Quieren que hagamos magia
La Multigremial Nacional reunió a un centenar de dirigentes para analizar el proyecto de reducción de jornada laboral impulsado por un grupo de parlamentarios, el que busca reducir de 45 a 38 horas la jornada semanal de trabajo, junto a la posibilidad de pactar jornadas de cuatro días trabajados y 3 libres (4x3), pudiendo estos últimos ser viernes, sábado y domingo; o sábado, domingo y lunes.
La conclusión de esa cita fue concluyente: hoy no están dadas las condiciones para avanzar en una ley de esta envergadura, considerando la inestabilidad que generan los efectos del estallido social, la crisis económica que ha dejado la pandemia y el millón de personas que siguen desempleadas
Los parlamentarios que empujan este proyecto hablan de 38 horas laborales, pero en la práctica serán 34 las efectivamente trabajadas dado que los horarios de almuerzo en esta nueva ley serán de cargo del empleador. Entonces, con 24% menos de jornada laboral, la productividad de las MiPymes caerá estrepitosamente, pegándoles en el suelo en medio de esta crisis económica.
La iniciativa también traerá más gastos a las Empresas de Menor Tamaño. Sectores de atención continua, como hoteles, restaurantes, empresas de seguridad, servicios de salud y emprendedores agrícolas, se verán obligadas a contratar más personal para cubrir los mismos turnos y rotaciones que actualmente requieren para ejecutar su operación.
Con 100 mil MiPymes quebradas y otras 300 mil que podrían seguir ese camino, pensar en castigar de esta forma a las MiPymes carece de sentido, al mismo tiempo que podría transformarse en un incentivo para que muchas empresas opten por la informalidad, dado que a éstas últimas no se les fiscaliza ni se les imponen cargas laborales. Lo lógico es avanzar en sentido opuesto. La presentación de este proyecto demuestra que los diputados que lo impulsan jamás han emprendido. También nos revela que esperan que las MiPymes hagamos magia: mantener las mismas remuneraciones gastando más y siendo menos productivos. Imposible.
Alfredo Wahling Presidente Multigremial Ñuble
Energía Constituyente
El desarrollo sostenible de Chile, debe ser uno de los objetivos fundamentales de nuestra nueva Constitución. No hay espacio a dudas. El cuidado del medioambiente, el acceso universal al agua, además de aspectos básicos como salud, seguridad y educación, marcarán la pauta de nuestra nueva carta magna. Pero poco se ha hablado de energía, una arista ineludible cuando nos imaginamos el país del mañana.
En materia energética, las principales preocupaciones ciudadanas se orientan al gasto excesivo en el presupuesto familiar, la percepción de un nivel de calidad de servicio insuficiente, brechas respecto a la reglamentación térmica en la construcción de viviendas y los nocivos efectos de la contaminación intradomiciliaria.
El acceso a energía de calidad no se establece como derecho en nuestra constitución. Por lo cual, estamos en falta respecto a los tratados y acuerdos internacionales suscritos desde hace ya varias décadas, particularmente con el Objetivo de Desarrollo Nº7 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, para garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna.
Las necesidades en materia energética continuarán en aumento, por lo que su producción, transmisión, distribución y consumo, deben tener como horizonte una matriz energética renovable, menos contaminante y más segura, guardando un ciclo virtuoso entre los distintos factores económicos, culturales, tecnológicos y medioambientales.
Un nuevo pacto social y ambiental es la base sobre la cual vamos a construir el futuro modelo de desarrollo nacional. Es fundamental poder entender en profundidad los beneficios y costos de ello con una mirada responsable, de largo plazo y sustentable, sobre la base de información técnica y no de ideologías partidarias.
Luigi Sciaccaluga Gerente de Desarrollo y Nuevos Negocios Plataforma Energía
Actividad física
Las condiciones climáticas adversas del invierno pueden generar dificultad o resistencia a realizar actividades deportivas, favoreciendo el sedentarismo. Sin embargo, la falta de actividad física durante el confinamiento forzada por la pandemia, ha provocado que se aceleren condiciones de tipo óseo ligamentoso en niños, como problemas de sobrepeso y pérdida de masa muscular en adultos. Por ello y considerando que cualquier actividad que nos saque de la rutina tiene efectos positivos no solo en nuestro cuerpo, sino en nuestro estado anímico, será vital retomar la actividad física desde un punto de vista social y deportivo, con cautela y de forma progresiva.
Independiente del deporte o rutina que se quiera iniciar, se debe tener en cuenta que hemos perdido cerca de la mitad de las capacidades que teníamos previo a la pandemia. Debemos partir desde este punto y empezar a retomar nuestras actividades sin ambición competitiva ni de mejora de rendimiento, sino más bien, con el primer objetivo de sacarse el estrés, retomar las actividades sociales y, en la medida que vayamos sintiendo las sesiones y viendo la respuesta del cuerpo, ir exigiéndose un poquito cada vez.
Juan Pablo Matamala, kinesiólogo Clínica Biobío