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Más allá de la generación de empleos
El último informe de la Organización Internacional del Trabajo calculó que unas 220 millones de personas seguirán desempleadas en todo el mundo y que el mercado laboral mundial no se recuperará al menos hasta el año 2023. Desde el Estado y el mundo privado se han visto diversos esfuerzos para intentar paliar esta crisis, pero hoy surge una interrogante que nos hacer replantear los esfuerzos a realizar, si queremos volver a los niveles pre pandemia antes de lo que dicho informe pronostica.
Por alguna razón que aún no es clara, muchas personas han dejado de postular a empleos. Si bien la oferta laboral ha aumentado, tal como hemos constatado en nuestro portal y diversos canales externos, el empleo no parece recuperarse al mismo ritmo que las vacantes. Entendamos que es difícil que la gente retome la confianza en intentar encontrar trabajo y aunque se realicen los mayores esfuerzos desde las entidades preocupadas por reactivar el sector, el escenario anormal que estamos viviendo continúa siendo todo un desafío.
Algunos hablan de que el miedo a no encontrar es muy alto, otros de cómo la pandemia aún afecta la disposición a salir de casa, también se argumenta que el salto tecnológico que han sufrido algunos rubros dejaron fuera del mercado a personas. Pero la única verdad es que las realidades, necesidades y problemas de la población son tantas que poner el foco en solo una medida no será suficiente para recuperar el millón de empleos perdidos en Chile.
Por lo mismo, debemos seguir profundizando las medidas de apoyo al empleo y generar nuevas oportunidades como en la capacitación y educación de quienes no han sido capaces de insertarse o la regularización de aquellos que no pueden ser clasificados como asalariados ni como informales. Fomentar buenas prácticas que puedan generar espacios que se hagan cargo de la realidad que hay detrás de cada uno, que muchas veces prima por sobre la necesidad de encontrar empleo, serán claves para reactivar el mercado más allá de la falta de puestos disponibles. .
María Jesús García-Huidobro, gerente de marketing de Laborum.com
Descentralización de la Convención Constitucional
Es pertinente reflexionar si las sesiones de la Convención Constitucional, pronta a comenzar a funcionar, deben realizarse exclusivamente en Palacio Pereira, pues parece sensato que además se desarrollen por vía telemática, en virtud de que hoy la tecnología lo permite, trayendo consigo importantes beneficios.
El primero, un ahorro importante en desplazamiento, alojamiento y alimentación, siendo también un claro llamado al autocuidado considerando la pandemia. Esta forma de sesionar, además permitiría que un número importante de encuentros fueran realizadas en regiones, haciendo eco de la gran crítica que se le efectúa a la redacción de la actual Constitución de que fue elaborada entre cuatro paredes. Se debe considerar que nuestros convencionales representan a todo un país, en ellos se ha depositado la confianza y esperanza de alcanzar el bien común para todos.
Esperamos que los convencionales lleven a discusión los pensamientos e inquietudes de los diálogos ciudadanos que se generen en cada distrito y en cada región, dando una fuerte señal de desincentivo al cuestionado centralismo de nuestro país. Sin duda este debería ser uno de los primeros temas a tratar en la primera misión de los convencionales, discutir su reglamento y funcionamiento.
Carolina Araya, directora Carrera de Derecho, Universidad de Las Américaco
A los constituyentes
Chile ha sido construido entre todos; trabajadores y empresarios de todos los rincones del territorio, hombres y mujeres, agricultores y campesinos, profesionales, pescadores, comerciantes, docentes, investigadores, funcionarios, hombres de armas y muchos más. Los que nos antecedieron y los que cada día se levantan temprano a poner su grano de arena en hacer mejor esta tierra maravillosa que hemos recibido y a la que llegaron y llegan extranjeros en busca de oportunidades y libertad.
Por lo mismo, llamo a los Constituyente a ser fieles a este gran legado; a proceder sin arrogancia y con tolerancia, pues la Constitución es para los próximos 30 o 50 años, cuando muchos de ustedes ya ni estarán en esta tierra. Está bien mejorar aspectos vitales de nuestra Ley Madre; en eso no hay discusión, pero redactar una nueva Constitución Política exige argumentos de verdad, cifras reales y, sobretodo, diálogo respetuoso y acuerdos. No es el lugar ni el momento de los slogans, de los mitos y de la verdad a medias.
Es lo que humildemente pido de nuestros constituyentes.
René Araneda A.