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NASA lanza nave espacial para desviar curso de un asteroide

DEFENSA DE LA TIERRA. La misión DART impactará a Dimorphos y busca comprobar si de esta manera se podría salvar al planeta de un desastre apocalíptico.
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Agencias/Redacción

La primera misión de defensa planetaria de la NASA, que fue lanzada este martes con éxito desde Estados Unidos, chocará deliberadamente con un asteroide para desviarlo de su órbita con el fin de probar la tecnología que sería necesaria para evitar una colisión contra la Tierra.

El despegue de la misión Prueba de Redireccionamiento de Asteroides Doble (DART, en sus siglas en inglés) se llevó a cabo sin complicaciones ayer a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9 desde la Base de la Fuerza Espacial en Vandenberg, California (EE.UU.).

"Este es realmente el principio de la culminación del trabajo y el esfuerzo de cientos de personas en la NASA y otros centros durante muchos años", dijo la científica de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la agencia espacial, Kelly Fast, minutos después del lanzamiento.

Tras el despegue, cientos de personas celebraron con gritos de alegría en las inmediaciones de la base de la NASA.

Defensa planetaria

Esta misión no tiene precedentes, ya que el objetivo es impactar con un asteroide dentro de un año para desviarlo de su órbita con el fin de probar la tecnología que sería necesaria para evitar una colisión contra la Tierra.

Esta misión es fundamental para la estrategia de defensa planetaria de la NASA, que estudia, analiza y mide todos los asteroides cercanos a la Tierra y sus trayectorias para entender y reducir el peligro de un posible impacto, según contó a la agencia de noticias Efe el ingeniero de software en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins, Luis Rodríguez, miembro del equipo de DART.

La nave de la NASA se dirigirá hacia el asteroide Didymos y su pequeña luna, Dimorphos, que será el blanco del impacto para alterar su órbita.

Examen del impacto

Una vez que DART choque contra Dimorphos, la NASA examinará los cambios en su órbita alrededor de Didymos para evaluar si el método es viable para defender la Tierra, en caso de que en el futuro algún asteroide represente una amenaza para el planeta.

Para que el impacto sea efectivo, DART viajará a unos 6 kilómetros por segundo, una velocidad "increíblemente rápida" y necesaria para que el choque altere "un poco" la trayectoria de Dimorphos, del tamaño del monumento a George Washington -un obelisco de 155 pies de altura (47,2 metros) situado en la capital de EE.UU.-, pero con mayor volumen, dijo Rodríguez.

El choque no ocurrirá hasta otoño de 2022, pero en caso de tener éxito, tiene el potencial de sentar las bases para proteger a toda la humanidad del peligro de los asteroides.

A pesar de que la misión arrancó ayer, Rodríguez descartó, como ya lo había hecho la NASA, que un asteroide conocido vaya a chocar contra la Tierra en los próximos 100 años.

Imágenes a bordo

La colisión será registrada por un satélite del tamaño de un maletín llamado CubeSat, que ha sido desarrollado por la Agencia Espacial Italiana.

Ese cubículo se desplegará poco antes de la colisión para capturar imágenes y vídeos del impacto y de sus efectos en Dimorphos.

"A diez días del impacto, se va a separar de DART y va a empezar a sacar fotografías. Es muy importante para caracterizar y darnos información aquí en la Tierra sobre los cambios de la órbita de Dimorphos", valoró Rodríguez.

Más de 330 millones de dólares

Según la NASA, la misión costará unos 330 millones de dólares, incluyendo casi 310 en el desarrollo de la nave espacial que despegó este martes desde California. Otros gastos incluyen los servicios de lanzamiento y otras operaciones y análisis de los datos recabados durante y después del impacto contra el asteroide. Los datos de la misión se combinarán con los de la misión Hera, de la Agencia Espacial Europea y prevista entre 2024 y 2026 para analizar con detalle los asteroides y el cráter que DART dejará en Dimorphos.

Representante de la ONU: se sabía desde 2015 que había "gran riesgo" de pandemia

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El mundo sabía que existía un "gran riesgo" de pandemia pero no se preparó lo suficiente para prevenirla, asegura la representante especial de la ONU para Reducción del Riesgo de Desastre, Mami Mizutori, confiada en que se haya aprendido la lección de cara al futuro.

Mizutori participa en el Foro Europeo sobre reducción de riesgos, en la localidad portuguesa de Matosinhos, donde se espera que 55 países firmen una hoja de ruta para avanzar en el "Marco de Sendai", un instrumento aprobado en 2015 por los Estados miembro de la ONU para reducir los riesgos de desastres hasta 2030.

Entre los riesgos de ese acuerdo global estaban incluidas amenazas biológicas como la que causó el covid-19, recuerda Mizutori a la agencia Efe. "Sabían que la pandemia vendría, que el riesgo pandémico era un gran riesgo", afirma.

