Día Mundial del Síndrome de Down
Como cada 21 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down. En el marco de este día, el foco como sociedad debiera estar a la altura de los tiempos, lo que implica que reconozcamos las profundas diferencias y desigualdades que se asocian a niños, adolescentes y adultos que presentan esta condición. Estás diferencias, no solo limitan el acceso a la educación sino que también el lograr desarrollarse como individuos 'útiles' en una sociedad en que son solo un 'cupo' en instituciones y empresas.
Hacen faltas medidas de fondo que reconozca en ellos sus capacidades y habilidades, así como logren integrar estas a los requerimientos socio económicos que los respete, les permita la independencia y la autovalencia como parte de la sociedad.
Es necesario derribar los mitos, que muchas veces por desconocimiento, se tejen en torno a al Síndrome de Down y entender que no son especiales, son seres humanos individuales, con características propias y derechos; no es una enfermedad, es una condición; no son tontos, sino que tienen una dificultad cognitiva que es variable; no serán eternos niños, ya que son personas que van evolucionando y tienen necesidades de acuerdo a la etapa en que se encuentran; aprenden con sus tiempos, sus ritmos y de acuerdo a sus habilidades; se desarrollan de manera independiente, en una sociedad que los acoge y los integra.
Claudia Figueroa , académica Facultad Cs. de la Rehabilitación U. Andrés Bello
Hernández Norambuena
La autodenominación de "preso político" por parte de Mauricio Hernández no solo se aleja bastante de la definición real y lo que representa ser encarcelado por tus ideas, sino que también se aleja de las causas de delito por las cuales está en la cárcel.
La resignificación de este concepto por parte de Hernández busca traer una nueva percepción de su imagen como también, sembrar mayor apoyo popular para la liberación de los actuales supuestos "presos políticos de la revuelta". Así el concepto servirá para cualquiera que comparta sus actos e ideas extremistas.
Sebastián Millán Calisto
Clases presenciales en educación preescolar
El reciente anuncio de las cuarentenas en nuestro país, ha afectado a cientos de jardines infantiles y salas cunas particulares los cuales no pueden abrir sus puertas a aquellos apoderados quienes necesitan ayuda con sus hijos.
Una de las más recientes investigaciones del Centro de Estudios y Encuestas Longitudinales (CEEL) de la Universidad Católica, reveló que la suspensión de clases presenciales produjo brechas en el desarrollo infantil, en especial, en la educación preescolar, que tuvo como más afectados a los niños y niñas de familias vulnerables.
Los establecimientos de educación preescolar, son esenciales tanto para que los niños y niñas no tengan un retraso en el desarrollo de sus aprendizajes, sino también apoyar a aquellos apoderados que no tienen con quién dejar a sus hijos.
Los jardines infantiles y salas cunas particulares, debiesen ser declarados como esenciales para que puedan abrir en fase 1, al menos a los apoderados que realmente lo necesiten, como aquellos padres que trabajan en labores esenciales ,como el área de la salud.
Sandra Sances Solovera, directora Jardín Infantil y Sala Cuna My Little Home.
Síndrome de Down
En la conmemoración de un nuevo Día Mundial del Síndrome de Down, es importante relevar las mejoras en materia de inclusión en nuestro país, desde el reconocimiento de la diversidad a nivel educativo, laboral y comunitario, hasta el desarrollo de leyes que protegen a estos grupos que muchas veces presentan situación de vulnerabilidad. A pesar de esto, aún hay mucho camino por avanzar.
El Estado debe desplegar todas las acciones de protección a través de la provisión de los recursos humanos y materiales que apoyen los procesos de inclusión, cuidado y acompañamiento de las personas con Síndrome de Down, además de la eliminación de toda barrera que limite su potencial.
Desde la dimensión ética, es sustancial reconocer a la sociedad y al Estado como actores claves en la eliminación de acciones discriminatorias que afecten la dignidad de estas personas, estableciendo marcos de convivencia donde la diversidad, aceptación, fraternidad/sororidad y colaboración sean los pilares fundamentales que reflejen una sociedad inclusiva.
Por tanto, es necesario mirar la situación de las personas con Síndrome de Down desde una perspectiva estructural, comprendiendo que son las condiciones sociales las que restringen sus posibilidades de inclusión y que todos somos parte del cambio epistemológico-cultural que visualice la diversidad como un valor y no como un mero concepto.
Evelyn Puga, UDLA