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Axel Callís, sociólogo, experto electoral y director de Tuinfluyes.com:

"No vamos a elegir presidente o presidenta, sino un administrador de incertidumbres"

"En un debate, el que se pica, pierde", dice el analista al repasar el primer cara a cara que tuvieron esta semana Boric, Sichel, Kast, Provoste y Artés. Además, evalúa el desempeño de cada uno y explica en qué acertaron y en qué fallaron.
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Como experto electoral, los últimos meses han sido frenéticos para el sociólogo Axel Callís. Como director de la plataforma Tuinfluyes.com está focalizado en realizar análisis sobre el comportamiento de los electorados ante el complejo presente político que vive el país, y con tantas votaciones ha debido trabajar horas extra.

Obviamente, el primer debate presidencial con cinco de los siete candidatos cuyos nombres estarán en la papeleta de noviembre, es materia obligada de opinión y análisis. Sólo faltaron Marco Enríquez-Ominami (por estar en cuarentena tras arribar desde el extranjero) y Franco Parisi (en Estados Unidos), debido a que el formato exigía presencialidad.

-Todos se dan por ganadores y todos dan por perdedores a los demás. ¿Hay ganadores y perdedores en los debates? ¿Tienen efecto en los electorados?

-Voy a decir algo poco sistemático. Lo debates producen efectos. Producen efectos en distintas dimensiones de la política y que después, dependiendo de la magnitud de estos, pueden generar conductas electorales. Los efectos son, en términos metodológicos, multidimensionales, desde estados de ánimo, desde personas que pensaban votar y que se restan de hacerlo, hasta quienes no pensaban hacerlo y salen a votar. O personas que toman decisiones por ideas, afectos o comunicación no verbal, expresiones corporales de los candidatos. Y a esto hay que sumarle que sólo una pequeña parte de las personas ve el debate en directo, y otro grupo enorme, gigantesco de personas, ve pedazos del debate, o highlights, a partir de las redes sociales, sin contar todos los subproductos, como los memes. Mucho meme. Todo eso es un debate, no es sólo el día que se da. Genera múltiples efectos en distintos ámbitos de una lección.

-Hay mucho de estrategia, de puesta en escena en estos debates, ¿no?

-Cada uno se prepara con una estrategia para enfrentar el debate y esta consiste en definir qué quieres lograr, porque para entender bien un debate, cada candidato se autopercibe de una forma con respecto a los otros y en la carrera por La Moneda. Ahí, aunque ellos digan que no, influyen mucho las encuestas. Es decir, el mote de ser favorito de Gabriel Boric lo dan las encuestas, que todo el mundo puede decir que están equivocadas o que son buenas o malas, que son imprecisas, pero generan el efecto de que Boric entra como el favorito y que Eduardo Artés entra como uno testimonial, por ejemplo. Se produce, entonces, un ránking de favorabilidad y sobre ese ránking diseñan su estrategia para esa noche. Evidentemente las encuestas y la sensación térmica hacen que, por ejemplo, un vespertino publique el día del debate "Hoy se la juega Yasna". Y se comienza a generar un ambiente en que Yasna se la tiene que jugar y tiene que entrar a romper este tercer o cuarto lugar y tratar de acercarse a los primeros. O que Sichel tiene que tratar de mantenerse como favorito, que Kast tiene que ir a interpelar. O sea, las encuestas generan efectos y la estrategia de cada uno responde a esos lugares que cada uno tiene en ese universo de favorabilidad electoral.

-Considerando lo que dice, ¿estuvieron bien en su estrategia?

-Yo diría que hay algunos a los que les fracasó la estrategia, a otros les fue mucho mejor de lo que pensaban y otros que cumplieron. Boric cumplió. No le fue ni más bien ni más mal, sino que cumplió y sacó adelante en la tarea.

-Como era favorito, no debía arriesgar tanto.

-Claro, tenía que tratar de no mellar su capital político y él sacó adelante la tarea. Entonces, uno podría decir que sí tuvo éxito, pero tampoco podría decir que descolló. Tampoco le fue mejor de lo que se pensaba. Yo creo que Sichel, en cambio, no sacó adelante la tarea. Estuvo incómodo en el debate, nunca encontró su lugar y no tener un lugar en un debate es no tener un lugar en la presidencial. A qué me refiero con esto, a que se pueda quedar ubicado políticamente con ciertos valores y decisiones y programas con respecto a los demás candidatos. Se le vio en el aire. A (José Antonio) Kast le fue mucho mejor de lo que pensaba. Es decir, si me dices quién sumó esa noche, sin ninguna duda te digo que Kast.

