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Fallece Pierre Cardin: el diseñador que apostó por globalizar la moda

GENTE. Fue el pionero en licenciar sus trabajos y logró que sus trabajos estuviesen en la "calle" que era su objetivo.
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F. Arbulú / Agencias

"Mi objetivo era la calle, que mi nombre y mis creaciones estén en la calle. Las celebridades, las princesas... Eso no era lo mío. Los respetaba, cenaba con ellos, pero no los veía en mis vestidos", comentó Pierre Cardin en una entrevista a "Vanity Fair".

Por ello buscó la fórmula para entrar a los grandes almacenes para popularizar el diseño de vestuario. Hasta en algunas tiendas de retail chilenas se pueden encontrar productos de la marca que creó en 1953.

Este revolucionario de la moda dejó una huella imborrable que ayer fue agradecida por aquellos que siguieron sus pasos y que lamentaron su deceso ocurrida ayer en la mañana los 98 años en en el hospital Americano de Neuilly, al oeste de París.

"Es un día de gran tristeza para toda nuestra familia, Pierre Cardin ya no está. El gran diseñador de moda que fue, atravesó el siglo, dejando a Francia y al mundo un legado artístico único en el mundo, pero no sólo" eso, escribe su familia en un comunicado.

Inicios de su carrera

Cardin nació el 2 de julio de 1922 en la localidad italiana de Sant'Andrea di Barbarana, en el seno de una familia de agricultores que emigró a Francia huyendo del fascismo, y siendo educado en la ciudad de Saint Etienne, este de Francia.

Comenzó a trabajar como aprendiz de sastre, y a los 14 años ya sabía confeccionar sus propios diseños, aptitud infrecuente hoy en el mundo de la moda que a él le permitió traducir sus ideas en piezas reales. A los 17 años empezó a desarrollarse en este oficio en la cercana Vichy y en algún momento soñó con ser actor, haciendo algunos trabajos en el escenario, de modelaje y baile profesional.

Cuando llegó a París, en 1945, hizo máscaras teatrales y el vestuario de la película "La Bella y la Bestia" (ver recuadro infográfico). Después de trabajar con Paquin y Schiaparelli, se unió a Christian Dior, con quien participó en la revolución del "New Look", que consistía en un traje de chaqueta "Bar", marcado en la cintura y voluminoso en la falda que vistió a las francesas en la posguerra y que sin duda influyó en su posterior vestido globo.

Tras abandonar a Dior -de la cual dijo "aprendí la elegancia, evidentemente"- abrió su propia casa de modas en 1950 y tres años más tarde presentó su primera colección. Fue en su propia firma que desarrolló el concepto de prêt-à-porter: la moda ya no eran sólo creaciones a medida, sino la democratización industrial de tallas estándar.

"Mi gran rasgo de genialidad fue el prêt-à-porter cuando no había más que alta costura, que siempre hace perder dinero. Me dijeron que no duraría dos años, pero creí en mi idea. Me han criticado y me han imitado", recordó en alguna entrevista.

Su primer emprendimiento comercial importante al respecto fue cuando se asoció con la tienda departamental Printemps a fines de la década de 1950. Debido a ello fue expulsado por la Cámara Sindical de la Alta Costura en 1959, organización que un par de años después lo admitió tras ver el éxito que cosechó.

En 1965 apareció su colección "Cosmos", que se inspiraba en la carrera espacial y proponía modelos unisex. Y, al año siguiente, se separó de la Cámara definitivamente tras negarse a seguir el calendario de presentación de colecciones, un calendario que aún hoy sigue protagonizando las polémicas entre la Federación de la Moda y sus integrantes.

"Cardinización"

En una carrera de más de 60 años, Pierre Cardin generaba admiración y rechazo de otros diseñadores de moda por su atrevido olfato para los negocios, pues fue uno de los pioneros de la moda en lanzarse, desde los años '60, a los nichos de las licencias (derecho otorgado por una marca a un fabricante o distribuidor de colocar su nombre en su producto a cambio de regalías).

Su emporio siguió creciendo en los años setenta y ochenta, siempre hasta que en 1991 Cardin introdujo la alta costura en la Academia de Bellas Artes de Francia. A causa de sus desencuentros con los grandes modistos, sólo Paco Rabanne le acompañó en la ceremonia.

