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Hace 3 años | 20 de mayo 2019

Más de mil pacientes en lista de espera murieron el 2018

Según información solicitada vía Transparencia, se trata de 170 personas más que en 2017, es decir, un alza de 19,5%. Del total, 154 personas fallecieron mientras esperaban una atención o cirugía GES . |

Hace 2 años | 20 de mayo 2020

Acusan severo daño económico por plan vías exclusivas

Dueños de estacionamientos del centro advierten drástica disminución de ingresos ante prohibición de acceso impuesta para automóviles.Señalan que conductores dejan vehículos incluso arriba de veredas.

Hace 1 año | 20 de mayo 2021

Intensificarán controles en las 5 comunas en cuarentena

Autoridades anunciaron más fiscalizaciones debido al fin de semana largo. Labor preventiva tendrá énfasis en

Ñiquén, Pemuco, San Carlos, San Ignacio y San Nicolás.

Justicia Educacional

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Tomando como marco el principio de justicia social, instaurado en el siglo XIX, hemos de justificar la mayor relevancia que cobra la justicia educacional, cuyo sentido se expande en contextos democráticos y de profundo respeto a los derechos humanos, centrados no sólo en la equidad, sino en garantizar máximas oportunidades de desarrollo.

Como enfatiza la ONU, cuando prima la justicia, la convivencia social se constituye en plataforma de una vida buena, pacífica, próspera y comprometida con el bien común. Ese es el motor de la inclusión social, donde junto con asegurar un piso de igualdad jurídica, surgen escenarios de reconocimiento a las diversidades para que los diferentes géneros, estilos y proyectos de vida sean verdaderamente legitimados.

Según Adela Cortina (2007), aquello se logra apuntando a un Estado en que la ética cultive la cordialidad humana, siendo capaces de orientar relaciones sociales y de producción que luchen, consistentemente, contra la discriminación, vulnerabilidad y postergación entre grupos, presuntamente, antagónicos.

Tal asunto, no tiene que ver, únicamente, con una mejor distribución del ingreso y reparto de la riqueza, sino también con una más sólida construcción de lo público. El foco no debe restringirse a la satisfacción de necesidades básicas, ha de expandirse hacia mecanismos que coloquen especial ahínco en reducir brechas ligadas a condiciones socioeconómicas, de género, etnia, orientación sexual, discapacidades, edad, etc.

De esta forma, la justicia educacional representa una filosofía de base que ilustra la educación de calidad, asegurando, efectivamente, movilidad social. Sin desconocer que más de 11 millones de niños, niñas y adolescentes se encuentran fuera de la educación formal y que uno de cada cinco jóvenes entre 15 y 24 años no estudia ni trabaja (UNESCO), es imperioso junto con atender asuntos de acceso, cobertura, recursos institucionales e infraestructura, poner el acento en políticas y programas que respondan a la heterogeneidad formativa.

Tal posibilidad exige contar con un capital humano capaz de anticiparse a las complejidades y cambios socioculturales del país (escolarización temprana, migraciones, competencias digitales, desarrollo cognitivo, bullying, entre otras). Hablamos de incentivar lógicas que avalen nuevos currículums, pero también un andamiaje pedagógico y didáctico innovado, situado y flexible para enfrentar una "cuestión educacional" a la que, junto con distanciamientos de conocimiento y participación, se yuxtaponen fenómenos como la discriminación, segregación, violencia, abuso.

Acá, las universidades son agentes clave para formar dicho capital humano, así como promover investigación inter y multidisciplinar e innovación educativa, divulgar dicho conocimiento y desarrollar planes de acompañamiento colaborativo a entidades decisionales. Eso, daría más eficiencia a respuestas de la agenda y política pública que apunten hacia la justicia, mediante la gestión de la diversidad y estrategias de inclusión en distintos niveles del sistema educacional.

Dr. Víctor R. Yáñez Pereira Vicedecano Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades

Universidad Autónoma de Chile - Sede Talca

Salud mental de adultos mayores

La OMS llamó al Gobierno de Chile a adoptar medidas para enfrentar el tema, que nos convierte en uno de los países más depresivos del mundo . El 2020 -un año marcado por la crisis sanitaria de coronavirus-, mostró un alza de denuncias, tanto por violencia, como por abandono.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el estigma es una de las barreras que existen para tratar de sortear las conductas suicidas en adultos mayores y señala la necesidad de tender manos a las personas en riesgo, de escuchar a quienes sufren la pérdida de un ser querido y, en el caso de los adultos mayores, atender sus problemas de soledad, económicos, de exclusión y enfermedades largas y dolorosas, que se agravaron durante la pandemia.

Un estudio realizado por la Fundación Míranos, con datos de defunciones del Ministerio de Salud desde 2002 hasta 2016, indicó que entre las personas mayores el suicidio ha crecido sostenidamente y que después de los 80 años (cuarta edad) existe una alta tasa de mortalidad por esta causa. En 2015 llegó a 14 casos por cada 100 mil habitantes, con mayor prevalencia en el género masculino, donde tienen una fuerte incidencia una serie de factores que se potencian, como la soledad, los problemas económicos, las depresiones y enfermedades.

Hace una década fue creado Fono Mayor, línea telefónica directa para quienes requieran denunciar, recibir apoyo o asesoría, destinada principalmente a los adultos mayores.

El 2020 mostró un alza de denuncias, tanto por violencia, como por abandono. De un promedio de diez llamadas al día que se recibían previo a la pandemia, en 2020 se atendió un promedio de 163 llamados diarios. Esto revela la situación que tuvieron que enfrentar los adultos mayores en pandemia, en especial durante los encierros por cuarentena, cuando se les hizo difícil salir, enfrentar el riesgo a contagiarse, y en ocasiones tener una convivencia difícil con sus familiares. Ello se tradujo en deterioro de su salud mental, con cuadros de ansiedad, depresión o intentos de suicidio. Ese año aumentaron las denuncias respecto a la violencia o de abandono.

Hace unos años, la OMS llamó al Gobierno de Chile a adoptar medidas para enfrentar el tema, que nos convierte en uno de los países más depresivos del mundo y que encabeza en América Latina las tasas de suicidios, pese a que, por paradoja, lideró por años los rankings sobre bienestar y desarrollo económico en la Región.