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QUé es el criptoarte y por qué vive una explosión creativa en américa latina

ARTE DIGITAL. Las piezas se exhiben y subastan en vitrinas digitales y se cree que "pronto" llegarán a los grandes museos.
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Efe/Redacción

Decía Frida Kahlo que "todo cambia, todo se mueve, todo gira, todo vuela y desaparece". El arte digital del siglo XXI también está en constante evolución y los artistas latinos se suben a la ola de una nueva vertiente disruptiva que irrumpe con fuerza en círculos creativos: el "criptoarte", donde las piezas se exhiben y subastan en vitrinas digitales a un clic de distancia.

Sostenidos por tecnología conocida como cadena de bloques, "blockchain" en inglés, que facilita transacciones sin intermediarios, los conocidos como NFT son contenidos digitales a los que se asigna un valor en criptomonedas y generan un certificado de autenticidad inalterable, original y único, que permite que sean subastados y comercializados en internet sin ser copiados, como puede ocurrir con obras tradicionales.

A través de NFT (Token No Fungible), todo se puede "tokenizar", es decir, adaptar a esas transacciones: una obra, un libro, un tuit o hasta el cromo de un deportista.

"A nivel digital, la explosión creativa es muchísimo más grande. Podemos hacer todo lo que nos venga a la mente porque hay un computador que te lo permite", explica a Efe la artista multidisciplinar cubana Alejandra González, residente en Madrid.

"Antes era un mundo dominado por informáticos". Ahora, artistas y técnicos visuales se asocian para diseñar obras, señala.

Esta joven de 25 años empezó a crear NFT el año pasado. Asegura que muchas artistas en Cuba vieron en esta corriente digital una oportunidad de capear la tormenta provocada por la pandemia, que obligó a cerrar galerías y exposiciones, y como ella, forzaron su reinvención artística.

El auge

La explosión de NFT ha sorprendido a los coleccionistas de arte por la gran velocidad con la que estas obras han ganado protagonismo y por las cantidades millonarias a que se puede llegar.

Buen ejemplo ello se dio en la casa de subastas Christies, que en marzo pasado vendió una NFT del artista norteamericano Beeple, un "collage" de imágenes digitales, por 69 millones de dólares, dos meses antes de que la cotización de las criptomonedas frenara su ascenso meteórico.

El éxito de este formato de arte digital va inevitablemente unido, por ahora, al valor de las critpodivisas, ya que la mayoría de NFT se tasan en ethereum, la segunda criptodivisa en importancia después de bitcoin.

En los últimos meses, el mundo del criptoarte ha vivido un auge de obras provenientes del centro y sur del continente americano, y cada vez más esta rama tan fértil del arte digital se nutre del talento de los latinos.

Así lo explica Luisa Ausenda, cofundadora de Clitsplash, un colectivo feminista de "arte cripto" que promociona obras digitales desde Cuba. Apunta a que "muchos países de América Latina han sufrido cuarentenas más largas que en Europa o Estados Unidos", lo que probablemente haya dinamizado la aparición de tantos artistas digitales iberoamericanos.

Luisa es también curadora de arte tradicional y asegura que durante la pandemia muchos grandes museos, como el Louvre en París o El Prado en Madrid, ofrecían visitas digitales guiadas y fue cuando se dio cuenta de la importancia de las obras digitales.

"La 'Gioconda' se veía fea desde mi computador. Sin embargo las obras digitales son concebidas para verse en una pantalla." Así surgió la idea de Clitsplash, que nació para apoyar artistas digitales que no "fuesen hombres blancos y heterosexuales, que eran predominantes en el criptoarte, e integrar temáticas de género, raza o LGTBQ".

Ausenda cree que la consolidación de NFT llegará cuando los grandes museos promocionen estas obras digitales en sus vitrinas y vaticina que "ocurrirá pronto".