Pero el modisto y hombre de negocios no se dio por vencido. Lo que comenzó con corbatas con el paso de los años se convirtió un imperio que expandió su nombre hacia el infinito con camisas, sábanas, agua mineral, kits de costura, sitios culturales, diseños, llegando inclusive hasta los productos del restaurante Maxim's, del cual era propietario.

"Tuve olfato para comercializar mi nombre", dijo al diario alemán Sueddeutsche Zeitung en 2007. "¿El dinero arruina nuestras ideas? No sueño con el dinero para nada, pero mientras estoy soñando, estoy haciendo dinero. Nunca se ha tratado de dinero", agregó.

"Me extendí por todos los dominios y mi nombre inundó el mundo entero gracias a mis licencias que aseguran una verdadera solidez a la empresa", indicó en una entrevista a AFP.

En mayo de 2019 reunió 350 "licenciatarios" . "China, Argentina, Brasil, México, Australia y Corea: los licenciatarios venían del mundo entero porque estamos por todas partes. Puede parecer raro, pero yo los conozco a todos", dijo en aquella ocasión a la misma agencia.

Parte del secreto del éxito de su grupo empresarial, más allá de su sólida implantación en China y de su visión de futuro, pasaba por controlar desde París todas las licencias que llevan su nombre y que le reportaban ingresos millonarios.

En 2018, la fortuna de Pierre Cardin estaba valuada en 600 millones de euros, de acuerdo con el ránking anual de la revista "Forbes".

"No bebe, no fuma. Si nota dolor, rechaza escuchar su cuerpo. Maestro de la elipse y la espiral, Pierre Cardin sigue diciendo alto y fuerte que siempre ha existido por su trabajo y por sí mismo. Es un multimillonario que se contenta con un tazón de sopa", decía de él Laurence Benaïm en su libro "Le plus bel âge" ("La mejor edad"). "Siempre fui independiente, siempre fui el dueño de mi marca. Era libre. Los otros eran Arnault, Pinault. Yo soy un 'self made' desde el principio", destacó el propio creador en 2019.

Su modelo de licencias llevado hasta el extremo se convirtió en un caso de estudio en las escuelas de Marketing, bajo el neologismo de "cardinización".

Influencias

Aún estos últimos años, Cardin presenciaba en primera fila los desfiles de Jean-Paul Gaultier, quien dio sus primeros pasos en la moda junto a él, y que ayer escribió en Twitter: "Gracias señor Cardin por abrirme las puertas de la moda y por hacer posible mi sueño".

La diseñadora china Guo Pei también ha reconocido la influencia que el creador tuvo en su obra y la popularidad de la que Cardin sigue gozando en China; así como el nuevo niño mimado de la moda francesa, Simon Porte Jacquemus, amante de su obra y quien ha apostado también por introducir su moda en el diseño de interiores.

"Pierre Cardin era un hombre sin dudas extraordinario. Para él, la creación no tenía compartimentos, ni fronteras entre la moda, el diseño o la arquitectura. Un soplo que impulsó mi imaginario", subrayó a AFP Jean-Charles de Castelbajac, director artístico de la marca Benetton.

En Instagram, la exmodelo Carla Bruni también le rindió homenaje: "Señor Pierre Cardin, usted partió a unirse a su Jeanne y otros ángeles...", escribió en referencia a la actriz Jeanne Moreau, con quien el modisto tuvo una historia de amor durante cuatro años.

Momentos claves

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El vestido globo En 1954 hizo esta creación, la primera reconocible por el gran público, y que se caracterizaba por marcar la cintura y luego redondearse en forma exagerada en torno a las caderas.

Estilista para cine En 1946, el diseñador trabajaba en la maison Paquin y fue uno de los elegidos por el director Jean Cocteau para inventar el vestuario de la película "La Bella y la Bestia". Creó a mano las prendas que probó sobre sí mismo para presentarlas a Cocteau.

El traje de The Beatles Los trajes de chaqueta con camisa de cuello mao con los que Los Beatles pasaron a la historia a partir de los 1960 fueron una creación de Pierre Cardin. Hasta entonces, el grupo aparecía siempre con chaquetas de cuero y camisetas de algodón.

Vestir al pueblo Pese a haber vestido a actrices como Jeanne Moureau y personalidades como Jackie Kennedy, el diseñador aseguró en una entrevista en "Vanity Fair" que vestir a gente elegante no le interesaba.