Estrategia digital de salud, una necesidad postergada
Si bien en el último tiempo se ha logrado incorporar e implementar con mayor fuerza las herramientas tecnológicas en el sector salud, aún falta un largo camino por recorrer para solucionar el principal problema que aqueja al sistema actual: la falta de una estrategia digital.
En efecto, hace algunos años el país contaba con una estrategia digital clara y definida. Sin embargo, estos lineamientos se han dejado de lado, provocando que a nivel nacional los proyectos de digitalización o compra de soluciones tecnológicas del sector público de salud no posean un hilo conductor que permita comprar de manera alineada, con criterios de comparación técnicos mínimos, que cumplan con estándares nacionales e internacionales y preparados para interoperar y tributar datos al ente central de manera de alinear todas las inversiones y gastos de sistemas de información de salud para enfrentar los desafíos actuales y futuros del país en esta materia como una vez lo fue la estrategia digital llamada Sidra.
Junto con definir nuevamente una estrategia, es importante comprender que los sistemas de información son claves para ayudar a mejorar la gestión. Esto permitiría una mejor administración de las listas de espera y los insumos de fármacos, por mencionar algunos beneficios.
Paralelo a ello, no se puede dejar de lado la relevancia de mejorar la forma de financiamiento que tiene el sistema de salud público, es decir, entregar recursos para lo que realmente necesite la población, evaluar y medir lo que son capaces de resolver las instituciones y reforzar en donde realmente genere un impacto para la salud de las personas.
Resulta primordial que los líderes encargados de mejorar el sistema de salud comprendan que lo que no se puede medir, no se puede gestionar. Si se define una estrategia digital de salud, se utilizan de mejor forma los sistemas de información; y si se invierten los recursos correctamente, el sistema de salud podría mejorar notoriamente.
Raúl González, director de Ventas para la salud y mercado privado de InterSystems
Millennials al poder
Gabriel Boric será desde marzo, el presidente más joven de la historia chilena. Esto gracias a la reforma constitucional de 2005, que determinó que para ser elegido Presidente de la República se deben tener cumplidos 35 años de edad. Con ello, será el primer millennials que ostente este cargo, por lo tanto, es válido preguntarse qué significa este término.
Los millennials son un grupo de personas nacidas entre 1980 y 1999, en plena era de las tecnologías de la información y la comunicación, por esto también se les conoce como nativos digitales. Es característico en ellos su dinamismo, inmediatez, versatilidad e hiperconexión con el mundo a través de las redes sociales y aparatos móviles. No obstante, también se les ha tildado de impacientes, irreflexivos, individualistas, cuestionadores de los liderazgos autoritarios, que se sienten con más derechos que deberes, dando la apariencia de saberlo todo. De ser cierto esto o no, más que juzgarlos deberíamos hacer el ejercicio de entenderlos y no esperar que se parezcan a sus antepasados.
No cabe duda que son un grupo generacional que ha revolucionado a las organizaciones, el mercado, la familia y la sociedad. Nos han hecho reflexionar sobre ciertas dinámicas que estaban enraizadas en nuestro diario vivir, y que, dado los nuevos tiempos, debemos repensarlas y cambiarlas.
Estamos ad-portas de un relevo generacional que debemos comenzar a asumir. Los millennials llegaron al poder, teniendo la misión de valorar y honrar las cosas buenas que se hicieron en el pasado, y de propiciar un ambiente donde todos los grupos etarios, ideas, diferencias e iguales puedan convivir armónicamente.
La invitación es a contribuir con un granito de arena para que podamos entre todos construir una sociedad más justa, respetuosa y, por sobre todo, amantes de la Patria.
Paula Fuentes directora Carrera de Pedagogía en Educación Básica , Udla Concepción
Chile, un ejemplo
Qué increíble que una explosión submarina de un volcán ocurrida al otro lado del mundo, terminé impactando a todo el planeta.
Y es que país que tuviera costa, necesariamente pasó un mal momento haciendo cálculos de trenes de olas y de la llegada a cada lugar.
Chile, creo yo, nuevamente dictó cátedra con su ordenamiento en temas de emergencias y catástrofes. Mientras en otros países se registraron pérdidas materiales e incluso humanas, en nuestro país se optó por informar y desalojar las playas. Todo ordenado, todo tranquilo.
Estamos preparados para las catástrofes, sea un terremoto, sea una erupción, sea un maremoto. Son los siglos de acumulación de desgracias en el ADN nacional.
Mariutxi Toro