Tatiana Aular Aguirre
Lucy Catricheo, hace un poco más de siete años, decidió levantar la bandera mapuche con orgullo e hidalguía en la región, impulsando y liderando desde Chillán Viejo la Asociación Indígena Mapu Trafün. La presidenta de la agrupación cultural mapuche reconoce que no le ha tocado recorrer un camino sencillo, que cada vez que logra un desafío se le abren cinco más grandes. Asimismo, sostiene que la televisión no es el mejor medio para conocer la verdad de lo que pasa en La Araucanía, que la recuperación de tierras apunta más a su preservación que a un apropiamiento, y que sueña con que se levante "un Chile que reconozca a todos los pueblos y a todas las personas, y que el enfoque sea puesto en las personas y no en las industrias", remarcó.
-¿Qué desafíos ha tenido que asumir la mujer mapuche para empoderarse en espacios de liderazgos?
-El primer desafío fue visibilizarnos, hace unos 7 u 8 años, aquí en Ñuble se creía que no habían mapuches, no se veían en ningún lado. Y desde ese tiempo nosotros estamos participando con agrupaciones como la mía, que es una de las más antiguas y con la que nos dimos a conocer públicamente. La verdad es que no ha sido nada fácil, aunque aquí no tenemos la lucha de liderazgo con los hombres, porque la mayoría de los líderes somos mujeres y siempre somos nosotras las que trabajamos.
-¿Los desafíos como mujer?
-Son ser responsable en cuanto a la familia, porque por ser líderes no es que podemos dejar de lado las obligaciones que igual van adelante, pensando en la familia como núcleo, en producir para aportar económicamente al hogar y además prepararnos para ser líderes, porque uno no se da cuenta de los desafíos hasta que empieza a tomar conciencia y vivir ciertas experiencias. Allí uno se da cuenta que es capaz de liderar, si uno no toma los desafíos no sabe si es capaz o no de hacerlos.
-Por ejemplo, dar clases de interculturalidad.
-Con 63 años y jubilada estoy dando clases de interculturalidad en los colegios y fue un desafío, porque prácticamente tuve que conocer mi cultura, de adulta mayor prácticamente, y tener que aprender una cultura diferente, una cosmovisión diferente que no es la que nos enseñan en el colegio. En Chile jamás nos enseñaron de interculturalidad, tuvimos que aprender una lengua, una cosmovisión, una manera diferente de entender el mundo y de ver que los humanos somos parte de toda esta creación maravillosa y que no estamos por sobre los demás, ni de las personas, ni de las especies, ni de los animales. Somos parte de, digo yo, un eslabón más que se llama vida. Siento que tengo la responsabilidad de dejar mi espacio mejor de lo que lo encontré en todos los ámbitos.
--¿En qué se ha avanzado?
-Hemos avanzado en visibilizarnos en la comunidad ñublensina y en otras regiones, en hacernos presente con nuestra cultura, nuestra identidad, como mujeres además.
-¿Cuánto les falta a los pueblos originarios por alcanzar?
-Mucho, mucho, recién estamos abriendo un ojo, levantando una pestaña. La discriminación, el despojo, la manipulación todavía está del Estado contra los pueblos originarios en Chile. Falta el reconocimiento de otros pueblos, falta la devolución y el respeto hacia el territorio, porque eso no se ha logrado porque el Estado privilegia a estas empresas trasnacionales que aparentemente dan trabajo a gente por unos años, pero qué va a pasar después, porque nosotros como pueblo mapuche tenemos que pensar en cuatro generaciones anteriores a nosotros y cuatro generaciones posteriores a nosotros.
-¿Podría explicar qué pasa en La Araucanía?
-Dos cosas importantes, una que no vean tanta tele, porque la televisión muestra lo que le conviene mostrar y toda la gente ve la tele (…) Segundo, el espacio de la recuperación de territorio, para que se entienda súper bien, el Pueblo Mapuche no quiere tener un metro más de tierra para decir esto es mío, ¡no, señor!, sino que es para preservar una tierra de buena calidad, recuperarla, porque la tierra donde hay monocultivos allí no nace ni siquiera una sola hierba medicinal, nada, nada, porque esa es una tierra muerta. ¿Qué pretende el Pueblo Mapuche al hablar de recuperar la tierra? Recuperarla para preservarla para las generaciones que vienen. Entonces tenemos dos razones: recuperar la vida y el territorio mapuche, el territorio ancestral.
-¿Qué puede decir de los videos, que se han viralizado por las distintas plataformas, donde se ven armas de alto calibre en La Araucanía?
-No vivo allá, vivo acá y yo no puedo hablar de lo que no he visto, punto uno. En segundo lugar, lo que yo veo desde afuera, desde donde estoy, es que siempre cuando quieren llamar la atención, hablando del Estado -siempre hablo del Estado para no hablar ni de partidos, ni de presidentes, sino de Estado, el Estado es un organismo que gobierna todo este país-, entonces, qué hace el Estado cuando no hay una noticia importante, inventan algo en La Araucanía.
-¿Qué espera de Chile los próximos años?
-Me gustaría un Chile más justo, más solidario que reconozca a todos los pueblos y a todas las personas y que el enfoque sea puesto en las personas y no en las industrias, porque las industrias son las que están acabando este planeta.
"Hace unos 7 u 8 años, aquí en Ñuble se creía que no habían mapuches, no se veía en ningún lado". "En Chile jamás nos enseñaron de interculturalidad, tuvimos que aprender una lengua, una cosmovisión".