El paraíso de rayas que se esconde bajo las contaminadas aguas de Río en Brasil y que pone en alerta a los ambientalistas
Un paraíso de rayas gigantes danza en silencio cerca a las costas de Río de Janeiro, un milagro que los expertos no consiguen explicar por la polución que concentra una de las bahías más importantes de Brasil y que, junto con la mano del hombre, tienen en riesgo de extinción a estas maravillas marinas.
Desde la jaspeada que mide más de tres metros y encanta con su dorso repleto de puntos blancos, hasta las más pequeñas, como la viola, cuya carne es muy apetecida, hacen parte del mundo mágico que se oculta bajo las turbias aguas de la icónica Bahía de Guanabara y que salió a la luz por el Instituto Mar Urbano, (IMU), una ONG que promueve la conservación de la diversidad marina en Río.
Su director, el biólogo Ricardo Gomes, descubrió las gigantescas rayas cuando estaba haciendo imágenes para un documental que mostraba la vida submarina que había en la bahía, un lugar que muchos consideraban inhóspito por su alto grado de contaminación.
El filme, que salió a la luz en 2017 y se llevó los aplausos en la primera conferencia de la ONU sobre los océanos, fue el motor para que los expertos siguieran estudiando ese hábitat y en especial a las rayas.
En una entrevista con la agencia de noticias Efe, Gomes explicó que cuando las vio por primera vez llegó a contar unas 100 rayas en la bahía, de unos tres metros cada una, y que, juntas, ocupaban un área similar a la de una cancha de fútbol.
"No tenía espacio en el fondo para poner las manos de tantas rayas que había. En los casi 30 años que llevo buceando en Río de Janeiro esa fue la cosa más increíble que he visto en mi vida", narró.
La Bahía de Guanabara, que baña el centro y el norte de Río de Janeiro y fue el principal puerto de acceso a la ciudad durante siglos, alberga cientos de especies marinas y es la quinta en el mundo con mayor biodiversidad de rayas, con siete especies reconocidas y otras tres en estudio.
Esta ensenada cuenta con 44 playas y una veintena de islas e islotes a lo largo de sus casi 400 kilómetros cuadrados de área, y es bañada por 35 ríos, la mayoría con altos índices de contaminación en las aguas.
Según explicó el también biólogo y consultor ambientalista Mario Moscatelli, la bahía recibe a diario una carga de basura y de aguas residuales sin tratamiento de por lo menos el 50% de la población que vive en sus alrededores, lo que se traduce en unos cuatro millones de personas.
Moscatelli y Gomes esperan que las cosas mejoren en los próximos años con la reciente privatización de los servicios de saneamiento de Río.
44 playas,
50% más de 20 islas a lo largo de sus 400 kilómetros y 35 ríos que lo bañan, componen esta ensenada.