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"La literatura es dar la pelea desde lo simbólico"

La académica y crítica teatral Andrea Jeftanovic celebra la reedición de "No aceptes caramelos de extraños", los cuentos de perversos que publicó hace diez años y que aún sacan chispas.
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Andrea Jeftanovic Avdaloff dice que la protagonista de "No aceptes caramelos de extraños" le recuerda a madeleine Mccann.

Sobre la moral como "un laboratorio de la experiencia humana" se deslizan sinuosamente los once relatos de "No aceptes caramelos de extraños". Fueron escritos por la doctora en letras de la Universidad de Berkeley y profesora de la U. De Santiago Andrea Jeftanovic, y publicados originalmente en el año 2012. Ahora, Ediciones Universidad Diego Portales (UDP) reedita el volumen que explora las perversiones, traiciones, celos y pasiones perdidas.

Pasajes como "envolver a mi hermanita en una bolsa negra de plástico. Con esa idea me despierto en las mañanas. Depositarla con cuidado entre los tarros de basura, como en las noticias, abrigar todo su cuerpecito con una funda negra" o "era absurdo, pero me sentía acorralado, acosado por mi propia hija. Me la imaginaba como a un animal en celo que no distinguía a su presa. Se arrastraba por los muros con el pelaje erizado, el hocico húmedo, las orejas caídas. Cómo decirle que se buscara un muchacho, un novio", marcan el ritmo de los relatos que ya cuentan con nueve ediciones.

Jeftanovic declara hoy estar "feliz, porque pese a que el libro ha recorrido otros países, otros idiomas, curiosamente la edición chilena estaba agotadísima. Además que fue hecha un poco a la rápida y tenía muchos errores, fue con una editorial pequeña (Uqbar), pero en cada una de las ediciones posteriores aprendí con otros editores, corregí… En estos diez años son cuentos distintos, creo que tienen más síntesis, más contención", agrega la autora, junto con poner una foto en su Instagram mostrando que "se acaba de publicar en Brasil y curiosamente se agotó, así que estoy súper agradecida del libro, nunca esperé nada de él".

- ¿Cómo sientes que te leen en otros países?

- No siempre lo leen igual, es súper distinto de acuerdo a sus problemáticas. Por ejemplo, el cuento "No aceptes caramelos de extraños" (que da nombre al libro) en el que más he notado diferencias de acuerdo al lugar: en el Cono Sur se lee como el hijo de un detenido desaparecido, en Bolivia lo vieron mucho con la trata de blancas, en Portugal con el tráfico de niños

Los once relatos de "no aceptes caramelos de extraños" abordan los límites y desbordes del deseo y la angustia.

en Europa, me acordé mucho del caso de Madeleine McCann.

- ¿Cómo lo haces con la corrección política actual y la sordidez de tus cuentos, donde hay niños que manifiestan sus celos, deseos de matar, ambigüedades…?

- Creo que el peor corrector es el interno, el de uno, porque con los editores nunca he tenido problemas de ese tipo, no me han pedido bajar la intensidad de los personajes o alguna imagen, o palabra. Aunque tampoco soy de esos autores que "a mí no me mueven una coma", sino que agradezco un editor presente que se dé el trabajo de leer, repensar.

- Me llamó la atención algo: tú tienes hijos.

- Por mucho que uno se disocie como autor y como persona, hay mucha relación… Ahora ya me relajo y dejo que piensen lo que quieran. Antes me daba mucho pudor cuando la gente pensaba que esto era autobiográfico. (…) Pero hay un corrector interno con el que luchar porque soy mujer, tengo hijos, familia. (…) Me parece súper interesante que en la literatura uno puede ser bien transgresor sin dañar a nadie y superar, o poner en jaque, a ese corrector interno que es el de las maneras, de cómo se dicen las cosas, el súper yo. Dejo que gane la exploración, porque no todos los libros tienen que ser igual de escandalosos y esa búsqueda es lo que me motiva a escribir.

- La neo-novísima literatura chilena está muy centrada en la pobreza material y "No aceptes caramelos de extraños" habla de la clase media. ¿Cómo ves este cambio generacional?

- Siento que es un espacio que se abrió y era necesario, porque hubo una época en que la literatura chilena era pura élite. Pueden ser genios, como (José) Donoso: él escribe de la élite, pero es un genio literariamente y hace pedazos a la élite. La nueva narrativa tuvo más de clase media acomodada. Entonces, creo que este cambio (de ahora) es importante. Igual que la Convención (Constitucional): allí tienen que estar todos para que se genere una conversación. En los años 90 éramos el "jaguar" (económico). Estábamos muy "engrupidos": hubo poco espacio para la marginalidad. Al mismo tiempo que se producía una nueva carencia urbana, la que llevó al estallido (del 18 de octubre de 2019). Ahora creo que viene un nuevo relato sobre el narcotráfico y la migración.

- ¿Pero por qué todos los personajes tienen que ser pobres?

- La mercadotecnia uniformiza también. Ahora te aseguro que están tomando (para publicar) todo lo mapuche, porque está de moda. Está bien, es necesario, es una deuda (histórica), pero se uniformiza todo y cada escritor va a ir a buscar un ancestro que nunca le hizo mucho eco. Yo misma me sentí metida en la literatura "de los hijos (que crecieron durante el régimen militar)" o de "matar al padre"…

- Hablas del incesto, los celos entre hermanos, el asesinar al amante. ¿Qué tabúes crees que faltan por romper en la literatura chilena?

- El cuento sobre el incesto yo lo relaciono más con la impunidad. Vemos a cada rato que la justicia para los ricos y la justicia para los pobres es tan distinta. Nunca pensé en este padre y esta hija como perversos. Para mí era muy importante el mundo que veían a través de las noticias y la televisión. Ese constante abuso de los poderosos. A las personas comunes y corrientes nadie los va a defender, ni les va a creer. (…) Estamos súper adormecidos con la impunidad: pensemos en las clases de ética para los empresarios… Tal vez falta un (José) Donoso ("Casa de campo"), una novela sobre la clase alta ahora. Yo creo que nos han dado material de sobra y la han sacado muy gratis. La literatura es dar la pelea desde lo simbólico.

- Hoy como que todo el mundo habla con el tono de estar diciendo algo histórico.

- Me aburren estas conversaciones de las grandes estructuras, porque la literatura es todo lo contrario: detalle, micromundo. En Twitter todos se creen dueños de la verdad, no soy alguien que se va a fanatizar por ningún político ni candidato, ninguno me gusta 100%. Votaré, pero como cualquier ciudadano. Me interesa mucho más la micropolítica, el WhatsApp de mi barrio, donde se acordaron medidas para el 18 de octubre, la pandemia y ayudar a las pymes.

una de las historias pone en el centro a una niña perdida.


"No aceptes caramelos de extraños"

Andrea Jeftanovic

Ediciones UDP

196 páginas

$16 mil

julia toro

Por Valeria Barahona

shutterstock

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"Ahora yo me relajo y dejo que piensen lo que quieran. Antes me daba mucho pudor cuando la gente pensaba que esto era autobiográfico".