Fundadores del primer museo digital de criptoarte sudamericano: "Hay talento"

Hace un mes nació MALa, el primer museo digital de criptoarte exclusivamente sudamericano, una galería virtual donde 100 artistas latinos han sido seleccionados para exhibir y vender sus obras y así promocionar su carrera. El cofundador de este precoz museo digital, el argentino Juan Pablo Papaleo, opina que el florecimiento de los artistas sudamericanos se debe al "enorme talento, a menudo escondido", que hay en la región. También menciona que "antes muchos artistas frikis latinos no podían ganar dinero con sus obras, pero ahora de repente ingresan miles de dólares". Cree además que muchos artistas no podían acceder con tanta facilidad a espacios de promoción y ahora solo "tienen que abrirse una cuenta y publicar sus obras sentados en casa". El peruano Carlos Kong, otro cofundador de MALa, añade que las galerías digitales son más transparentes que las subastas tradicionales, ya que en el mundo digital el usuario puede ver el historial de precios que se ha pagado por la obra. "El criptoarte latino es una gran oportunidad para conocer la cultura y la idiosincrasia latinoamericanas", concluye.

69 millones de dólares fue el valor que alcanzó en una subasta un "collage" de imágenes digitales del artista norteamericano Beeple.

La publicidad en Internet quiere volver a seducir en un mundo sin cookies

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Campañas que volverán a poner la creatividad en primer plano, que se recordarán y generarán conversación; así será la publicidad en internet cuando desaparezcan las cookies de terceros que recopilan datos de los usuarios en favor de los avisos funcionales que ahora imperan.

De esta forma lo explican a Efe dos expertos publicitarios, sector que recibió con "incertidumbre" el anuncio de Google de que en 2023 eliminará las cookies de terceros de su popular navegador Chrome, el más usado en el mundo con el 64% de cuota del mercado.

Las cookies son utilizadas para rastrear los hábitos del usuario en internet y ofrecerle publicidad personalizada, por lo que aportan una valiosa información sin la que la industria ahora tendrá que reinventarse.

Los principales competidores de Chrome, Safari (de Apple) y el independiente Firefox, ya hace tiempo que bloquearon las cookies de terceros en sus productos, pero no tienen el alcance del navegador de la firma de Mountain View (California, EE.UU.), que anunció la eliminación de las cookies para 2022, pero finalmente la retrasó.

La creatividad

Sin las cookies de terceros, los avisos publicitarios no van a estar tan personalizados sino que explorarán otra forma de impactar, haciendo uso del contexto de la información del medio digital en el que aparecen y revalorizando la creatividad para generar emociones.

"La creatividad va a jugar un rol más importante. Buscábamos campañas que convencieran y ahora vamos a campañas que quieras recordar y contar a un amigo", señala Eladio Portela, vicepresidente regional de Data de la agencia de marketing digital MRM, perteneciente a McCann Worldgroup.

El experto hace un símil con el fútbol y explica que si bien con el modelo actual se busca "la asistencia de gol y el gol, que es la venta", con el nuevo modelo "hay que empezar la jugada desde cero con el cliente.

"Se trata de volver a enamorar, no solo haciendo la mejor oferta sino siendo lo más interesantes posible, y creo que ahí la parte creativa va a tener mucho que decir", explica Portela.

Para un creativo como Alfredo Alquicira, vicepresidente creativo de McCann Worldgroup México, el cambio anunciado por Google genera "incertidumbre" en la industria, porque se pierde toda la segmentación y conocimiento de la audiencia que se había logrado, pero "revaloriza" su trabajo porque volverá a priorizarse el ingenio y las buenas ideas para llegar a las personas.

En su opinión, a faltade los datos exactos del perfil de los usuarios, habrá que elaborar mensajes de manera creativa que muevan a las personas como seres humanos y no solo como consumidores.

Experiencia de usuario

La eliminación de las cookies también traerá un cambio en la experiencia de navegación del usuario y en su relación con las marcas. Las cookies de terceros desaparecerán, pero permanecerán las cookies originales, que facilitan la navegación y futuras visitas mediante, por ejemplo, el recuerdo de nombres de usuario y contraseñas o de preferencias de navegación.

De esta forma, al usuario muchas veces le van a pedir registrarse voluntariamente para que las marcas puedan seguirlo. El gran desafío de las marcas, dice Portela, "será conocer más al cliente a través de modelos de recompensa y los consumidores serán más conscientes del valor de sus datos: te los doy si la propuesta me compensa; si no, sé el valor de mis datos y se los llevo otras marcas".