Ocho brotes ha detectado análisis de las aguas servidas en Chillán
COVID-19. El plan piloto, que complementa a la tradicional búsqueda activa, espera expandirse por el país.
El proyecto "Monitoreo SARS-CoV-2 en Aguas Servidas en la ciudad de Chillán" arrojó los primeros resultados desde su implementación en junio de 2020. La investigación identificó 8 brotes en la calle Gamero de la comuna, cuando los contagiados aún no presentaban síntomas de covid-19.
"En el período que analizamos se pudo identificar focos de contagio. De hecho, se realizaron búsquedas activas guiadas por este monitoreo que permitieron identificar casos asintomáticos, como el caso de la calle Gamero, en donde se realizó una búsqueda activa y se encontraron 8 brotes", explicó Paulina Assmann, seremi de Ciencias de la Macrozona Centro-Sur.
El sistema se basa en el análisis de aguas residuales, ya que el virus se excreta a través de las heces a partir del tercer día de contagio, cuando aún no se presentan síntomas. Así, permite anticipar nuevos brotes y alertar a tiempo para desplegar estrategias de aislamiento y control.
Sobre el desarrollo de este proyecto inédito en la zona, Assman comentó: "El balance fue sumamente positivo, pues permitió, por una parte, anticipar focos de contagio; y por otra, sentar las bases del monitoreo".
Además, la seremi agregó que "este proyecto permitió sumar indicadores basados en la evidencia científica, a la toma de decisiones en un momento tan complejo como el que vivimos el año pasado, donde nos movíamos a tientas, sin saber todo lo que ya conocemos del virus. Fue un complemento valioso, sin duda, y también una herramienta que nos permitió maximizar otras estrategias sanitarias, como las cuarentenas y la búsqueda activa".
Trabajo en conjunto
El monitoreo comenzó en junio del año pasando, analizando las aguas servidas de los alcantarillados del mercado de Chillán, el centro penitenciario y un ELEAM de la zona. Posteriormente, el plan piloto se extendió por más de 20 puntos de la comuna y ayudó al sistema de salud a tomar mejores decisiones frente a la pandemia.
"La Seremi de Salud, que cuenta con datos de casos positivos, usó esta información para perfilar de mejor modo la toma de muestras, la distribución de los sectores analizados; y con los resultados obtenidos, pudo enfocar de mejor modo, con criterios más eficientes, las estrategias más propias de su competencia, como las cuarentenas y la trazabilidad", reveló Assmann.
La implementación de este proyecto de análisis de aguas servidas contó con la participación de distintos organismos para su correcto funcionamiento en la comuna.
"En Chillán, esto fue, sin duda, un logro gracias al trabajo colaborativo de la Intendencia de Ñuble, Seremi de Ciencia, Seremi de Salud, la Universidad de Concepción y Essbio, donde cada actor cumplió un rol fundamental. Desde la entrega de recursos por parte de la Intendencia, la estrategia de búsqueda de la Seremi de Salud, los mapas provistos por Essbio, y el análisis de las muestras por parte de la Universidad de Concepción", indicó la seremi de Ciencias.
La metodología se implementó para optimizar la detección de contagios y así evitar la masiva propagación del coronavirus. A raíz de la experiencia en Chillán, y también en San Pedro de La Paz en el Biobío, este mecanismo de análisis de aguas servidas ya proyecta su trabajo en otros lugares del país para seguir guiando la búsqueda activa de personas contagiadas.
"La idea es proyectar su uso en diversas ciudades del país, pues creemos que ofrece una herramienta sumamente eficaz para la detección de brotes de covid-19, pero también es un método adaptable a escenarios futuros, un eventual nuevo virus, u otras enfermedades cuya propagación pueda ser anticipada con este método", concluyó Paulina Assmann.