Correo
La trama del fútbol
Es usual que muchas personas critiquen el fútbol porque consideran que son 22 descerebrados que corren detrás de una pelota, bien porque las barras dejan mucho que desear o simplemente porque gozan de otra actividad recreativa. Empero, el fútbol no sólo genera brutalidad, también provoca encuentros, devela emociones y hace que todo un pueblo esté atento a lo que pasa en 90 minutos.
Para ello, sólo basta ver el fútbol chileno y su anormal temporada. Una vez más, la Universidad Católica vive en el Olimpo, tiene su puesto entre los dioses, aunque en el otro extremo tuvimos a Coquimbo Unido, que estuvo ad portas de la Sudamericana, pero nuevamente la corrupción mundial del fútbol abogó por beneficiar a clubes extranjeros.
Deportes Iquique hizo lo posible por mantenerse en los umbrales del fútbol, pero no tuvo la entereza para quedarse en el excelso lugar de los dioses, y la misma suerte corrió la Universidad de Concepción, equipo que fue conducido a paso reposado al Hades, mas Caronte no sabía si llevaba al emblemático Colo Colo o al Campanil. Finalmente en un partido carente de heroísmo, optó por los de la Región del Biobío.
El fútbol es alegría y fiesta, como fue en el caso de los ascendidos a Primera A: Ñublense, que vuelve a ocupar un lugar en los cielos, junto a Melipilla, que demostró ser un aguerrido equipo que vuelve a retomar su sitial, pasando de ser simples semidioses a beber del elixir reservado a los inmortales. El mismo júbilo vivió Lautaro, que pasó de ser un mortal corriente a ocupar una estancia entre los hijos de humanos y dioses.
La tragedia embargó a Valdivia y a Deportes Concepción, llegando al inframundo del planeta fútbol, a Segunda y Tercera A, respectivamente. "La pelotita" demuestra ser una vez más una clásica tragedia griega, donde cohabitan héroes, villanos, valores, virtudes y espectadores que siempre están atentos a la trama final.
Juan Carlos Alvial
Clases presenciales I
No creo que alguien crea que las clases online son mejores que las clases presenciales: nada podría reemplazar una clase presencial. Me duele ver que nuestra labor como profesores se reduce a si queremos o no queremos volver a trabajar. Es una frase que me afecta porque soy profesora y amo mi trabajo.
Los apoderados decidirán si quieren enviar a sus hijos y sé que sólo el 10 por ciento lo hará. Entonces ¿qué haremos los profesores? Pues clases presenciales en la mañana, durante la tarde haremos videollamadas, y en las noches corregir y enviar mensajes a las 400 (y más) personas que nos han hablado durante el día.
Y no me estoy quejando, es mi trabajo, y decidí estudiar y dedicarme a esto, al igual que todos mis colegas. No tiene nada que ver con la vocación, sino con la responsabilidad que siento hacia mis niños y mis papitos que se esfuerzan diariamente por entregarle lo mejor a sus hijos.
Pero no vengan a decir que no queremos volver a trabajar, porque la verdad es que nunca nos detuvimos.
Carolina Campos Ruiz
Riesgo de deserción
En 2020, sólo el 40% de los escolares tuvo acceso a educación a distancia. Si evaluamos a los niños pertenecientes al quintil de mayores ingresos, este porcentaje aumenta al 89%, mientras que se reduce a sólo 27% en el caso de los niños del quintil de menores ingresos.
Con estas cifras, no sólo se eleva el riesgo de la deserción escolar, sino que crecen las brechas en la calidad de la educación y en el aprendizaje entre grupos socioeconómicos, generando consecuencias de largo plazo en términos de oportunidades de vida. Mirando la evidencia y los riesgos en salud física, mental y emocional de los niños y jóvenes, es fundamental retornar lo antes posible a las clases presenciales, en la medida que las circunstancias sanitarias lo permitan.
Para eso, además de asegurar la implementación de protocolos sanitarios, se requiere diseñar planes flexibles y dinámicos, que permitan adecuar la realidad de las diversas comunidades educativas a las nuevas exigencias sanitarias. En momentos en que el Colegio de Profesores y algunos municipios están debatiendo prohibir en todo Chile el retomo a las clases presenciales, al menos hasta abril, independientemente de las condiciones sanitarias locales, es importante tener presente que no existe un escenario libre de riesgo. La suspensión de las clases presenciales tiene sus propios riesgos y hacemos mal en ignorarlos.
Francisca Matamala
Fos
Conparato burocrático y militar del Estado burgués puede consolidarse la revolución socialista.
Adolatorre