Correo
Cuarto espolonazo
La discusión del cuarto retiro previsional está abierta, y por más que algunos crean que su aprobación es poco probable, lo cierto es que la historia de los tres retiros anteriores demuestra lo contrario.
Un cuarto retiro sería un cuarto espolonazo a nuestro sistema previsional, pero no será más que eso, ya que finalmente lo termina validando, pues los afiliados saben que la plata existe, que es de su propiedad, y que los políticos no se la pueden tocar, sino solo entregarla antes de la edad de pensión.
A esta altura del año electoral da lo mismo la opinión de los expertos, a pesar que predijeron los perjuicios a la economía de los retiros anteriores, como aumento de inflación o el aumento de las de tasas de créditos hipotecarios, entre otros, pues lo que finalmente les importa a nuestros honorables es la próxima elección.
Un cuarto retiro sería una muy mala noticia para las futuras pensiones, para el repunte de nuestra economía, pero ante el populismo parlamentario es difícil competir.
Eduardo Jerez Sanhueza5 de septiembre
Transitando entre la soledad y el encierro, hemos debido vivir la muerte de la forma más triste jamás concebida, sin abrazos y sin adiós.
En sociedades premodernas, la muerte se enfrentaba con dignidad y resignación, rodeados de ritos y espacios simbólicos que contribuían a que las personas llenaran el vacío de la pérdida y encontraran sentido a la muerte. Las muestras de afecto, han quedado en el pasado, y la muerte de un ser querido se reduce a un minimalista anuncio en un periódico.
Esta pandemia refleja lo distante que aún estamos de humanizarnos. El sistema neoliberal ha puesto la felicidad como un bien de consumo, asociando emociones y vínculos a experiencias de mercado, generando estrategias para evadir el dolor e invisibilizar el efecto de las perdidas. Sistemáticamente nos enfrentamos a acciones que buscan insensibilizar a las personas.
Como sobrevivientes de esta pandemia, debiéramos esforzarnos por recuperar la ética del dolor, rescatando espacios de dignidad y respeto para nuestros muertos. Recientemente ha surgido desde la sociedad civil la iniciativa del Día de la Condolencia y el Adiós, en un esfuerzo por lograr escenarios donde la tristeza tenga lugar y expresión y acompañe simbólicamente el proceso de pérdida con reflexión y recogimiento.
Este 5 de septiembre tendremos el espacio de despedida para las personas que han fallecido estos últimos meses. Acciones como esta permiten tener la esperanza de recuperar la humanidad que hemos perdido.
Catalina Valenzuela Dir. Escuela de Psicología UDLA
Aguinaldos para el "18"
Nuevamente nos veremos enfrentados a celebrar las fiestas patrias bajo contexto de pandemia. Al interior de las empresas hemos visto cómo los trabajadores han debido adaptarse a nuevas y complejas dinámicas: quienes se quedan en casa y deben compatibilizar las tareas laborales con las domésticas en un solo lugar, y también para quienes tienen que ir presencialmente a la oficina, con todos los sustos, cambios e incertidumbres que el virus genera. A pesar de todo eso, los trabajadores han demostrado que son el soporte esencial para que las empresas resistan y continúen.
Hoy, los números de la economía dan señales de recuperación, lo que debiese abrir espacio para que gran parte de las empresas que se vieron forzadas a no poder entregar aguinaldo de fiestas patrias durante 2020, ahora sí puedan hacerlo. Es parte de una necesaria reciprocidad que debiese existir entre las partes y que reafirma el compromiso de uno con el otro.
Beneficios como el aguinaldo tienen una importante carga simbólica, impactan en el compromiso y sentido de pertenencia de la gente. Diversos estudios demuestran que reconocerlos, a través de un beneficio focalizado y tangible como este, será la mejor forma en que las empresas puedan transmitir preocupación y comprensión por los trabajadores.
Francisco Droguett
Ante notario
No quiero echar leña al fuego con lo de Ancalao, pero la expresión tan común "Debe firmar ante notario" no es fácil de cumplir. Llegado el momento de firmar, nunca se ve al notario. Por lo general, se firma el documento ante un funcionario de la Notaría y se le pasa el carnet de identidad, este se mete a una oficina y al rato vuelve con la certificación de la firma por parte del notario y eso sería todo...
Luis Enrique Soler Milla