Correo
Píldoras contra el covid-19
Hace pocos días la FDA norteamericana aprobó dos fármacos para aliviar los casos más severos de la enfermedad. El más reciente fue "molnupiravir", del laboratorio Merck; pocos días antes la autorización fue para el "paxlovid" de Pfizer. Es muy posible que cuando la próxima ola invernal llegue a Chile se sepa mejor del funcionamiento de estas y otras posibles drogas.
Porque la actual ola en el hemisferio norte ha dejado en claro que la vacunación es un elemento más en el combate del mal, pero no otorga inmunidad por un periodo prolongado, ni de rebaño, ni funciona de igual forma ante las variantes del virus. Lo único posible es revacunar permanentemente, en alta tasas de cobertura y con las versiones más completas y recientes.
El ministro de salud del gobierno alemán, Karl Lauterbach, reconoció que el manejo de la pandemia en su país no ha sido el mejor: "Hubo medidas, pero no una estrategia", dijo. Por lo mismo anunció la creación de un Consejo de Expertos, todos científicos reconocidos en áreas diferentes y complementarias, para que apoyen en el desarrollo y adaptación de las estrategias. Es que habremos de seguir aprendiendo del SARS-CoV-2 por mucho tiempo más antes de "volver a la normalidad". Los apuros e improvisaciones se pagan caros: el gobierno italiano acaba de reimponer el uso de mascarilla, después de haberla suprimido por varios meses.
Chile relajó medidas el verano pasado y tuvimos una gran ola. Aun así, no todo se ha hecho mal, pero no debemos confiarnos todavía hasta que señales globales fidedignas indiquen el fin de la pandemia, lo que se ve lejano. Nuestros vecinos en Argentina acaban de superar los 16.000 nuevos casos diarios, al tiempo que el número de nuevos contagios en el mundo rompe récords y está por llegar al millón de nuevos casos diarios por primera vez desde el inicio de la pandemia.
Eugenio Vogel
Centralización de la vivienda
Durante la pandemia, se observó un aumento de la demanda de arriendos de casas y departamentos alejados de los centros urbanos. Fue justo en momentos en que el confinamiento era una obligación necesaria, y el trabajo remoto una opción para cuidarse de los contagios. Para muchos fue una oportunidad para alejarse del ruido de la ciudad y acompañar a sus seres queridos. En este escenario, los arriendos de viviendas de 3 dormitorios aumentaron en torno a un 13% durante los últimos 12 meses, mientras que las de 4 dormitorios aumentaron casi 19%.
Esta incipiente descentralización de la vivienda ahora está a punto de detenerse. Muchas oficinas están volviendo a funcionar, mientras que colegios y universidades ya anunciaron el retorno a la presencialidad en 2022. Razones hay para volver al centro, y es muy probable que esta sea la nueva forma de vivir, sin que haya cambios fuertes en la tendencia en el mediano plazo.
Estos cambios nos llevan a pensar en cuáles son las necesidades más profundas que tienen las personas al escoger un lugar donde vivir. Calidad de vida y conciliación entre familia y trabajo son las bases para planificar nuestras ciudades..
Valentina Pardo, Country Manager de Tango Chiler
Ética digital
Vivimos la era de las campañas digitales -también conocida como redes virtuales-, espacio que ha ido ganando peso a la hora de tomar decisiones. El avance virtual se ha acelerado por la pandemia y todos, tanto en lo público como privado, tuvimos que subirnos a esta nueva forma de vida y de relaciones.
Nos encontramos en la era de la verosimilitud; es decir, que todo lo que se publica en la red es verosímil, creíble. Ya nada es cierto o falso. Al parecer en el mundo virtual se permite todo, los límites son difusos y no hay responsabilidad moral por las cosas que subimos a nuestras redes. Hay noticias en las redes sociales que son falsas, pero pueden parecer ciertas y otras que lo son, pero pueden parecer falsas. Sin embargo, ante esta situación existen centros de investigación periodística que nos ayudan a verificar los contenidos en la red.
Tendremos que comenzar a hablar de ética en las redes sociales, con el fin de generar un espacio que sea democrático y creíble y no saturemos a las personas de informaciones que muchas veces hacen que comentemos o ejerzamos opiniones, juicios descalificaciones que no tienen fundamentos o carecen de la comprobación. Debemos avanzar a una ética digital, comprender que lo que subimos a las redes debe ser con responsabilidad y tener nuestros propios 'auto fact check'.
Hugo Covarrubia, UCEN