nos gustaban y que habían muerto, algo así como la Noche de los Muertos Vivo. En ese tiempo nos ingeniábamos para hacer cosas, salíamos a pegar afiches cuando teníamos un show importante". Junto a su hermano Álvaro, Gonzalo ya conocía la capital, porque venían a ver a sus abuelos y primos, así que no se sintió tan ajeno al desembarcar en Santiago, una ciudad en la que vivieron enfocados en hacer música. "Cuando llegamos fue: de cabeza a hacer lo que teníamos que hacer, llegamos a trabajar. Conocíamos muy bien la ruta de la micro en Recoleta, la 147, que nos dejaba en el centro, y caminábamos a la sala de ensayo. Eso fue durante un año más o menos, lo mismo eternamente a diario", rememora.

-¿Cómo recuerdas la grabación en el estudio Kontastinopla?

-Nos preparamos mucho, teníamos muchas expectativas y nos preocupamos de llegar súper pinteados. Fueron conversadas las pintas, me acuerdo: el primer día todos de chaqueta, el segundo todos de camisa, cosas así, con pura ropa comprada en Bandera. Había harto nervio, Francis no se sintió bien el primer día y tuvimos un viaje en Metro bastante tortuoso. Era la primera vez que estábamos en un estudio de grabación de verdad y, entre la ingenuidad y la ansiedad, el audio de los temas habla por sí solo, son temas súper apurados, algo bien visceral y genuino. También recuerdo las horas de almuerzo en un patio que había atrás, bastante amplio. Nos poníamos a conversar en los momentos que nos dábamos para tomar aire.

Tanto Durán como López coinciden en relevar la importancia de dos personas: Mauricio Melo, de la banda penquista Santos Dumont, quien los condujo a los estudios de Carlos Cabezas, que ofició tras las perillas. "Fueron dos personas llenas de experiencia que nos ayudaron a tener la entereza y la tranquilidad de grabar el disco, de que aminorara la ansiedad, que estuviéramos más concentrados de buscar una buena toma", explica el bajista.

Remasterizacion

Mauricio Durán dice que esta remasterización estuvo a cargo de Chalo González, una persona con la que han trabajado desde hace años. "El disco es básicamente el mismo, la mezcla es igual, eso significa que el balance, los volúmenes, la relación entre los instrumentos, sigue siendo la misma, pero con esta nueva remasterización se pudieron ensalzar algunos aspectos para que sonara más adecuado a los equipos actuales y la forma en que la gente escucha la música hoy. Se generó más potencia, las canciones suenan un poco más equilibradas de cómo las conocíamos hasta ahora. Sobre el material gráfico que incluyeron, comenta que se recopiló material de la época y el testimonio de gente que fue parte del proceso. "Mauricio Melo en su calidad de productor, el mismo Carlos Cabezas a la cabeza del estudio Konstantinopla, gente del mundo de la prensa de esa época, como Marisol García, y otros músicos también, como Claudio Narea".