Aun así, el mundo no fue "suficientemente bueno" para prevenirla y no se implementó una buena gobernanza de riesgos, señala la diplomática japonesa. "Cuando hay un desastre, no te olvides de él. Piensa siempre sobre las lecciones que vinieron con ese desastre. No lo malgastes, úsalo como una lección para prevenir mejor el siguiente desastre. Espero que pase eso a partir de ahora", asegura.

Sin embargo, considera que todavía es pronto para afirmar que se ha aprendido esa lección: "Sabemos lo que tenemos que hacer, pero podremos decir que hemos aprendido la lección cuando veamos que se ha convertido en políticas reales. Eso es algo sobre lo que tenemos que responsabilizar a nuestros políticos".

Ue, ejemplo

Mizutori cree que la Unión Europea puede ser un ejemplo de recuperación "más resiliente" tras la pandemia, "invirtiendo más en una economía verde y resiliente. Europa es un ejemplo para el mundo sobre cómo recuperarse del covid para no volver al lugar donde estábamos, sino a un lugar mejor".

Además, la pandemia ha ayudado a "poner más foco en la emergencia climática", que supone el "mayor riesgo" que enfrenta Europa, continúa.

"Si miramos los grandes desastres de los últimos 20 años globalmente, el 90% están relacionados con fenómenos meteorológicos extremos. En Europa estamos viendo más y más riesgos de catástrofes relacionadas con la emergencia climática", dice y recuerda las inundaciones, incendios forestales y olas de calor de este año.

"Incluso si nadie cree en la ciencia, lo que no es bueno, no puedes negar lo que pasa sobre el terreno", añade.

Pilar Escotorin

25N: género que salva vidas

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Una vez participé en un acto en el que se abría un buzón anónimo en el que cientos de universitarias contaban sus experiencias de violencia. Cada joven respetuosamente tomaba un papel de alguna compañera y lo leía. Al menos 30 relatos eran de violaciones por parte de quienes eran sus parejas en ese momento. Me quedé choqueada y me pregunté cuántas estudiantes más habrán vivido lo mismo.

Estas estadísticas nunca lograremos verlas en su totalidad porque muchas mujeres violadas por sus parejas han asumido que estar con alguien implica someterse a sus reglas, incluso si se utiliza la violencia, entonces callan.

En algunos países como España se ha avanzado en leyes modélicas para proteger a las mujeres y en otras naciones, como por ejemplo Bulgaria, estamos aún en la edad de piedra, donde la violencia contra las mujeres es un "problema privado" de la pareja, en el que la policía toma en serio la denuncia solo cuando la violencia se produce reiteradamente tres veces. En este mismo país donde se vende ropa masculina sexy bajo la marca "agresor" se ha declarado el género como "inconstitucional", porque pone en peligro sus valores nacionales.

Pese a las evidencias científicas, en muchos países seguimos luchando para "alfabetizar" respecto a que el género no es una ideología y que la violencia de género existe y debe ser erradicada. A veces desanima, porque en vez de avanzar para hablar de educación y prevención, que es realmente urgente, seguimos caminando en mundos paralelos, en el que aún hay políticos y personas, quizás movidos por profundos sentimientos religiosos, que denuncian manipulaciones externas por parte de una supuesta ideología que amenaza su "modelo de familia".

El género es una construcción social, y como tal, puede mutar, evolucionar; los estereotipos de género son una bomba de tiempo, porque nos hacen creer que debemos cumplir roles inamovibles: la mujer debe acompañar, seguir a su hombre donde sea, ser paciente, ella es la emocional, la que escucha, la que abraza, la que llora; el hombre tiene que ser un macho sexy, agresivo, que defiende lo suyo, que rinde en la cama, proveedor, que controla, decide, protege.

Desde la psicología sabemos que no es así, que si bien hay muchos elementos biológicos que nos diferencian, cada vez es más evidente que lo que se pensaba inmutable no lo es tanto, y que mucho de lo que se creía innato más bien es cultural.

En una investigación, una de mis estudiantes habló con adolescentes sobre roles de género, nuevas masculinidades, violencia machista. Me esperanzó ver la apertura de tantas personas jóvenes para hablar de género sin miedos ni desconfianzas, y de su disposición para sentarse a reflexionar sobre estereotipos que les hacían daño y de cómo debería ayudar la educación escolar y la familia a gestionar los celos, la posesión, la ira, la rabia, entre otras emociones que en el propio grupo fueron señaladas como causantes de la violencia.

Más allá de que de la profunda tristeza que causan las personas que insisten en mover el debate al terreno de la ideología o la religión y se alejan de las evidencias, se observa esperanza de que las nuevas generaciones nos ayuden a erradicar el negacionismo que aún existe sobre la violencia de género. El 25N trata de esto, de iluminar vidas y proteger personas. Es una fecha que busca salvar vidas.

*Pilar Escotorin es doctora en sicología de la comunicación y profesora asociada en la U. Autónoma de Barcelona. Codirige el laboratorio de investigación prosocial aplicada Lipa Net.