Los cambios de la atención veterinaria durante la pandemia
CHILLÁN. Entre las adecuaciones por la contingencia sanitarias están la programación de atenciones durante el mes. Además han debido mejorar la calidad del servicio que entregan.
No sólo las atenciones de salud humanas tuvieron una interrupción y adaptación frente a la nueva enfermedad, también los centros de salud veterinarios debieron ajustarse para continuar sus servicios durante los meses de cuarentena.
Sergio Cofré, director del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Concepción (UdeC), explicó, que estuvieron entre cuatro a seis meses cerrados, "además todas las clínicas y centros veterinarios especializados en pequeños animales adoptaron ciertas medidas de seguridad, esto cayó de la noche a la mañana y hubo que adaptarse rápidamente. No se permitía trabajar con aglomeraciones de gente, todo debidamente programado, con antelación y con ficha previa y eso se tradujo en un enlentecimiento de la atención veterinaria, es la principal razón por la que hubo quejas a falta o poca atención", resumió, enfatizando que los dueños de mascotas deben cambiar el paradigma de las atenciones.
"Además de la mala costumbre de ir a la consulta principalmente como de urgencia, es una mala costumbre de pensar que la atención veterinaria es inmediata e infinita. Ya no se atiende por orden de llegada, sino que hay que pedir horas, ahora estamos con flujos de trabajo distintos, por los turnos y aforos reducidos. Hay varios colegas que tienen atención domiciliaria y que te visitan en el día, y pueden ayudar a solucionar problemas con una atención primaria, en el hospital, ahora las horas están agendadas para el mes", explicó, agregando que en el caso del hospital "la capacidad de trabajo del hospital es de 60 a 70 pacientes por día, cuatro médicos trabajando y todo programado. Antes se atendían alrededor de 80 en el día", graficó Cofré.
Cercanía
Guillermo Hidalgo, médico veterinario, director técnico de la Clínica Veterinaria San Francisco de Asis de Chillán, puntualizó que "la pandemia ha causado que la gente ha comenzado a preocuparse más de sus mascotas, dándose cuenta antes de las enfermedades que están cursando. Al inicio el estrés por esta enfermedad fue altísimo, ellos se afectan del estrés que tiene la gente y eso les causa enfermarse, física y sicológicamente, muchos cambiaron su comportamiento también", afirmó, destacando que el profesionalismo, cercanía y empatía son claves al momento de tratar a sus pacientes.
"Hemos tenido que también mejorar la calidad del servicio, perfeccionarlo y aumentar la cobertura. Nuestra profesión, que se ve a través de las redes sociales, es una de las más criticadas, a la que más bullying se le ha hecho. Como profesionales atendemos con mucho cariño a nuestros pacientes, queremos dar un ambiente agradable a nuestros pacientes y eso implica ser cariñosos y afectivos, eso hace que nos afecte, la gente piensa que no sentimos cuando un paciente se enferma o se llega a morir, es frustrante, doloroso y penoso. Hay impotencia y si se suma a las críticas sociales, se entiende la presión y el estrés", sentenció Hidalgo.
Experiencia en farmacias y tiendas
La Farmacia veterinaria "Dr. Quiti", en las inmediaciones del Mercado, informó que no se vieron afectados por la pandemia, debido a que su público es completamente del campo, no tienen clientes de animales de compañía sino que atienden las necesidades de los animales de granja, por lo que tienden sus propios veterinarios a recomendar los productos necesarios. Sin embargo desde la tienda "Oh My Cat", ubicada en Av. Argentina, indicaron que ellos sólo venden medicamentos con receta emitida por algún profesional, en este caso, al atender animales de compañía que viven dentro del hogar las recomendaciones son distintas.