Un golpe bajo a la economía y el medio ambiente
El conflicto Rusia-Ucrania tiene varias implicancias más allá de la guerra misma y el sufrimiento humano. La economía también se resiente y el medioambiente hace lo propio, tanto por las sanciones impuestas por la Unión Europea a Rusia, como por el precio del petróleo que escala en los mercados mundiales.
La Unión Europea importa de Rusia el 40% del gas que consume. Por ello, las sanciones internacionales y las restricciones al comercio con este país, pueden afectar de manera directa los mercados energéticos europeos, los cuales tendrían que desplazarse a otros insumos como el carbón, lo cual dispararía las emisiones de gases de efecto invernadero.
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, ya mencionó que el país analiza incrementar el uso de sus plantas de carbón para disminuir su dependencia sobre el gas ruso. Y el primer ministro italiano, Mario Draghi, dijo que en ese país podrían abrir plantas de carbón que habían cerrado, y así reducir el consumo del gas ruso, que actualmente se ubica en cerca de 45 por ciento, de acuerdo con datos de la agencia Bloomberg.
En China, en tanto, pasa algo parecido. Los golpes de la pandemia han desacelerado la economía y ya se cree que el gobierno reculará en su compromiso de reducción de emisiones de carbono derivado de la conferencia climática COP26 de Glasgow. El organismo chino de planificación bajó el alcance de un plan para reducir emisiones, autorizó construir grandes plantas de generación eléctrica a carbón y pidió a las minas producir "todo el carbón posible", luego de que la escasez del mineral paralizara el pasado año varias partes de la economía.
Con todo, el golpe bajo al medioambiente es claro y deja en evidencia que la realidad siempre supera lo planificado y obliga a tomar decisiones que van en la línea opuesta de lo políticamente correcto. Todos quieren abandonar el carbón, pero -ahora- en la medida de lo posible.
Bastián Lopetegui Frías
Nuevo gobierno
Es innegable que el Presidente electo Gabriel Boric viene precedido de una gran popularidad y expectativas entre la ciudadanía. Y ambos conceptos comienzan levemente a distanciarse. El Presidente más joven de Chile de las últimas décadas, con una abrumadora mayoría de quienes voluntariamente concurrimos a las urnas, generó gran confianza y se planteó con grandes expectativas para un país transformador.
Por esa razón es que parte importante ha visto con algún grado de preocupación el tono del discurso actual con el de ayer, esperando el adagio "otra cosa es con guitarra". El primer escollo subsanado para el empresariado fue el nombramiento del conservador Mario Marcel en el Ministerio de Hacienda, defensor del modelo y que bajo sus recomendaciones ayer y hoy permiten, por ejemplo, el cierre definitivamente a un quinto retiro, que había sido defendido cuatro veces por el actual mandatario, y que sin secretos era una esperanza de la gente.
Me imagino que cuando todo está en ciernes, en la reactivación económica, la recuperación del trabajo y la urgente creación de éste, la vigencia de la pandemia, el aumento de la delincuencia y el terrorismo desatado en la zona macrosur, el control fronterizo con los migrantes, el futuro gobierno tendrá estrategias y herramientas para reencantar a la ciudadanía con apoyo estatal, pues la sobrerreacción por la prórroga del IFE laboral, que pudo ser legítima de parte del gobierno entrante, dejó en los beneficiarios cierta preocupación. ¿O será que las expectativas de ayudas propuestas por Mario Marcel son mucho mejores? Me causa ciertas dudas al leer y escuchar sus entrevistas.
Ojalá el gobierno pueda ejercer su liderazgo político y no ser siempre pauteado por los economistas, que frenan leyes del trabajo, de previsión social, de justicia y otros, que sería un lamentable escenario de más de lo mismo, de lo que Chile se cansó y por ello en las calles pidió una nueva Constitución, sobre todo cuando vemos que quienes rasgan vestiduras son los mismos que nos sometieron a la del 80 y que están muy callados con la insolente dieta que tienen, la más alta de América Latina.
Eduardo Nievas Muñoz
Ascensores y política
En un cartel al interior de un ascensor se lee : "Procedimiento en caso de quedar atrapado en ascensor". Entre los tres puntos más importantes destaca el siguiente: "Ser rescatados por personas sin experiencia puede ser muy riesgoso".
Esto deja flotando una rara preocupación en el lector, que en cierto modo se calma con optimismo y resignación. Si aplicamos la misma prevención a la política, no queda más que optimismo, resignación y desear mucho éxito a los que vienen al rescate.
José Luis Hernández