Hace dos semanas, en Curicó, Héctor Quintana, el hijo pródigo de la región regaló otra actuación para la historia, consagrándose con el primer lugar en la categoría cronometrada.

Por lo mismo, es un hecho que son buenos días para el joven deportista. Es que Quintana es el ejemplo perfecto del esfuerzo que los atletas de alto rendimiento deben poner en este país, uno que ha demostrado una y otra vez la falta de apoyo. El "Rayo" conversó con Crónica Chillán para dar sus sensaciones, ya en frío, de la medalla de oro con la que llega a competir en casi un mes al Panamericano de ciclismo en San Juan, Argentina.

"Estuvo bastante bien el Nacional. Tuvimos una prueba de crono excelente, a pesar del viaje y todo, que me podía dejar más cansado, tuve resultado tremendo: primer lugar con un minuto y medio por sobre el segundo lugar. Fue un rendimiento muy bueno en esa carrera, pero el día de fondo quedó el trago amargo por lo que pasó. Son cosas que pasan en el ciclismo. Al final venía con una preparación bastante buena, haciendo el trabajo de siempre con mucha disciplina y eso marca. Nos dejó la alegría de ver el resultado, porque uno sabe el trabajo que yace detrás de la competencia. Pero es genial verlo reflejado en un resultado", afirmó Quintana, que logró la medalla de oro en la carrera cronometrada del torneo: 30 kilómetros hechos en 36 minutos con 40 segundos. Sin embargo, no todo fue alegría.

Si bien Quintana destaca su tremendo logro y la solidez con la que lo consiguió, también lo hace con el triste motivo que obligó la suspensión de gran fondo, la otra prueba donde el campeón panamericano buscaba también lucirse. Al contrario, lo deportivo pasa a segundo plano y el Rayo apela al lado más humano. Es que fueron cerca de 50 los ciclistas que se vieron involucrados en un masivo accidente.

Según recuerda el corredor, la situación no solo fue lamentable, sino que genuinamente peligrosa. Afirma que un puñado de sus colegas terminaron incluso con pérdida de conocimiento. Todo tras un efecto dominó ocasionado por una caída de un competidor. Hasta el director de la competencia, Sergio Gili, que la seguía en una motocicleta, sufrió fracturas por el incidente.

"Había personas que estaban inconscientes, otras sangrando y gritando. Fue bastante caótico. Siempre hay caídas en el ciclismo, al ir rápido y pegado, si uno se cae no puede reaccionar. En ese momento, íbamos en velocidad alta y se produjo la caída. Caer así, en pavimento, con más ciclistas, deja la embarrada. Son cosas que pasan y entendemos que pueden pasar. Además, el pelotón decidió no continuar. Era un caos, como eran muchos, las ambulancias tampoco dieron abasto. (…) Fue una caída de esas que a uno no le gusta ver. Me salvé por poquito, justo estuve en la quemada, uno mira para atrás y no queda nadie parado. Uno no ve el riesgo que conlleva en el momento, escucha el porrazo y lo que hace es ver dónde es para salvarse y en cosa de segundos hay que ver si uno cae o sigue en pie. En ese momento miro atrás y estaban todos cayendo. Fue tan grande que algunos hasta cayeron en la tierra. Al tiro dije: "esto da para grande". Quedó la escoba", recuerda Quintana.

Quiere el bicampeonato

Quintana habla con orgullo de la medalla de oro que tiene tras el Nacional y se declara motivado de cara su próximo gran desafío, el mayor de su joven carrera: el Panamericano de Ciclismo en San Juan, Argentina, desde el 12 al 15 de mayo. Es que el deportista buscará demostrar nuevamente que es el mejor en su categoría a nivel continental. La misión no es otra que consagrarse bicampeón. Antes, eso sí, debe recuperarse de una lesión que sufrió entrenando.

"Me pusieron puntos y quedé complicado unos días, pero no pasó a mayores. No he podido subirme a la bici porque justo tengo la lesión en la rodilla. Más allá de eso, cuesta asumir la caída. Uno está motivado, pero hay que dar vuelta la página. Ya luego me sacan los puntos para volver a la bici. Ahora el objetivo es el Panamericano. no es un evento menor, soy el campeón de América en crono y quiero revalidarlo", cerró el Rayo

36'.40'' fue el tiempo con el que Héctor Quintana se adjudicó la prueba cronometrada en el Nacional de Curicó.

12-15 de mayo será el Panamericano a disputarse en Argentina, donde el ciclista local quiere consagrarse bicampeón.

No fue el mejor día, al menos en resultado, para Tomás Barrios. El 144 del mundo, si bien demostró que dejó atrás su lesión con la que empezó el año y mostró un gran nivel tenístico, no pudo contra el estadounidense Mitchell Krueger (153 del ranking ATP).

El "Gigante de Ñuble"estuvo sólido y no le hizo la tarea fácil al dueño de casa, que sentía el apoyo local que fue a las gradas del Challenger de Sarasota. En dos sets y cerca de hora y media de partido, Krueger se quedó con el partido por parciales de 6-4 y 7-6, llevándose la última manga por tiebreak.

Barrios mostró buen juego, jugando largo, fiel a su estilo, buscando someter a su rival. Sin embargo, el estadounidense también mostró solvencia para contener los embates del Gigante del Ñuble. El saque fue un gran aliado del dueño de casa, que registrando 10 aces, pudo frenar en seco en más de una ocasión a la raqueta nacional, que incluso estuvo 4-1 arriba en el segundo set.

Sin embargo, pese a su buen juego, Barrios no pudo concretar puntos clave en la segunda manga algunos de los cuales incluso le hubiesen permitido asegurar dicho set, para llevar al estadounidense a un tercer y definitivo parcial. En vez de eso, Krueger supo aguantar, despertó y propinó fulminantes golpes, llevando el set al tiebreak, donde se quedó con el partido.

"Son estos partidos ingratos donde Tomás juega en general muy bien. Fue superior en todo momento, solo que las oportunidades que tuvo, que fueron bastantes, no pudo concretar. Por ahí pasó el resultado. Luego empezó muy bien el segundo set, tuvo muchas oportunidades para cerrarlo, pero no pudo. Jugó ante un gran rival como lo es Krueger", analizó tras el pleito Marcelo Barrios, padre de Tomás.