Ayuda focalizada en pandemia
Muchos de los que incumplen normas de pandemia son adultos jóvenes. Pero no todos lo hacen en fiestas clandestinas. Hijos pequeños, desempleo y deterioro de salud mental son factores que se juntan para este grupo etario en pandemia. Lo ideal sería focalizar ayudas para ellos.
Hace pocos días la autoridad sostuvo que existía "un problema" con las personas que tienen entre 20 y 30 años de edad, pues son las que acumulan la mayor cantidad de infracciones por incumplir normas relacionadas con cuarentenas. La frase aludía a quienes asisten a fiestas clandestinas, especialmente, pero no se puede olvidar que muchas multas son cursadas también por estar en las calles sin permisos o por más tiempo del estipulado en las reglas.
Por supuesto que no se puede -bajo ningún punto de vista- justificar conductas temerarias en medio de la pandemia, sin embargo atrás de esa aparente "desobediencia" de los adultos jóvenes hay también una realidad social a considerar.
Por ejemplo, muchos de ellos lideran familias. De acuerdo a datos del INE (Instituto Nacional de Estadísticas) la mayoría de los niños y niñas que nacen en Chile tienen padres y madres entre 24 y 35 años de edad; además, el promedio de la llegada del primer hijo o hija está en los 24,8 años.
También los ha golpeado la cesantía. En el último trimestre móvil (cuando la desocupación nacional llegó a 10,2% y la regional a 9,3%) uno de los grupos que más bajó su participación laboral fue el de personas entre 15 y 24 años (-27,2%).
Se ha resentido su estabilidad emocional. Un estudio efectuado por la Asociación Chilena de Seguridad (Achs) con más de 80 mil trabajadores en el país, señaló que el 14% registra síntomas de deterioro de su salud mental debido a la pandemia; pero los más afectados son los del tramo entre 25 y 34 años. Esto se traduce en baja autoestima, desgano, sensación de inseguridad, entre otros.
A todo lo anterior hay que agregar el factor género, pues las mujeres tienen asociados roles domésticos; al salir del mercado laboral presentan más dificultades para regresar y son las que más refieren problemas para conciliar el sueño en los meses recientes.
Insistimos: nada justifica exponerse a contagios. Pero a muchos y muchas no les queda más remedio que salir y buscar sustento.
Por lo mismo, datos como los anteriores podrían ayudar a focalizar aún más las entregas de ayudas.