Correo
Debate constituyente
El ordenamiento del poder y el sistema de Gobierno serán materias en el debate constituyente. Si bien en los últimos años el régimen presidencial ha sufrido fuertes críticas, hoy se advierte en Chile una creciente y preocupante incapacidad para adoptar acuerdos y superar la inercia política. Con ello, se entorpece el cumplimiento de los programas de gobierno y, en consecuencia, la satisfacción de las demandas ciudadanas. Aumentando de este modo la desconfianza y el desapego de la ciudadanía por la política, lo que es difícil de resolver con un cambio hacia un régimen semi presidencial o parlamentario. Aun así, debemos apuntar hacia un sistema con menor fragmentación de las fuerzas políticas, un comportamiento que conforme grandes mayorías y eficacia gubernamental, competitividad en los comicios y que favorezca la identificación entre representantes y electores en nuestros distritos. Todo esto es posible dentro del presidencialismo, teniendo presente nuestra historia y desarrollo político. En los cambios que puedan impulsarse en esta materia no deben omitirse los controles y contrapesos que se ejercen tanto sobre el poder Ejecutivo como el Legislativo. Estos significan un resguardo muy relevante a las libertades y derechos de las personas siendo, asimismo, un control a las arbitrariedades y al populismo.
Martín Durán F.
Seguridad para los transportistas
El reciente informe "Fairwork Chile", liderado por la Universidad Adolfo Ibáñez, que evalúa las condiciones laborales de las plataformas de ventas online, puso en evidencia las graves precariedades que viven los trabajadores de delivery en Chile, siendo las más preocupantes la informalidad, jornadas extenuantes, y riesgos de robos y asaltos.
Lo anterior pone nuevamente sobre la mesa la urgencia por mejorar las condiciones de trabajo en las empresas que operan desde la primera hasta la última milla. Para ello, es indispensable no solo poner sus esfuerzos de inversión en tecnología para sacar pedidos a tiempo o mejorar sus márgenes, sino que, además, generar ecosistemas laborales favorables. Eso se logra con modelos de negocio basados en las personas, y que contemplen remuneraciones justas, contratos formales de trabajo, incentivos económicos y horarios de trabajo diurnos que mitiguen la posibilidad de sufrir riesgos en ruta, sobre todo en tiempos de pandemia, cuando los choferes y transportistas se han convertido en la primera línea del e-commerce.
A la larga, generar este tipo de acciones es positivo tanto para proteger a los trabajadores y dar tranquilidad a sus familias, como para mejorar el rendimiento de las organizaciones. Sólo así se logrará combatir el bajo estándar del servicio de repartos y cadenas de distribución, que por años ha sido el estigma y la piedra en el zapato para la profesionalización del rubro logístico de nuestro país.
Eduardo Segovia, CEO del operador logístico Rocktruck.
La diversidad será la norma
Quienes han luchado por el respeto a la diversidad, vivieron durante junio el Mes del Orgullo, destinado a visibilizar a la comunidad LGTBQ+ y favorecer la inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.
Pero no basta quedarnos con las buenas intenciones expresadas en junio. La inclusión es un trabajo permanente y de largo aliento, para lograr un cambio cultural que acoja a la diversidad.
Esto se aplica especialmente en el mundo del trabajo. Hay acciones concretas que las organizaciones pueden realizar para eliminar los sesgos y permitir a las personas desplegar sus talentos, independiente de su orientación sexual o de género.
El primer paso es contar con procesos de selección de personal diseñados científicamente para medir talentos y habilidades para el trabajo. Hasta el momento, solo el 49% de los trabajadores han pasado por este tipo de procesos según estudios.
Una adecuada evaluación permite a las personas llegar al puesto de trabajo que mejor se ajusta a sus competencias. En efecto, el 81% de quienes han pasado por este proceso muestra satisfacción por su trabajo. Entre quienes no han sido evaluados, el nivel de satisfacción baja a 65%.
También es importante crear una cultura organizacional abierta a la diversidad. Un ejemplo de esto son los programas de mentoría, que acompañan a las personas LGTBQ+ en su inserción laboral, e incorporan a todo el equipo y a la comunidad en la promoción de un clima laboral inclusivo.
De aquí a 30 años, la diversidad será la norma. Las organizaciones pueden comenzar hoy mismo a impulsar acciones para incorporar los nuevos talentos que se están visibilizando.
Anabella Capetillo, ManpowerGroup Chile.