Bien aceitada saltó anoche a la cancha la oncena ñublensina, que regresaba al Nelson Oyarzún tras dos partidos de local en el Estadio CAP de Talcahuano. Y de muy buena manera lo hicieron los Diablos Rojos, que, además, salieron al gramado chillanejo para el duelo ante La Serena con una oncena titular algo mixta, con varias de sus figuras, como Federico Mateos, iniciando desde la banca, así como otros que, por lesión, no pudieron estar, como Bernardo Cerezo.
Sin embargo, esto no fue argumento para que Jaime García planteara de forma distinta el partido. Ñublense jugó a lo que acostumbra: un fútbol sencillo pero eficaz; capaz de desarrollar gran juego asociado, pero, al mismo tiempo, ser letal en los contraataques. Se transó la oncena titular, pero en ningún momento la idea de atacar y someter al rival, que sentía fulminantemente los embates del rojo.
Tanto así que, al minuto 32, Ñublense, fruto de su buen juego asociado y alta cantidad de oportunidades generadas, ya ganaba por 2-0. Esto porque Alexander Aravena estuvo implacable durante el partido, mostrándose como agente defensivo que apoyó a sus compañeros, así como la principal arma de ataque del local.
El joven delantero jugó un partido por el carril izquierdo casi perfecto. En su primer gol se sacó del camino a Zacarías López para definir con zurda tras un gran pase de Iván Rozas. Luego, en un gran contraataque, definió por el perfil diestro con misma pierna al primer palo del golero de La Serena. Golazos ambos.
Sin embargo, Ñublense también pecó de perdonar. Zacarías López le tapó un penal a Nicolás Vargas cuando el duelo iba 2-0 en favor del Rojo. Y, a los 67', Leonardo Valencia marcó de cabeza para batir a Nicola Pérez, llenando de suspenso al estadio Nelson Oyarzún de Chillán.
El gol puso nervioso a Ñublense. Esto porque el Rojo optó por estar firmes en defensa y con atención a ser fulminantes en el contraataque. Fue así como los Diablos se generaron una buena cantidad de ocasiones, pese a cederle el protagonismo y la posesión al cuadro "papayero". Dichos embates llegaron principalmente por medio de Matías Moya y de Alexander Aravena, que estaba cerca de anotar su tercer gol. Sin embargo, el portero visitante logró repeler.
Hasta el minuto 80. Hay casos donde la fortuna también acompaña el talento y los buenos momentos y anoche pasó. Fernando Cordero, que ingresó en el segundo tiempo, aprovechó un rebote tras un centro de Moya para levantar una gran volea. El remate se desvió en el pie de Alexander Aravena, que anotó de esta manera su primer hat trick en el fútbol profesional chileno.
El resto se jugó al ritmo que quiso Ñublense. Los Diablos Rojos sabían que, a 10 minutos del final, ya tenían el duelo prácticamente controlado, sin desmerecer el crecimiento que tuvo La Serena en el segundo tiempo. Por si fuera poco, Nicola Pérez tapó un extraordinario tiro libre al minuto 84 a Matías Fernández, uno de los mejores pateadores de la historia del fútbol chileno.
Ahora la sudamericana
Victoria casi perfecta para Ñublense, que sin embargo debió lamentar la lesión de Nicolás Guerra, cuya gravedad será informada. Lo concreto es que, esperando lo que pase esta noche con Universidad Católica, los dirigidos por Jaime García llegaron a 11 puntos y se mantienen como punteros del fútbol chileno, a la espera de lo que ocurra en el duelo de la UC (que tiene 9) ante Cobresal. Los chillanejos suman tres triunfos y dos empates en cinco partidos jugados y esperarán extender el invicto al próximo frente: la Copa Sudamericana.
Por el torneo continental, el Rojo recibirá el martes a Unión La Calera (que ayer igualó sin goles ante Palestino), por el duelo de ida de la primera ronda, en partido programado para las 21.30 horas en el Nelson Oyarzún.
11 puntos sumó Ñublense y quedó como líder del torneo a la espera del duelo de la UC de este domingo.