"Creo que, en algún momento, la perseverancia va a dar frutos"
El 12 de marzo de 2020 se confirmó el primer caso positivo de covid-19 en la región de Ñuble. Once días después, ingresó el primer paciente crítico en los pasillos Hospital Herminda Martín de Chillán. Semanas de incertidumbre, en donde la seremi de Salud, Marta Bravo Salinas, no se imaginaba lo que vendría durante los próximos meses.
Desde ese día a la fecha, la titular de la cartera no ha parado de trabajar. No solo participa de actividades propias de su cargo; también realiza fiscalizaciones, monitorea que las cuarentenas se cumplan y está pendiente de lo que requiere la comunidad para poder lograr aplacar el virus.
-¿Cómo definiría estos casi 12 meses de trabajo en pandemia?
-El trabajo ha sido arduo, ha sido constante, sin tregua, porque la pandemia así lo exige. Cada funcionario nuestro ha reforzado su compromiso con la salud pública y, además, hemos desplegado esfuerzos adicionales para poder dar respuesta a todos los requerimientos sanitarios de las personas. Además, manteniendo los estándares de satisfacción del usuario, que ya nos destacaban anteriormente. Con la pandemia, hemos tenido que intensificar eso, así que, el compromiso de todos los funcionarios es lo más destacable. Sobre todo, desde el primer caso que tuvimos en Ñuble, la trazabilidad, el aislamiento, hemos aislados más de 667 mil casos estrechos entre casos confirmados y probables. En general, las fiscalizaciones en total, 288 mil son las que llevamos, respecto a lo que significa las medidas sanitarias respecto a la pandemia.
-Como seremi, ha estado 24/7 realizando su labor ¿De dónde saca fuerzas para responder al 100%?
-En realidad, yo creo que es la convicción de la perseverancia. Yo creo que, en algún momento, la perseverancia va a dar frutos. Así que, con esa convicción, uno sigue trabajando hacia adelante. En algún momento, esperemos que podamos pasar esta pandemia y ver que efectivamente dio frutos esta perseverancia.
-¿Ha habido algún momento en que haya querido hacer algún break?
-No hay tiempo para sentarse para eso. Más bien, insisto, hay que caminar hacia adelante. Seguir manteniendo las medidas vigentes que se van dando, porque también se van actualizando. La idea es poder ir aplicando todo esto en la medida que se vaya actualizando a nivel país, también lo aplicaremos a nivel regional.
-Pero, ¿Las vacaciones cuándo?
-Yo creo que cuando realmente podamos tener el 80% de la población vacunada y uno pueda ver el efecto de la vacuna. Que no haya tantos contagios, que los casos no sean graves, que no lleguen a hospitalizarse o que no utilicen ventilación mecánica y que disminuyan los fallecimientos. Esa es mi meta.
-La vida de todos ha cambiado a raíz del covid, ¿Cómo se modificó la suya?
-Con una mochila enorme. Vivo conmigo '500 mil' estados de salud en la región. Por lo mismo, la familia ha sido un gran apoyo. La familia tiene mucho que decir respecto a lo que ha sido el trabajo en sí. Apoyando siempre. Y el equipo de trabajo también, es con el que uno cuenta.
-¿Qué situaciones han sido las más complejas en estos meses?
-El inicio de la pandemia, que inició de forma abrupta en Ñuble. Tuvimos un brote grandote que se inició en un gimnasio. Desde el inicio ha habido muchas situaciones. Es importante inculcar el término de autodisciplina, hacer que el ñublensino lo tenga como propio y que lo ponga en práctica.
-Ha hecho un trabajo tremendo, muy comprometido, pero ¿Qué le pasa a cuando la comunidad no responde y las cifras aumentan?
-Hemos insistido en mantener las medidas de autocuidado, y efectivamente se han producidos contagios que eran evitables. Por ejemplo, estas reuniones sociales o familiares que se han realizado y que generaron brotes lamentablemente. De todas formas, no hay que olvidar que la pandemia es mundial. Existe transmisión comunitaria y, en realidad, como ñublensinos no somos la excepción.
-Estamos en la cuarta semana de cuarentena en la intercomuna, ¿Se vislumbra ya el comienzo del descenso de casos?
