Mayor uso de la bicicleta
Para que las ciudades funcionen bien, hay que ir limitando el espacio del automovilista privado y dar mayor capacidad al transporte público y a sistemas menos contaminantes, como la bicicleta
El explosivo aumento del parque automotor y sus consecuencias son evidentes, no solo en nuestra región, sino en todo el país. Ello se traduce en una gran congestión en las calles, en más accidentes de tránsito y en un aumento de la contaminación. Pero también se aprecia un marcado aumento en el interés por el uso de la bicicleta, ya que además de ser una alternativa económica, sobre todo para los jóvenes, descongestiona las calles, no contamina y genera beneficios directos para la salud y la calidad de vida de sus usuarios.
No obstante estos avances, se requiere fiscalizar el buen uso de estos espacios y también instruir a las personas para mejorar la interacción entre ciclistas, peatones y conductores respecto del buen uso de las vías. Con frecuencia se ve a transeúntes que se instalan despreocupadamente en la pista de bicicletas para esperar la luz verde del semáforo, o a automovilistas que las invaden. Hay que recordar que la ley de convivencia de modos de transporte establece reglas para mejorar la seguridad y disminuir los accidentes en las calles. La idea de esa normativa, publicada hace unos años, fue ordenar la circulación en las vías públicas, que por estos días genera situaciones de conflicto.
Cada año se producen casi cien mil accidentes de tránsito en Chile, configurando una de las tasas más altas del mundo, en relación al número de habitantes. El 52% de los fallecidos en esos siniestros son peatones, ciclistas o motociclistas. Con esa ley, los ciclistas deben cumplir una regla: se les prohíbe circular por las veredas y solo deberán hacerlo por ciclovías o bien por la calle. Lo mismo rige para los scooters, patinetas y patines. Para que las ciudades funcionen bien, hay que ir limitando en forma paulatina el espacio del automovilista privado y dar mayor capacidad al transporte público y a sistemas menos contaminantes, como la bicicleta. Pero para que esto resulte bien hay que tener una movilización colectiva de calidad, para que los tiempos de viaje se acorten y la gente pueda optar por los buses.