Lo esencial es invisible a los ojos
Los llamados trabajos esenciales toman protagonismo cada vez que algo sacude a la sociedad. Ante un terremoto, corte de luz y ahora la larga pandemia, tendemos a mirar a aquellas personas que nos asisten en nuestro diario vivir con agradecimiento. El problema es que cuando desaparecen los inconvenientes, a los ojos del resto vuelven a ser una fuerza trabajadora invisibilizada. Hoy junto al personal de salud, son estas personas las que han permitido paliar los efectos de la pandemia, pues si ellos paran, el mundo se detiene, y por lo mismo, no debemos dejar de reconocer su importancia.
Los trabajadores de áreas productivas, supermercados, transporte, logística, repartidores y recolectores de basura, ejercen un trabajo que suele ser desapercibido a diferencia de áreas que normalmente son más reconocidas por su labor durante la pandemia como los profesionales de la salud o la educación. Sin el afán de priorizar una profesión por sobre otra, debemos reconocer y agradecer el esfuerzo que realizan quienes salen a la calle día a día a trabajar y poner en relevancia el rol que han cumplido este último año, afrontando condiciones difíciles e incluso poniendo en riesgo su salud y la de su familia. Sin ellos el país no podría seguir funcionando y seguramente muchos de nosotros tampoco.
Adolfo Paúl Latorre
Protección Normativa a la Infancia
Está en discusión en comisión mixta del Congreso la normativa que moderniza la Ley de Alcoholes y establece mayores exigencias de control que debieran redundar en un menor acceso a niños y jóvenes menores de edad. La prevalencia mensual del consumo de alcohol en edad escolar es de 43,3%, asimismo los niños que declaran embriagarse, a lo menos una vez en el último mes, alcanzan un 64% según el último informe de Senda.
Estas cifras son muy preocupantes y nos sitúan en los niveles más altos de consumo en las Américas, adicionalmente se observa que 4 de cada 10 niños considera fácil el acceso de alcohol y la mitad se provee a través de un adulto, siendo un 18% un familiar. Por esta razón, los esfuerzos de la autoridad buscan disminuir la facilidad de acceso y aumentar la percepción de riesgo, ambos aspectos inciden en la disminución efectiva del consumo, lo que está ampliamente documentado en la literatura internacional.
La prevención social requiere tanto de una oferta programática basada en la evidencia, centrada en factores de riesgo cuya mitigación contribuya a evitar conductas negativas, como también de aspectos normativos que controlen el acceso a dichos factores y logre comunicar el daño en personas que están en distintas etapas de desarrollo. La infancia de nuestro país requiere que la comunidad en su conjunto actúe de manera protectora e instale una agenda larga. Desde sus primeros años padres y cuidadores involucrados en la crianza, empresas responsables, no sólo de cumplir la Ley, sino de promover una cultura de cuidado. Un Estado vigoroso en la fiscalización y cumplimiento de la norma y una sociedad civil organizada que vele por el bienestar integral los niños.
Marcelo Sánchez, Fundación San Carlos de Maipo
Cuidar la salud mental en pandemia
La muerte es uno de los hechos más lamentables que puede ocurrir al interior de una familia, sobre todo cuando esta afecta a una menor de edad. En este sentido es importante recordar que la actual pandemia que estamos cruzando ha generado un aumento en el aislamiento social, pérdidas económicas, un incremento de miedos, ansiedad y tristeza en todo el mundo. Si bien en nuestro país no existe un reporte actualizado de cómo ha aumentado la tasa de suicidio, contamos con información preliminar de cómo la salud mental se ha visto afectada producto de la Covid-19.
Estos nos hacen pensar que lo más preocupante es que estos hechos nos ponen en un estado de alerta por el aumento "en el riesgo de trastornos psiquiátricos, traumas crónicos y estrés, que eventualmente incrementa las tendencias y las conductas suicidas" (estas conductas tienen distintas etapas que van desde la idea de querer morir, pasando por el intento y finalizando en el suicidio consumado).
Reforzar la salud mental en la población es una necesidad urgente que depende del trabajo de los sectores de salud y educación, con orientaciones claras con respecto a cómo ayudar y un sistema de registro actualizado.
Existen algunos factores protectores tales como contar con redes de apoyo y estimular la comunicación al interior de la familia. También es importante buscar ayuda profesional siempre cuando se necesite y, por sobre todo, tener a la mano números de apoyo que puedan ayudar en momentos de crisis. Recordemos el suicidio es una muerte prevenible y es tarea de todos prevenirlo. Para ello en nuestro país existen números habilitados : estos son el 6003607777 o http://gob.cl/saludablemente.
Carla Figueroa, académica carrera de Fonoaudiología, Universidad Autónoma de Chile