Asamblea Eclesial Latinoamericana
La fe hoy ya no se transmite principalmente a través de la ley, la cultura y las costumbres, sino como fue la iglesi primitiva
En el tráfago de los días en que los acontecimientos se suceden sin distinguir en importancia más allá de lo que a cada uno afecte, se desarrolló hace unos meses en México la Asamblea Eclesial Latinoamericana, evento distinto a una nueva Conferencia General de Obispos, habría sido la VI, como era el querer de éstos y que fuera rechazado por el Papa Francisco, al considerar que la de Aparecida (2007), a pesar del tiempo transcurrido, aún estaba en desarrollo. Así es como entre abril y agosto de 2021 se desarrolló un proceso de "escucha" masivo (70.000.-), aunque no al nivel esperado, aprovechando para ello las facilidades que da la tecnología de comunicación. Culminando en la asamblea propiamente tal entre el 21 y 28 de noviembre con cien personas en sala y novecientas en forma virtual.
En la discusión estuvo presente la realidad que viven los pueblos mayoritariamente creyentes, y que para el caso de Chile, marcado por la realidad eclesial de los abusos sexuales, de conciencia y de poder, la discriminación de las mujeres, la distancia del mensaje de la Iglesia institucional que pocas veces se escucha, la realidad que había expresado el estallido social primero y la pandemia luego y sus consecuencias para los más pobres, la inequidad en la salud en el país, la dura realidad de los migrantes, entre otras.
Considerando todo esto es que se concordó en 41 orientaciones con 12 prioridades que marcarán el devenir de la Iglesia Latinoamericana en los próximos años.
En este proceso que es un punto de partida, no de llegada, se ha impuesto un énfasis que no por usar una palabra novedosa, sinodalidad, es nueva en la realidad de la Iglesia. Esta significa ni más ni menos que hacer el camino juntos, que es el estilo de siempre que mostró Jesús en sus orígenes y que luego por las vicisitudes de la historia se fue olvidando y que se quiere rescatar.
La fe hoy ya no se transmite principalmente a través de la ley, la cultura y las costumbres, sino como lo fue en la iglesia primitiva, directamente, a través del encuentro personal con Cristo y el testimonio de consecuencia de vida de quienes acogen su Palabra y eso ¿quién lo duda? es tremendamente exigente.
Guillermo Stevens M
Diácono.