Universidad Católica le había dado una buena mano a Ñublense gracias al empate que los Cruzados lograron contra Colo-Colo ayer en San Carlos de Apoquindo. El resultado dejaba a los albos a tiro de cañón chillanejo: si Ñublense derrotaba a O'Higgins anoche en Rancagua, los dirigidos por Jaime García iban a despertar esta mañana como los punteros exclusivos del fútbol chileno, con 22 unidades. El Eterno Campeón, por su parte, amaneció con 21 unidades, uno más que Unión Española, que de todas formas puede quedar como puntero si gana mañana.
O'Higgins, por su parte, tenía al alcance de la mano una opción concreta de apernarse entre los primeros puestos de la tabla. Recibía en campo propio a los Diablos Rojos, que hasta ayer estaban directamente sobre ellos en la tabla con 4 puntos más. Para los de Mariano Soso, ganar significaba acortar con creces las distancias con puestos más alcanzados de la tabla. Era un partido de 6 puntos.
Por lo mismo, los Diablos Rojos salieron a la cancha de El Teniente de Rancagua con la sólida e inquebrantable ilusión de someter a su rival de turno, alejándose de esa forma de quienes están más abajo y metiéndose, de paso, en la cima más alta de la montaña. Ñublense se consagró hace ya varias fechas, no solamente como uno de los equipos que mejor juega en el torneo, sino que, además, como uno de los elencos a los que más cuesta hacerles frente.
Tenencia y el encuentro
Es más, durante la semana, Mariano Soso (entrenador de O'Higgins) había adelantado que el partido de anoche iba a ser uno de tenencia alternada, donde su elenco iba a verse en la obligación de aprovechar las ocasiones que se fuesen a generar. Y algo así se vivió, pero con un desenlace desfavorable para los chillanejos.
La más clara ni siquiera salió de un jugador celeste. Apenas 5 minutos se demoró Ñublense en sufrir una apuñalada dura, tras el gol en contra de Luis Del Pino Mago que significó la apertura de la cuenta. Apenas se encontraban en la cancha los Diablos Rojos y ya les iba a tocar nadar contra la corriente, cual pez koi.
O'Higgins, por su parte, atribuía su cuidar el resultado a un ordenado juego defensivo. Los celestes no solamente cedían la posesión del balón, sino que no se desesperaban por recuperarla. Ñublense manejaba la tenencia y buscaba el empate desde temprano. Sin embargo y, lamentablemente para las aspiraciones chillanejas, este no llegaba. Para la mala fortuna de los de Jaime García, O'Higgins era un hueso duro de roer. A esto se sumaron imprecisiones propias. A 5 del final del primer tiempo, Luis del Pino Mago casi repite un gol en contra, con un pase largo a Muñoz que vio como el balón se fue a centímetros del vertical.
Durante el complemento, se vivió más de lo mismo. Un Ñublense con muchísimas ganas y empuje, pero sin la claridad necesaria para devolverle un golpe fulminante a los locales. Los Diablos Rojos estaban más que vivos en el ring, pero sus puñetazos no tenían la fiereza necesaria para derribar a un rival que le acomodó el fútbol defensivo. Coincidencia de colores, parecía la selección uruguaya. Más se les complicó el panorama a los de Jaime García cuando, a los 74, Nicolás Vargas vio la tarjeta roja tras su segunda amarilla. Tras esta jugada, O'Higgins pudo matar en tiro libre, pero Hernán Muñoz estuvo tremendo para sacar la pelota del ángulo.
Sin embargo, no hubo caso. No le alcanzó a Ñublense, que, por la mínima, cayó por segunda vez en el torneo nacional. O'Higgins, por su lado, sumó cuatro partidos como invicto. Los Diablos Rojos buscarán reponerse de esta caída la próxima semana cuando reciban a Universidad Católica en el Estadio Nelson Oyarzún de Chillán.
5 minutos
1 - 0 corrían entre el duelo de Ñublense y O'Higgins, minuto en el que los locales anotaron.