-Si comparamos estas dos últimas semanas, hemos tenido una baja, pero no sustancial como en las otras cuarentenas. La primera fue todo un éxito, con cordón sanitario. La segunda tuvo una diferencia. Y la tercera ha sido muy difícil. Bajaron los casos, pero se ha mantenido en una meseta. Si bien, eso es uno de los resultados que uno espera de una cuarentena, pero quisiéramos más. Nos gustaría vislumbrar ese descenso. Lamentablemente no podemos hacer proyecciones a largo plazo, pero estamos a la espera de que puedan bajar los casos.
-La vacunación de la población de Ñuble ha sido uno de los hitos importantes dentro de esta pandemia, ¿Qué sensaciones la embargaron cuando partió este proceso? ¿Qué sintió usted cuando la vacunaron?
-Es una de las sensaciones más bonitas que hemos vivido. En el sentido de que, anteriormente, uno veía un horizonte plano. Sin ninguna luz, nada. No existía una fecha de término, ni nada por el estilo. Pero ahora, uno ve una lucecita con la vacuna. Si lo pudiese definir, en una palabra, sería 'lucecita'. Respecto a mi vacunación, sentí cada gotita de esos ml como una gotita de esperanza.
-¿Cómo visualiza estos próximos meses en la región de Ñuble?
-Sigue el trabajo arduo, pero esta vacunación nos motiva harto. Sobre todo, como se ha venido presentando en nuestra región. Ha sido ejemplar, tanto en el respeto de la calendarización, como en las coberturas que llevamos con la vacunación. Llevamos el segundo mayor porcentaje de cobertura a nivel país, en términos generales. En los grupos de riesgo y objetivo, somos los primeros. Tanto los mayores de 70, como los de 65. Así que esperamos el mismo compromiso de todos los ñublensinos. Nos queda mucho trabajo en seguir con las medidas de protección, como las mascarillas, el lavado de manos y la distancia física. No lo podemos dejar. No porque estemos vacunados, lo vamos a dejar. Seguir inculcando eso a la población y esperemos que, en realidad, la respuesta sea tan positiva como con la vacunación.
-Entonces, la vacunación no es un mecanismo de relajo, si no es algo que puede incentivar el compromiso mayor de la comunidad para aplacar el virus….
-Exacto. Es solidario y habla mucho de la responsabilidad en donde yo me cuido, pero también estoy cuidando a mi entorno, a mi familia. Entendiendo que, este acto, que es individual, tanto la vacunación como la autodisciplina, son actos individuales pero que nos llevan a un beneficio colectivo.
-¿Cómo toma el tener que dar el ejemplo todo el tiempo?
-Generalmente, cuando ando los días domingo, las personas me lo dicen. Porque los vamos a ver a sus hogares. Incluso salen de otras casas. Y nos dicen: 'Sabe, yo quería felicitarla, porque no he visto un seremi de salud que anda el día domingo aquí, con nosotros, es raro verlo en el barrio'. Eso es gratificante.
-¿Ha imaginado cómo será el día en que el virus sea completamente controlado y se vuelva a la "nueva" normalidad?
-Lo que más me imagino es que podamos volver abrazarnos todos. Personalmente, he sufrido muertes de familiares, de amigos, en donde no los he podido abrazar. O los cumpleaños de la familia. Así que, espero que en algún momento nos podamos abrazar sin mascarillas.
-Por último ¿Cómo es la Marta Bravo de hoy con respecto a la Marta Bravo de hace un año?
-Físicamente, más canas y más arrugas jajajá. Espiritualmente, más creyente que nunca y laboralmente mantengo la convicción de la perseverancia para lograr el objetivo. La pega no me molesta, estoy acostumbrada a un ritmo alto. Pero, que no dependa solo de mí, si no de todos, es lo que nos provoca preguntarnos: ¿Cómo convencer a tanta gente?. Esperamos que se entienda el autocuidado y la autodisciplina.
"(Las vaciones) creo que cuando realmente podamos tener el 80% de la población vacunada y uno pueda ver el efecto de la vacuna". "La familia tiene mucho que decir respecto a lo que ha sido el trabajo en sí".