-Es un buen debatista. El formato

"Una pequeña parte de las personas ve el debate en directo, y otro grupo enorme, gigantesco de personas, ve pedazos del debate, o highlights, a partir de las redes sociales, sin contar todos los subproductos, como los memes. Mucho meme. Todo eso es un debate".

Para callís, en el debate de este miércoles el único que logró sumar fue kast.

sin duda le ayudó.

-Pero ojo que no llegó igual que antes. Llegó menos histriónico, más educado y moderado en el lenguaje, nunca se le vio enojado ni picado. Porque en un debate, el que se pica, pierde.

-¿Como Yasna Provoste?

-Exactamente. De hecho, lo dije antes, esta noche todos venimos a ver a Yasna Provoste, pero vamos a terminar viendo a Kast. Porque sé que Kast está acostumbrado a jugar solo y eso es súper importante. Tiene como el síndrome del hijo único. Como está acostumbrado a estar solo y a generarse agendas solo creando peleas con personas y organizaciones, cuando está acompañado la ansiedad lo podría matar. Pero eso no pasó. Pudo administrar esa ansiedad, interpelar y le dieron mucho más juego de lo que yo pensaba. Igual, Boric no lo pescaba de repente, no le contestaba. Pero a Kast le fue bien porque supo decir en qué lugar estaba en ese debate. Él dice "soy de derecha, esos son mis valores, les guste o no, pero estos son", y tenía una opinión para todo.

-¿Y Sichel?

-En un debate uno tiene que transmitir ubicación política, y así como Sichel cuando debatió con Lavín, Briones y Desbordes dijo "yo soy el cambio, soy la juventud, la renovación dentro del espectro político", eso no lo transmitió en este debate, porque ya no le resulta, porque ya no tiene a un Lavín enjuto al lado, disminuido físicamente, con el cual diferenciarse.

-¿Cómo evalúa a Provoste?

-Yasna Provoste trataba de resaltar, pero lo hacía a través de formas, con cosas como el plebiscito que iba a hacer tres meses después. Trató de generar efectismos, como este lapsus de Sebastianes, y en eso fracasó. Creo que hubo un buen intento con eso del feminismo, o de la meritocracia que trata de trasuntar, que es mujer que viene de regiones, que es mitad indígena y eso podría encontrar un valor en un cierto electorado, pero todavía es un esbozo de personaje. Todavía no está desarrollado.

-En estos debates uno percibe que hay algunos candidatos que tienen poco margen de crecimiento y que sólo van a hablarle a su electorado y otros que sí van a lanzar la red. ¿Es así?

-Es que es muy importante que cada candidato defina a quién le va a hablar y eso es muy relevante. Hay algunos que llegan a hablarles a todos y a ellos les va mal. A un "todos" que no existe. Sichel y Provoste le están hablando a un espectro que no existe, que es el concepto de centro. Siempre trato de explicar que en esta coyuntura, en este tiempo -en realidad hace mucho tiempo en Chile-, nadie se siente de centro. Como concepto político, digo. Porque Sichel ganó la primaria no siendo de centro, sino el cambio, que es distinto a ser de centro. El concepto de centro, izquierda o derecha, esos ejes, están absolutamente obsoletos, porque hoy se movilizan electorados en base a atributos y proyecciones que esos atributos tienen con respecto a tu vida. Por eso aparecen conceptos más abstractos como cambio, renovación, cambio generacional. Es la seguridad que te da el candidato. Eso partió con Bachelet. De hecho, parte con Lagos-Lavín. Lavín no representaba a la derecha el 99, sino la eficacia en la resolución de problemas reales de la gente.

-Vimos un debate con más intercambio de golpes. ¿Así se viene la campaña?

-Es una campaña súper corta y por lo tanto es como una carrera de 100 metros, no un maratón. Lo que hay que tratar de comunicar son ideas concisas y, sobre todo, definiciones. Lo que estamos eligiendo ahora es alguien que va a administrar los cambios que va a generar la Convención Constitucional y va a administrar algo que es súper importante y relevante, que es la incertidumbre de chilenos y chilenas. Entonces uno no va elegir un presidente o presidenta, sino un administrador de incertidumbres.

-¿ME-O y Parisi tienen algo que decir en esta campaña?

-Así como Kast llegó moderado, y huele sangre en Sichel, huele debilidad, ME-O no llega renovado, llega desgastado y con un discurso que la verdad que se ve poco fresco. Yo diría que ME-O es la versión pequeña de lo que es Boric. Boric es la versión original. En ME-O no hay relevancia ni algo original, porque tenemos la versión original de lo que es el cambio, que es Boric. En el caso de Parisi, llega absolutamente magullado, chocado, porque lo que antes podía pasar colado, como estas deudas de pensiones alimenticias, hoy son delitos económicos contra la mujer y los niños. Hoy ese tipo de falta y de delito son condenados no solo penalmente, sino que social y humanitariamente. Entonces, uno llega con bastante poca relevancia y el otro golpeado.

