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Glasgow presenta menú en modo cop26: cocinar sin residuos y veganismo

ALIMENTACIÓN. Mientras 41 restaurantes adscriben a campaña que incluye platos bajo el principio de "no desperdiciar nada", los activistas abogan por una dieta sin carne animal.
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Agencias/Redacción

Definitivamente Glasgow, en Reino Unido, modificó el menú para la COP26, luego que más de cuarenta restaurantes que participan en la campaña Plate Up for Glasgow durante la cumbre climática -que finaliza el 12 de noviembre-, para que incluyan en el menú al menos un plato elaborado bajo el principio de no desperdiciar nada.

"Aquí no se tira nada", dice el chef del restaurante The Finnieston de la ciudad escocesa, Christopher McComiekey, quien en lugar de tirar a la basura algunos trozos de alimento, como antiguamente se hacía, guarda la piel del limón, las cabezas de las truchas o las peores piezas del bacalao para crear deliciosos platos que aportan a una nueva cocina sostenible.

Con los restos de los cítricos elabora cócteles o aceites para echar a las ostras; el caldo de pescado se mezcla con mantequilla para condimentar una trucha del lago Melfort con coliflor y panceta y los trozos de bacalao acaban, junto con camarones y almejas, en un picante curry, como se estila en Bangladesh.

A su vez, el dueño de El Finnieston, Graham Suttle, señala que la campaña, le ha permitido "entender aún más" lo que no se aprovechaba y "eliminar aquellos ingredientes que no eran respetuosos con el medio ambiente", y añade que esto "es el futuro de la restauración. Tenemos un deber como restauradores -emprendedores de restaurant- de hacerlo mejor, y es posible hacer pequeños cambios en el negocio que tendrán un enorme efecto en el medio ambiente".

Para la emprendedora Rebecca Ricketts, creadora de la campaña, lo que se les pide a los dueños de establecimientos que participan en la instancia, es que se ajusten a uno de cuatro parámetros: "ofrecer un plato o bebida que use productos sobrantes; que esté elaborado con piezas de carne o pescado menos valoradas o que se tirarían; que utilicen todas las partes de la verdura o el animal o que integren técnicas de conservación como fermentaciones y escabeches".

La idea pro medio ambiente, ha sido recibida con curiosidad e interés , si bien Suttle reconoce que, para que perdure en el tiempo, el Gobierno debería colaborar para impulsar la formación de cocineros y "educar" al público en apreciar el enfoque de reciclar los alimentos, ya que, apunta, "la demanda es lo que al final trae el cambio".

Veganos en la pelea

Otro de los grupos que da batalla por una dieta que contribuya a la lucha contra el cambio climático es el veganismo, cuyo brazo más activista también se ha hecho oír en la COP26.

Una de sus punta de lanza es el catalán Bernat Añaños, cofundador del exitoso emprendimiento Heura de "carne vegetal", quien critica que "la producción de cárnicos no se haya puesto en el centro del debate" en esta cumbre climática.

"Hay tres datos muy alarmantes que hablan de la magnitud del problema de la agricultura animal", cuenta Añaños en la sede de la COP26.

Agrega que "uno, que hay diez veces más animales que mueren al año para alimentar a humanos que humanos en la Tierra. Dos, que el 60 % de las emisiones del sistema alimentario provienen de la ganadería, pero ésta solo aporta el 18 % de las calorías y el 37 % de las proteínas que van a los humanos y tres, que aproximadamente el 15 % de las emisiones globales contando todos los sectores están conectadas con la ganadería".

Finalmente el emprendedor concluye que "sabiendo todo esto, es irresponsable que no estemos hablando de esto a cada momento en esta cita".

Los datos a que se refiere el activista vegano son parte de un estudio publicado en 2018 por la Universidad de Oxford que argumenta que al eliminar el consumo de carne y lácteos liberaría un 75 % del terreno usado globalmente para la agricultura y sería la medida individual que más impacto tendría para reducir las emisiones de CO2.

Reducción de consumo de carne en 30%

Un estudio pedido por el Gobierno británico, que preside la COP26, aconsejó pedir a los ciudadanos que reduzcan en al menos un 30 % su consumo de carne esta década para lograr la neutralidad de carbono en 2050, pese a que el tema no está en la COP26. Eso sí, el Ejecutivo de Londres asegura en su web que los asistentes pueden disfrutar "un menú sostenible" y con productos de temporada; las sobras se reaprovechan si es posible; hay opciones veganas y tazas de café reciclables.

75% del terreno

15% usado para agricultura sería liberado al eliminar el consumo de carnes y lácteos, según estudio de Oxford.

La crisis climática se instaló en brasil: SEQUÍA del pantanal, TEMPESTADES DE ARENA EN SAO PAULO y destrucción en amazonía

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Los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes en Brasil, que van desde profundas sequías en el Pantanal a grandes tempestades de arena en Sao Paulo, alimentados por la destrucción de la Amazonía.

La imagen es impactante. Un grupo de capibaras y nutrias caminan desesperadas hacia una poza abastecida por un camión cisterna en el Pantanal, el mayor humedal del planeta, que Brasil comparte con Bolivia y Paraguay.

"La sed es tanta que mientras el camión descarga el agua, los animales ya van llegando", describió el veterinario Jorge Salomao, responsable de la ONG Ampara Silvestre, una de las impulsoras de la iniciativa, que varias instituciones han seguido: contratar un servicio para surtir de agua algunos puntos que en esta época del año debían tenerla, pero hoy lucen secos.

Sin embargo, este año la sequía no sólo ha golpeado con fuerza el Pantanal, sino toda la mitad sur del país.

Según estimaciones oficiales, Brasil sufre la peor crisis hídrica de los últimos 91 años. La falta de lluvias ha afectado su economía en varios aspectos, como el abastecimiento de agua a la población, la generación de electricidad y el volumen de las cosechas.

Asimismo, se han producido tempestades de arena que han cubierto ciudades enteras en los estados de Sao Paulo y Minas Gerais, causado, entre otros factores, por la menor humedad que llega desde la Amazonía.

"Ya sentimos los efectos de los cambios climáticos de una manera profunda en Brasil", dijo el investigador del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), Paulo Nobre.

Y al parecer, el principal efecto es la alteración del ciclo hidrológico brasileño, con periodos secos más prolongados y frecuentes.

Y es que el gigante sudamericano acarrea un problema que no es de ahora, ya que entre 1985 y 2020, perdió un 15,7 % de sus reservas de agua dulce, según imágenes satelitales analizadas por MapBiomas, una organización que reúne a ONG, universidades y empresas de tecnología.

A esto ha contribuido la deforestación de la Amazonía, que se ha acelerado bajo el mandato del presidente brasileño, Jair Bolsonaro y, según Nobre, existen indicadores de que la Amazonía "ya está en un proceso de 'sabanización' mucho más avanzado" de lo que los satélites consiguen captar desde el espacio.

También preocupa la expansión del sector agropecuario, debido que en los últimos 35 años, Brasil triplicó, con 36 millones de hectáreas, el área destinada a cultivar soja, según MapBiomas.

15,7% de sus reservas

35 de agua dulce perdió Brasil entre 1985 y 2000, según imágenes satelitales analizadas por MapBiomas.