M. L.
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile y obispo de Chillán, Sergio Pérez de Arce situó en la opinión pública la posición de la Iglesia Católica ante una de las normas aprobadas por la Convención Constituyente que más debate ha generado a nivel país.
La norma que versa sobre los derechos reproductivos ha traído repercusiones a nivel político y social, con distintas posturas, en un tema que posicionó nuevamente la labor de la Convención Constituyente en el país, acerca de la cual, en entrevista con este medio, Pérez de Arce se refirió.
-¿Cuál es su opinión respecto a la aprobación de la norma que garantiza el derecho al aborto?
-Como lo acabamos de expresar los obispos, es una situación de la máxima gravedad, porque el aborto es un atentado a la dignidad de la persona humana y porque, además, en este caso se establece una norma sin limitaciones ni condicionamientos. Se ha dicho que se espera regular condiciones a través de una ley, pero lo cierto es que el texto de la norma aprobada no remite a ninguna ley, simplemente establece un derecho a todo evento. Y al establecerse el aborto como un derecho constitucional, se puede dar el caso que cualquier ley que intente regularlo, por ejemplo estableciendo limitación de semanas, puede ser declarada inconstitucional. Llama la atención que en lo aprobado hasta ahora, la creatura que está por nacer no existe. En la Convención se habla de derechos para los animales, de derechos de la naturaleza, pero el ser humano que está en el vientre materno no solo no tiene derechos, sino que no existe, no se habla de ella.
-¿Cómo ve la discusión que se viene a nivel de sociedad respecto a esto?
-Creo que hay dos elementos que discutir. Uno es el valor inalienable de la vida humana, que no puede ser relativizada. Nuestro interés no es discutir el que la mujer tenga derechos reproductivos y sexuales, que es el marco en que se da la norma del aborto, sino el que esos derechos no se pueden sostener a costa del derecho a la existencia de otro ser humano, que ya no es solo el cuerpo de la mujer, sino un ser distinto. Lamentablemente en nuestra sociedad tendemos a considerar que algunos son descartables, que tienen menos valor. El otro elemento a discutir es por qué sería necesario que el aborto esté en la Constitución, cuando habitualmente las sociedades lo regulan por otro tipo de leyes. Creo que los convencionales van demasiado lejos y, con esto, terminan polarizando la discusión sobre la Constitución, porque muchos no estarán disponibles para dar su consentimiento a una Constitución con aborto incluido.
-¿Cómo evalúa el trabajo de la Convención en torno a los derechos de las personas?
-Es difícil pronunciarse, porque el Pleno ha aprobado solo 13 de 50 normas que la comisión propuso. Hasta ahora se reafirman cosas positivas que tienen que estar, como el derecho a la integridad personal, el derecho de asociación, el derecho a votar de los chilenos en el extranjero, etc; y se incorporan normas negativas como el aborto. Hay un tema delicado con la aprobación del "derecho a la educación sexual integral": es positivo, si esa educación es efectivamente integral y respeta el derecho de los padres y de las diversas instituciones a educar según sus convicciones. Pero en estas materias a menudo se pretende imponer visiones antropológicas que no son integrales. Por ahora se rechazó, gracias a Dios, una norma que planteaba que el Estado tendría una política única de educación sexual, pero hubo parte importante de los convencionales que la apoyaron, lo que muestra que hay sectores interesados en imponer su visión de cómo entender la sexualidad y limitar la influencia de los padres y otras instancias en esta enseñanza.
"Llama la atención que en lo aprobado hasta ahora, la creatura que está por nacer no existe"
Sergio Pérez de Arce, Obispo de Chillán
"Una vez que esté el texto final podremos valorarlo"
Consultado al respecto, el padre Sergio Pérez de Arce respondió que "Hay que esperar todavía que la Convención recorra más camino para un mejor juicio. Me gustaría, por supuesto, que tuviera éxitoy nos ofreciera un buen texto en el que la mayoría nos podamos sentir representados (...) Una vez que esté el texto final, podremos estudiarlo y valorarlo. Ojalá se llegue a una Constitución que nos una y no que nos mantenga en la polarización", declaró el religioso.