-La sanción social podría percibirse como mayor que la penal en el caso de los denominados "papitos corazón".

-Evidentemente. Ahora, el electorado de Parisi es tan sui géneris, porque no necesariamente participa en elecciones si no está él, que a lo mejor lo ven como parte de la conspiración natural, porque ellos entienden que hay una conspiración del sistema contra Parisi.

-¿Y el profesor Eduardo Artés? ¿Qué rol juega?

-Yo lo valoro mucho, porque considero que no es un candidato testimonial. Él está en una lucha larga, que tiene otra temporalidad. El PC de acción proletaria y toda la tradición que viene detrás de él y que desemboca en esta candidatura de Unión Patriótica, es de personas que vienen haciendo política hace 100 años. Este PC se separó del Partido Comunista chileno en los años 20 del siglo pasado. Son personas que tienen otra concepción del tiempo y de los logros. El lenguaje para él es algo completamente distinto. Para él no hubo un estallido social, sino un levantamiento popular. Esa distinción no es menor en el universo simbólico y político de su candidatura. Ahí me atrevo a decir que no le va a ir tan mal como en la última elección. Aquí podría haber un público evidentemente menor de dos dígitos, pero podría haber una señal interesante. Porque en este electorado hay público para él.

-Existe todo ese electorado para el cual el único no "amarillo", por así llamarlo, es Artés.

-Claro, y fue muy visible lo que dijo ese día cuando calificó a Boric de "burgués liberal". Lo puso casi en el centro del espectro. Mientras todos estaban acusando a Boric de que era parte del comunismo internacional y del terrorismo, llega Artés y le dice que no, que es un burgués liberal. Y ¡paf!, lo pone al lado de Provoste y Sichel. Aparte que es una política noventera esto de asociar al comunismo con el terrorismo, sólo siguen con esto las personas mayores, es una discusión de los 90 o principios de los 2000.

-Se celebró mucho el formato del debate, con menos protagonismo de los periodistas.

-Y ayuda mucho a personas como Kast y ME-O, personas que son capaces de interactuar con el resto y de provocar. Porque acá tú apuestas a que el otro se "pique". Al final lo menos relevante es lo que la gente que ve ese día; lo relevante son los subproductos que empiezan a movilizarse por las redes, las frases, los memes, los highlights, todo eso también genera opinión pública y por lo tanto movimiento dentro del espectro electoral. Por eso siempre hablo del "artivismo". Es de los generadores más grandes de adhesión política. El "articismo" es cuando en una campaña las comunicaciones que trasuntan son las que ensalzan o ridiculizan a alguien hechas por los propios electores. Es un meme, una imagen, un video, piezas gráficas o manifestaciones callejeras que tratan de tener un mensaje que llega mucho más genuinamente a un electorado que los que genera una agencia. Por eso es una mezcla de arte y activismo.

-¿Qué debiéramos esperar ahora de los candidatos?

-Vamos a ver despliegue regional y programático y esperaría que en el próximo debate los candidatos esbozaran planteamientos más de fondo. No solo terminar con la AFP, sino qué va a pasar con eso, si va haber un sistema de seguridad social, qué va a pasar cuando se acaben los bonos.

"Boric cumplió. No le fue ni más bien ni más mal, sino que cumplió y sacó adelante en la tarea (...) Uno podría decir que sí tuvo éxito, pero tampoco podría decir que descolló. Tampoco le fue mejor de lo que se pensaba".

"Si me dices quién sumó esa noche, sin ninguna duda te digo que Kast. Pero ojo, no llegó igual que antes, llegó menos histriónico, más educado y moderado en el lenguaje, nunca se le vio enojado

ni picado".

"Yo valoro mucho a Artés, porque considero que no es un candidato testimonial. Él está en una lucha larga, que tiene otra temporalidad (...). Me atrevo a decir que no le va a ir tan mal como le fue en la última elección".

"Yo creo que Sichel, en cambio, no sacó adelante la tarea. Estuvo incómodo en el debate, nunca encontró su lugar y no tener un lugar en un debate es no tener un lugar en la presidencial. Se le vio en el aire".

"Yasna Provoste trataba de resaltar, pero lo hacía a través de formas, con cosas como el plebiscito que iba a hacer tres meses después. Trató de generar efectismos, como este lapsus de Sebastianes, y en eso fracasó".

"ME-O llega desgastado y con un discurso que se ve poco fresco. Es la versión pequeña de lo Boric. Parisi llega magullado: lo que antes podía pasar colado, hoy son delitos económicos contra la mujer y los niños".