Es el momento del Hidrógeno verde
La energía renovable y la electrificación de los consumos parecen ser el futuro. Sin embargo, aún existen limitaciones: la variabilidad de generación de energías limpias, el alto costo de su almacenamiento y la velocidad de recarga de baterías. Para superar esos escollos, una gran alternativa es el hidrógeno verde.
En palabras simples, el hidrógeno es un combustible que puede ser obtenido del agua. Para su obtención, requiere de electricidad, y es en este punto donde Chile tiene ventajas sobre el resto de los países, por la abundancia de fuentes renovables.
La oportunidad es mayúscula. Según el Ministerio de Energía, existe un potencial de energía renovable no convencional de 70 veces la capacidad instalada actual.
El H2V se presenta como la opción natural del país para descarbonizar. Además, el desarrollo de su negocio podría alcanzar la importancia del cobre en unos años más.
¿Cómo hacerlo, entonces? A través del impulso mancomunado de todos los sectores, tanto el público como el privado. Con incentivos tributarios, empuje de la industria y el apoyo del mundo científico. Solo así podremos continuar avanzando en la diversificación energética y la tan ansiada descarbonización
Pablo Demarco Gerente comercial de Plataforma Energía
Dimensión Política, un viaje al pasado para entender el futuro
Es cierto que, para comprender el presente y mirar el futuro, a veces, es necesario mirar el pasado, no es menos cierto que la Política Profesional vive una crisis, así como también la politización ha tenido que permear por la fuerza a la ciudadanía, la caída y déficit institucional son el principal detonante de un síntoma aún mayor. El 18 de octubre 2019 y luego, un año después un 25 de octubre 2020 han permitido canalizar una suerte de panacea que devolvería la salud institucional y la distribución del poder. Sin embargo, en la tentativa de capturar la compleja y multitudinaria lista de demandas ciudadanas están los partidos políticos y su capacidad de aglutinar agendas que embriagan a ciudadanos politizados, que culturalmente tienen la costumbre de votar y convocar, sumado a la capacidad de pequeños, pero, atomizados líderes de opinión que son capaces de convencer en escala a células votantes en función de una agenda, de un anhelo y de una visión.
Por otra parte, la historia de la democracia y las repúblicas no es nueva, sin duda los partidos políticos son organizaciones de personas que disputan el poder de las instituciones para llevar adelante sus propias agendas para tener más poder, un hambre insaciable en honor a la ambición de representar la tan añorada voz del pueblo y darle al pueblo lo que es del pueblo. El resultado de lo anterior no ha sido para nada prometedor, al contrario, terminamos en crisis y movilizaciones cada vez con matices de crecimiento, tal como la orquestación de la el Bolero de Ravel, la misma tonada, pero in crescendo, episodios como el 2006, 2011 y ahora 2019 no son más que un síntoma de la misma enfermedad.
Pero entonces ¿Qué viene ahora? Bueno, les comento que para ejemplificar esto, tomaremos un ejemplo sobre la recién creada y apetecida por muchos, Región de Ñuble. A continuación, les mostraré una tabla y gráfica que muestra el peso relativo de los partidos políticos y la fuerza oculta de la independencia, que no es más que un fantasma bajo el velo de la sobre la alta votación y baja representación:
Gabriel Pradenas Sandoval Ingeniero Comercial, Magíster en Políticas Públicas.
Reformar o esperar
Quedan poco más de 400 días para el cambio de Gobierno, y con la salida del ministro Ignacio Briones se abre la pregunta de seguir con una reforma previsional o bien esperar al próximo Gobierno para que lidere una reforma según sus propuestas de campañas, avaladas por la elección presidencial.
Hoy está en discusión una reforma previsional cuyos lineamientos están muy alejados a lo que el Presidente Piñera prometió en campaña, por lo que su electorado no ve con buenos ojos que del 6% de cotización adicional, un 4% se destine a un fondo de reparto y que el otro 4% de propiedad de trabajador lo administre el Estado.
Tampoco las negociaciones previsionales actuales recogen las encuestas de la ciudadanía, en las que sobre el 50% de los encuestados quieren que el 6% de cotización adicional vaya íntegramente a su cuenta, y donde un 35% sostiene que se distribuya en partes iguales entre capitalización y reparto.
Lamentablemente, la discusión previsional ha perdido un horizonte técnico, y si se va a hacer una mala reforma, es preferible que se haga con el respaldo de la ciudadanía con la próxima elección presidencial.
Eduardo Jerez Sanhueza