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Un ejemplo de innovación y solidaridad en pandemia

ECONOMÍA. Dueño de botillería explicó en qué momento decidieron adecuarse a la venta del pan amasado.
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En la década de los 40' se instaló en Chillán la Botillería 18, uno de los históricos negocios locales cuyo nombre hace referencia a la calle donde se encuentra ubicado. A más de 80 años de su nacimiento, su actual dueño, Jorge Avendaño, relata cómo pasaron del reconocimiento por la venta de licores, a ganarse una clientela por el pan amasado.

"La pandemia nos tiene bastante complicados. Además de la Botillería, tengo otra patente para atender en el interior, a grupos de amigos que venían a comerse su asado, y obviamente eso ya se terminó, lo que me afectó bastante porque me quedé solamente con el rubro de expendio de licores. Los primeros meses fueron muy malos. En la primera cuarentena no andaba nadie en las calles y estuvimos muy críticos. Pudimos continuar trabajando, pero no llegaba gente, y en ese momento pensamos en reinventarnos, porque no hemos tenido ninguna ayuda del Estado", explica Jorge Avendaño.

El dueño de la Botillería 18 comenta que "empezamos a hacer pan amasado, en las mismas parrillas del local, con carbón, muy rústico. Comenzamos vendiéndoles a los vecinos. Vendíamos de a 10, de 20 panes al día, y ahí se fue arreglando la situación. Me compré un honor más grande, y pasamos a sacar 50 panes de una. Empezamos a hacernos un nombre, se corrió el rumor de que vendíamos un muy buen pan, y ahora tenemos un prestigio con la venta del pan amasado, algo que no habíamos hecho nunca".

La reinvención de los licores al pan amasado no fue lo único por lo que destacó la Botillería 18, ya que siendo parte de la historia y el patrimonio de Chillán, también sintieron la necesidad de ayudar a la población en los momentos más delicados de la pandemia.

"Nos comprometimos con gente que arrienda piezas por el sector y quedaron sin trabajo. No tenían para comer y decidimos ayudarlos, porque para esas personas hubo momentos muy críticos. Comenzamos con una olla más grande de la habitual que hacíamos para nosotros, y empezamos a regalarles comida. Después, empezamos a entregar bolsas y cajas con víveres y alimentos. Pudimos ayudar a muchas familias, familias de extranjeros, porque a nosotros gracias a Dios nunca nos faltó y vimos la mala situación de estas personas y las decidimos ayudar", explica.

El actual propietario del negocio relata que "esto fue hecho por mis padres en la década del 40', son más de 80 años de unos de los negocios más antiguos de Chillán. Nos hicimos ahora de un buen prestigio con la venta del pan amasado y ya vienen a comprar de distintos sectores de Chillán, nos hicimos una clientela con el pan amasado. También hemos sido una ayuda para la comunidad, porque es lo que corresponde, y ahí continuamos, a punta de pan amasado esperando volver a funcionar como antes, para mantener este negocio que ya es una tradición para Chillán".

"Nuestros asociados están pasando por una carga psicológica tremenda"

GASTRONOMÍA. Los empresarios locales reconocen estar asustados y viviendo la situación más difícil por la poca claridad en la pandemia. El invierno será una carga significativa para poder atender en terrazas. Pase de Movilidad asoma como opción para atender en los interiores.
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M.L

El gremio gastronómico ha sido uno de los más golpeados durante la pandemia. Si bien ahora han podido atender en terrazas durante la Fase 2, el miedo a un regreso a la cuarentena, y el frío del invierno los complican a futuro.

July Llevul, presidenta del Gremio Gastronómico de Chillán, se desahoga representando el lamentable estado anímico de muchos de sus asociados, visibilizando crisis de pánico y angustia por la situación actual de la pandemia.

"Estamos muy complicados. Ante las cifras que se están dando, vemos que cada día está más difícil. Es posible una quinta cuarentena. Tenemos experiencia en cuarentenas, pero no han funcionado, seguimos equivocándonos y cometiendo errores, lo que ha llevado a varios rubros a que se hagan responsables de las pérdidas. Si bien sabemos que es una pandemia y algo nuevo, tenemos gente calificada y autoridades que nos representan con conocimientos. Estamos muy asustados, con miedo de recaer y que todo lo que se invirtió en terrazas sea un gasto. Los productos han subido mucho, hemos tenido que tener un alza, la mano de obra está escasa. Es un período complejo, muy difícil, donde creo que hay un daño psicológico tremendo. La mayoría de nuestros asociados está colapsado, tenemos fiscalizaciones intensas prácticamente todos los días, donde no hay algo claro en fiscalizar, dicen una cosa distinta cada día. Nuestros asociados están pasando por una carga psicológica tremenda. Muy asustados y complicados, más que nunca, porque vemos con esto a pesar de las vacunas no tenemos solución", señaló Llevul.

La empresaria gastronómica agregó que "somos una de las ciudades con más vacunas, vemos a otras regiones que llevan a cabo el uso del carnet verde. Están atendiendo en interiores con carnet verde, y varias regiones se están abriendo a esta nueva ventana, pero vemos que en Chillán los casos aumentan y los fallecidos igual. Hay algo que no se está haciendo bien y nosotros seguimos pagando los platos rotos. Dentro del gremio hay un daño psicológico tremendo, con mucho desgaste. Ha sido una cuarentena eterna para algunos porque no tienen el espacio o no tienen los recursos para una terraza".

Este miércoles el gremio gastronómico local sostendrá una reunión con el Colegio Médico con el objetivo de poder atender en interiores con el pase de movilidad y tomando los resguardos sanitarios del caso.

Por su parte, Alexandra Yungue, socia propietaria de Magnolia Bar, comentó que "lo que hemos estado tratando de hacer a través de postulaciones es tener dinero para poder encarpar las terrazas y tener un sistema de calefacción, eso tratamos de hacer los que tenemos terrazas. Los que no tienen terrazas están intentando atender en el interior con el pase de movilidad y las medidas de control y seguridad".

Respecto a su local, Yungue indicó que "no estamos tan complicados como otros colegas, pero nos hemos visto la necesidad de ocupar en la calle y dentro de nuestras posibilidades vamos a invertir en encarpar porque el invierno es duro. Hay colegas que no se encuentran bien y no tienen la capacidad económica o no tienen el espacio".

Sobre las necesidades del rubro gastronómica, la empresaria local expresó que "esto se está peleando a nivel nacional, en Santiago, pero muy preocupados por los colegas del sur, zonas como Magallanes están con nieve, y mandan fotos de sus terrazas llenas de nieve, por lo que no es viable tener terrazas. Como en Santiago se mueve todo, se está peleando y evaluando la opción de planes pilotos en algunas ciudades".