Chileno Jerónimo Rodríguez estrenó cinta en la Berlinale
CINE. "El veterano" trata de un mito sobre un sacerdote que llegó al sur de Chile tras lanzar la bomba sobre Hiroshima.
El cineasta chileno Jerónimo Rodríguez estrenó ayer en la Berlinale su segundo largometraje, "El veterano", en el que sigue plano fijo a plano fijo la huella del mito sobre el sacerdote estadounidense que, tras lanzar la bomba atómica sobre Hiroshima, emigra al sur de Chile.
El realizador explica que hay muchos pueblos que se adjudican este mito y lo hacen de distinta manera: en un pueblo dicen que eran diez sacerdotes los que lanzaron la bomba atómica o en otro pueblo que eran dos o que estaba en otra ciudad.
Rodríguez cuenta que fue al sur de Chile en un "proceso de búsqueda" para llegar a saber quién podía ser esta persona, lo que le llevó a Estados Unidos. Y mientras viajaba, grababa.
En ese momento todavía no estaba tan seguro de que fuera a emplear el dispositivo de dos amigos que se están enviando cartas, dos cineastas que van compartiendo la información que reciben, en una especie de "alter ego".
En este documental ensayo, dos amigos, Gabriel y Julio, se embarcan en un proyecto para rodar una película sobre el mito del sacerdote de Hirosima.
Ese proyecto les lleva a Curepto, Licantén, Queens, Manhattan, Philadelphia, Iowa.
Solo planos fijos
El espectador ve sólo planos fijos -fachadas, edificios, paisajes, vallas publicitarias- como si de un álbum de fotos se tratara, mientras una voz en off -la del propio Rodríguez- narra los avances en su búsqueda, sus ideas, pensamientos y decisiones.
"El veterano" tuvo su primer esbozo en la película anterior del cineasta, "El rastreador de estatuas" (2015), que, aunque enfocada en otra historia, sigue esa misma idea del espacio y la voz, de las imágenes que, más allá de lo que se cuenta, evocan otra cosa, sugieren cosas al espectador, agregan otra capa, algo que el realizador quiso seguir explorando.
Estas "reflexiones" respecto a lo que ve forman parte de la narración, que te obliga a "estar atento" porque es la única fuente de información.
Rodríguez trabaja solo y con poco presupuesto, lo que toma mucho tiempo: él filma, pone la voz en off, edita, hace de cámara, camina y se pierde solo por los lugares, explica. Y se siente "muy feliz" en la Berlinale, en la sección Forum, dedicada al cine experimental, pues su película "encontró su lugar".
"Muy contento por eso, porque precisamente es un lugar donde se aprecia este tipo de cine, y tras tanto tiempo dedicado a eso, creo que al menos tengo la posibilidad de compartirla con gente que la puede querer, la película", subraya.