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Rebecca Hall: "Mi casa se volvió más aterradora tras hacer esta película"

CINE. La actriz protagoniza "La Casa Oscura", cinta que llegó esta semana a las salas de cine chilenas.
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Javiera Palta Olmos

La película "La Casa Oscura" arribó a los cines de Chile y su protagonista, Rebecca Hall, tuvo la oportunidad de verla antes de que los teatros cerraran por la pandemia. "La vi en Sundance antes del covid, con una enorme audiencia, en una proyección de medianoche", recuerda la actriz.

"Los gritos eran increíbles. La gente saltaba de las butacas a los gritos. Yo estaba sorprendida y espantada por sus gritos", menciona entre risas. Eso es lo que Hall cree que marca la diferencia al ver películas de terror. "Hay algo de gritar en la oscuridad en una sala repleta de desconocidos que supera gritar a solas en tu sillón", bromea.

"Igual, creo que el verla a solas es una buena experiencia. Yo pude ver la película en ambos contextos, con la multitud que grita y en casa con una taza de té. Déjame decirte que mi casa se volvió mucho más aterradora desde entonces", dice.

"La Casa Oscura" relata la vida de Beth (Rebecca Hall), quien intenta superar la muerte inesperada de su esposo, a la vez que se queda totalmente sola en una casa cerca de un lago especialmente diseñada para ella.

De acuerdo a Hall, gran parte de la cinta ocurre al interior de una casa, la que ella misma describe como "espeluznante". "Sinceramente, fue muy escalofriante rodar allí", comenta.

La opción de entrar al proyecto fue sencilla: a Hall le pareció un guión aterrador. "Si ya al leerlo te da miedo, sabes que requiere bastante esfuerzo llegar a estropearlo y que deje de ser aterrador", bromea.

Sin embargo, el miedo iba más allá de la historia. "Estaba aterrada como actriz, porque básicamente es un unipersonal. Hay otros actores secundarios increíbles, pero una tremenda parte de la película me la paso en una casa haciendo cosas y llevando adelante una historia a solas, y eso es algo que nunca había hecho antes", explica.

Sobre Beth, la intérprete afirma que su personaje es "una mujer común y corriente". "De entrada, no hay nada que sugiera que hay algo fuera de lo común en ella. Es maestra. Aparentemente es una buena maestra. Ha tenido una vida estable, un matrimonio feliz, hasta donde ella sabe. Pero cuando la conocemos, es como si toda su vida se hubiera puesto en una licuadora", menciona.

Y es que la cinta se inicia cuatro días después de la muerte de su esposo. "Creo que ella sigue en shock", menciona. "Hay una escena al principio de la película que me sorprendió. Ella está en la escuela y está hablando con una madre que viene a hablar por las calificaciones de su hijo. En un momento, ella sencillamente le revela: 'bueno, mi marido se suicidó hace cuatro días, así que ¿me importa si su hijo obtuvo una B o una C? La verdad que no'", cuenta.

"Sí, Beth está asustada, sí, la está pasando mal, pero también hay una partecita de ella que está tan incrédula de lo que le ha pasado. No le importa nada realmente y bien podría correr hacia el peligro en lugar de huir de él", cierra.

"Esta película tiene los sustos", menciona. "Es una experiencia de emociones fuertes. Te hará sentir miedo de los crujidos de tu casa y todas las cosas que esperas luego de ver una película de una casa embrujada", explica.

Subastan autorretrato de Frida avaluado en US$ 30 millones

ARTE. "Diego y yo" había salido una sola vez a remate antes, hace tres décadas.
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Sotheby's anunció que subastará en noviembre un codiciado autorretrato de Frida Kahlo que los expertos estiman superará los 30 millones de dólares, un monto con el que pulverizaría el precio récord de ocho millones que se pagó por una obra de la mexicana en 2016 en una venta al mejor postor.

Se trata de "Diego y yo", un autorretrato en forma de busto de Kahlo en el que la artista aparece con una imagen de su marido, Diego Rivera, sobre la frente, y que fue completado en 1949, pocos años antes de su muerte.

"Es una obra emblemática", cuenta a Efe la directora de Arte Latinoamericano de Sotheby's, Anna Di Stasi, que señala que los años 40 fue un periodo "fundamental" en la producción de la artista mexicana.

"Esta es la década en la que pinta las grandes obras, sobre todo las que hace que se reconozca la contribución de Kahlo al arte moderno y surrealista", agrega y señala que "Diego y yo" es uno de las pocas piezas de este periodo de la pintora que permanecen en manos privadas.

El cuadro, que no ha salido al mercado en más de 30 años, será una de las piezas centrales de la Subasta Vespertina de Arte Moderno que celebra Sotheby's cada mes de noviembre, y será expuesto en Taipei, Hong Kong, Londres, Los Ángeles y Nueva York antes de la venta.

La última vez que salió a subasta, en 1990, la pieza ya marcó un hito al venderse por 1,4 millones de dólares: fue la primera vez que se superó en una puja el millón de dólares por una obra de un artista latinoamericano.

Sotheby's estima que alcanzará los US$ 30 millones "no solo por el nivel artístico" del cuadro, sino también por el momento de la venta, cuando las obras de las artistas del siglo XX se están revalorizando, y cuando se está mostrando un "profundo interés" hacia artistas latinoamericanos surrealistas.

"Es una combinación de factores, es como la tormenta perfecta", subraya Anna de Stasi, que recordó destacadas ventas recientes en sus subastas de artistas como Diego Rivera, Remedios Varo o Leonora Carrington.

"Diego y yo" simboliza la tempestuosa relación entre Kahlo y Diego Rivera, quien aparece dibujado sobre la frente de la mexicana y que a su vez tiene un tercer ojo (en su frente), un elemento con el que trata de representar la continua presencia de su marido en su mente.