La apertura de la economía chilena y su integración al mundo global se iniciaron a mediados de los 70 y generó un cambio estructural que nos ha convertido en uno de los países latinos que más exportan como porcentaje del PIB. Millones de empleos se han creado gracias a esta política pública y en la actualidad somos los líderes mundiales en la exportación de varios productos. A los evidentes beneficios económicos y de acceso a nuevos bienes y servicios, se han sumado otros, como la certeza jurídica y las relaciones internacionales (con otras naciones y economías), con horizonte de largo plazo, condiciones indispensables para la estrategia de desarrollo del país y para la ulterior inserción de Chile en mercados con economías de mayor escala. Los tratados además impusieron mayores exigencias y estándares tanto a los estados, como a los privados involucrados, en términos de gobernanza, legislación laboral, ambiental, antimonopolios, transparencia y protección de la propiedad intelectual e industrial, favoreciendo la innovación. Así, Chile se vio expuesto a la obligación y necesidad de establecer una red institucional y de políticas públicas internas para monitorear el cumplimiento de estos compromisos.
Es así como en el año 1960, nuestras exportaciones al mundo sumaban sólo US$ 490 millones, equivalentes a cerca del 13% del PIB, de los cuales el 87% correspondía a envíos mineros, compuestos por cobre, salitre y hierro; lo que nos hacía un país monoexportador, tal como lo es Venezuela en relación al petróleo. En la actualidad, nuestras exportaciones bordearán los US$ 100 mil millones, cerca de un tercio del PIB, siendo Chile el principal exportador mundial de ciruelas frescas y deshidratadas, manzanas deshidratadas, erizos de mar, nitratos de potasio, algas, mejillones en conserva, filete de salmón y trucha, yodo y litio, celulosa y cátodos de cobre. Este cambio sustancial no es un milagro, es el resultado de un programa de conexión a la economía global iniciada durante los 70 y en donde cada gobierno ha perseverado. De esta manera, en la actualidad, Chile tiene 30 Acuerdos de Libre Comercio, que incorporan a 65 economías que representan el 88% del PIB mundial y 5 mil millones de personas.
La Subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales ha avanzado durante los últimos años en la renegociación de los tratados de libre comercio, con el espíritu de ampliar las posibilidades de intercambio, eliminando barreras arancelarias y no arancelarias, así como creando nuevas oportunidades de inversión. El candidato Boric plantea una revisión de los acuerdos que, según ha trascendido, no contiene el mismo espíritu que hasta ahora ha estado presente en la política de comercio exterior. Por el contrario, busca establecer umbrales mínimos fijados arbitrariamente por la autoridad nacional que terminarán por alejar la inversión extranjera y poniendo en riesgo la amplia red de comercio exterior que hemos construido en las últimas décadas.