Los casos de covid-19 a nivel nacional están experimentando un repunte preocupante. De acuerdo al informe entregado por el Ministerio de Salud, la ocupación de camas UCI está llegando a su nivel más alto en un mes. Tampoco es menor que el alza entre las dos primeras semanas de este mes fue de 89,7%. Sumado a lo anterior, durante la última jornada en la Región de Ñuble se reportó la cifra más alta de casos nuevos en casi tres meses, al registrarse 42 nuevos contagios, 19 de ellos en Chillán.

Si bien la vacunación avanza, lo cual implicaría "inmunidad de rebaño" todavía se ve lentitud y mensajes confusos respecto de la tercera dosis o de la cobertura para niños y niñas. A la luz de los hechos, existen evidencias que inquietan y que es necesario revisar, para que las restricciones sanitarias más estrictas no deban ser aplicadas nuevamente. El ministro de Salud, Enrique Paris, ha descartado cuarentenas totales; pero que sí podrían decretarse otras acciones preventivas, algo nada positivo considerando la cercanía del verano y la temporada alta de la actividad turística.

Como en toda la pandemia, la posibilidad de evitar contagios está en manos de las personas. Lamentablemente, cada vez se hace más frecuente ver adultos y jóvenes caminando sin mascarillas, con distanciamientos escasos y con concentraciones en espacios familiares o públicos tomando medidas mínimas.

Y esto parece un contrasentido, considerando -por ejemplo- los estrictos protocolos que hay en los colegios u otros centros educacionales; lo cual hace pasar a los estudiantes desde ambientes seguros a otros riesgosos. Se olvida que los adolescentes con covid-19 se arriesgan a complicaciones severas debido al Síndrome Infamatorio Multisistémico.

Desde la autoridad sanitaria y política hay llamados a la conciencia; algo que también reiteran desde los gremios, los cuales serán los principales perjudicados si es que la enfermedad vuelve a expandirse. Señales de peligro existen. Se ven. Ahora es preciso prevenir, con responsabilidad colectiva.

En el futuro inmediato, en el país, tenemos elecciones de gran importancia y, en marcha, un proceso apoyado por la mayoría, que nos pone en inmejorables condiciones para soñar y tener un ambiente de iniciativas, anhelos y proyectos de futuro. En cambio, el ambiente es de desconfianza, preocupación y desesperanza. La violencia no parece tener control ni lógica. El descrédito de las instituciones lo preside la misma presidencia, pasando por las llamadas instituciones garantes de la democracia. Nadie parece creer que los demás son creíbles. Algo estamos haciendo mal y tenemos que hacernos cargo.

Los obispos católicos de Chile han señalado con lúcido realismo. "Para quienquiera que llegue a gobernar el país en el próximo período, la tarea será difícil y compleja, por el contexto económico y político que vivimos, sin olvidar la presencia, aún entre nosotros, de la crisis sanitaria. Ahora mismo debemos cuidar las palabras que se dicen y las iniciativas que se emprenden, para no generar esa polarización que vuelve más opaco nuestro presente" (Comité permanente, 21 Octubre). En efecto, parece haber consenso que el ambiente está polarizado, las descalificaciones andan a la orden del día y no pareciera haber un buen ambiente de cara al futuro inmediato. Algunos depositan esperanza en algún candidato, otros en la convención, ninguno con la intención de involucrarse, el lema parece ser: que los cambios los hagan otros.

En algún momento Jesús, enseñando a las multitudes, interpelaba diciendo: "ustedes saben interpretar los signos del clima, saben si va a llover o hacer calor y ¿no saben interpretar el tiempo presente?". Claramente, podríamos identificarnos en esas multitudes, no sabemos interpretar el presente, tampoco el futuro inmediato de nuestro país. Pero, nuestra tarea es hacerlo. Hay una certeza que nos puede ayudar y es sencilla, las apariencias nunca nos muestran lo más importante, detrás de tanta nube que oscurece todo lo que vemos, hay una realidad que desentrañar y si tiene defectos tendremos que mejorarla, pero sobre todo descubrir todo lo bueno que hace que esta sociedad sí funcione.

Ante un problema o una dificultad, tanto la respuesta precipitada como la inercia son malas respuestas y, ante un problema en el que estamos involucrados nuestra objetividad también puede nublarse. Pero, un mínimo de responsabilidad es hacerse cargo, los defectos y los problemas de las personas y de las sociedades hay que saber enfrentarlos y tomar decisiones para, involucrándonos, buscar soluciones. No busquemos ni la perfección ni construir una sociedad ideal, que los ideales sean una guía no una fuente de desánimo. El país que vemos está opacado por muchas nubes, no es esa su esencia ni su verdad más profunda, solo está nublado.

Luis Flores Quintana Sacerdote diocesano

Bien sabemos que cada uno de nuestros actos, tiene una consecuencia, y que la vida no es tan bella como en aquella película de Roberto Benigni. Sabemos que el tránsito desde que nacemos es complejo, aun así, estamos dispuestos a sortear los obstáculos del camino y a levantarnos. Esto gracias a un mecanismo de sobrevivencia y conservación de la especie. No puede ser de otra manera si queremos continuar en el Gran Juego. Ahora, ¿Cómo le hacemos para no salir completamente frustrados y rendidos?, depende de muchos factores; ambientales, sociales, fisiológicos, geográficos, entre otros.

En este último tiempo, la carrera por alcanzar la mentada felicidad, ha generado una especie de locura y también un nicho económico importante para los terapeutas no convencionales, poniendo el "Nemaste" como una opción para conseguirla de forma religiosamente urgente, junto a otras disciplinas que la promocionan, venden y miden con instrumentos poco convencionales, sin base científica y dudosamente espiritual, que sin duda, en tiempos convulsos, son utilizadas como herramientas para encontrar la felicidad y la paz (que ya no es la del DIOS).

La literatura de autoayuda, es un dios a la medida, una especie de recetario para la vida, que no contempla las variables descritas anteriormente, son prácticamente universales, que van más allá de la motivación en tiempos difíciles para el ser humano, tomando lo obvio para luego producir un cambio artificial e intranscendente, porque es inmediato o casi, al igual que el efecto de los ansiolíticos de emergencia. En síntesis, no solucionan el problema, instalando a los autores de estas frases y libros en la categoría de "Gurús", maestros instalados en el mercado de las fracturas emocionales y poderosamente rentable a costa de los vacíos existenciales de este tiempo, del de ayer (que ya fue recogido por grandes filósofos) y el futuro, de ese no sabemos.

Si leemos el ranking de la Revista de Libros de El Mercurio, en la sección de no ficción, se puede apreciar que en los primeros lugares se encuentra este tipo de literatura , títulos como "Wueona tu podí" son el resultado de esta tendencia que adquiere más adeptos, más siervos de este orden de recetas para una vida mejor, sin contar las innumerables frases que circulan en la red diciendo qué hacer con la tristeza y frustración, todas como patrones prefijados en una situación común sin ahondar en lo más mínimo. Porque de eso se trata, de parches. Respecto a la noticia de estos días, en la que el actor Alec Baldwin, disparo erróneamente a la directora de fotografía de la cinta que grababa. Me pregunto qué receta habrá para él en su nueva condición de homicida circunstancial.

Laura Daza Editora independiente