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Volver al jardín infantil
No es nuevo que la pandemia trastocó nuestra vida y que la educación se vio fuertemente afectada por la suspensión de las actividades presenciales. Es un tema que a estas alturas se ha constatado ampliamente, y por lo mismo, debe seguir siendo una preocupación central. En el caso de la Educación Parvularia, es un pilar fundamental en el desarrollo futuro de los niños y niñas. La buena noticia es que, a la fecha, más de 70% de los jardines infantiles ya abrieron sus puertas, según cifras de la Subsecretaría de Educación Parvularia.
Sin duda que este regreso a los jardines infantiles despierta diferentes emociones en las familias, los equipos educativos y también en los párvulos, quienes han estado un largo período de tiempo alejados de este espacio de protección y aprendizaje, o porque es primera vez que lo conocen. El primer día en el jardín infantil no solo es un momento emotivo que queda retratado en fotos, sino una etapa de adaptaciones, donde los párvulos también enfrentan nuevas experiencias.
Aquí, no solo es de vital importancia fortalecer y valorar del rol del jardín infantil, sino también la comunicación y alianza con las familias. Para tener un regreso armonioso, hay que establecer criterios y prioridades claras, organizar los espacios, planificar los procesos pedagógicos, pero, sobre todo, considerar el bienestar de los niños que regresan. Los párvulos al volver pueden sentir muchas emociones, alegría, pero también tristeza o ansiedad, por lo que es clave que los equipos educativos preparen estrategias de contención emocional.
Para contribuir con esta tarea, la Agencia de Calidad de la Educación robusteció "Lila y sus emociones" (lila.agenciaeducacion.cl) una herramienta para todos los centros educativos con Educación Parvularia. A través del juego y de diferentes recursos adaptados para los párvulos, permite evaluar y promover el desarrollo socioemocional, y además tiene un doble propósito: por un lado, permite que los propios niños reconozcan y expresen lo que sienten en esta etapa, y por otro, entrega información a los jardines infantiles para abordar las distintas situaciones que se presenten.
Especialmente en un contexto como el actual, monitorear y evaluar el estado socioemocional de los párvulos que vuelven al jardín infantil es un primer paso fundamental, para luego desde ahí retomar un armonioso desarrollo de sus aprendizajes. .
Catalina Ruiz, encargada de la Unidad de Educación Parvularia, Agencia de Calidad de la Educación
Combate al terrorismo
El terrorismo en la macrozona sur ha llegado a límites absolutamente inaceptables. Los órganos del Estado no lo han combatido eficazmente ni material ni jurídicamente.
En este último aspecto cabría señalar que el Congreso no ha aprobado diversos proyectos de ley que habrían contribuido a derrotar este flagelo. Tampoco ha aprobado la modificación de la ley 18.314 que determina conductas terroristas, una ley absurda que exige acreditar un hecho subjetivo -como lo es la intención de los imputados-; algo que no se puede probar y que hace imposible condenar a quienes cometen actos terroristas (el artículo 1º de dicha ley establece: "Constituirán delitos terroristas los enumerados en el artículo 2º, cuando el hecho se cometa con la finalidad de producir en la población o en una parte de ella el temor…").
La instalación de un artefacto explosivo o incendiario es un hecho objetivo que constituye per se una conducta terrorista.
Adolfo Paúl Latorre
Afganistán y la equidad de género
Lo que ocurre en Afganistán y la preocupante amenaza que supone el nuevo régimen para las personas, en especial para las mujeres y niños de ese país, hace valorar los logros en equidad de género, pero también nos invita a reflexionar en lo fácil que es retroceder.
El mundo del trabajo es uno de los ámbitos en que mayores desafíos se deben alcanzar, y de acuerdo con un estudio global realizado a líderes consolidados y emergentes, los Millennials se muestran confiados en que serán ellos la generación que logre la equidad plena.
Uno de los grandes obstáculos es la presencia de una arraigada cultura masculina, la cual es independiente del género de la persona y que obliga, en un primer nivel, a conversaciones para sincerar prejuicios, miedos, estereotipos pues ellos en su conjunto, condicionan patrones de relacionamiento que se han normalizado.
Es clave partir con un diagnóstico de cultura corporativa para conocer qué se opina y siente en relación con la diversidad y conocer el nivel de adhesión y/o resistencia frente a procesos inclusivos.
Los lamentables episodios de Afganistán son una oportunidad para reflexionar sobre la sociedad que queremos y la invitación es a tener conversaciones sinceras y respetuosas respecto de equidad, y luego establecer compromisos para el desarrollo de una cultura inclusiva sostenible y que no tenga excepción.
Hablemos sin cesar sobre esto porque los que están siendo silenciados no lo podrán hacer.
Anabella Capetillo