Menores, ni una gota
Las autoridades han adelantado y extendido el periodo de vacaciones escolares y surgen también las interrogantes de qué hacer con los jóvenes y adolescentes en estos largos días.
Aparecen las maratónicas jornadas de videojuegos, televisión e internet, entre otras acciones de ocio, pero también aumentan los "carretes" y fiestas con los amigos o los jóvenes solos en casa.
En ese contexto es pertinente traer a colación algunos datos relevantes del primer Estudio de Educación de Consumo de bebidas con alcohol, realizado por Aprocor (Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas) a nivel nacional, que nos reveló que la compañía de amigos y familiares son las instancias más recordadas del contexto en que se desarrolló el primer consumo de este tipo de bebidas entre los jóvenes (55,9% y 43,8% respectivamente).
A su vez, el informe destaca que los chilenos están mayoritariamente conscientes que la actividad deportiva y los hábitos de vida sana en menores de edad, ayudan a retrasar el inicio o evitar el consumo de licor (75%).
Además, un 91% de las personas están de acuerdo en que los padres deben educar a sus hijos sobre consumo responsable de bebidas alcohólicas, para que aprendan a controlar su ingesta fuera de su hogar.
En estos días en que los adultos piensan en qué hacer con sus hijos, motivar la vida saludable y conversar de de manera directa sobre los riesgos que tiene el consumo de alcohol en menores de edad, pueden ser buenas instancias de uso del tiempo en familia y sumarse a la causa #MenoresNiunaGota.
Juan Pablo Solís de Ovando
Presidente Aprocor
Mujeres sin casa
Nuestro país vive una emergencia habitacional de gran magnitud.
El último catastro de campamentos de TECHO-Chile en 2021 señala que hay más 81 mil familias viviendo en esta condición. Luego, un estudio del Centro UC de Políticas Públicas y Déficit Cero estimó el déficit habitacional en 641 mil familias, entre hogares allegados, hacinados, en situación de calle o viviendas irrecuperables y familias en campamentos.
Esta emergencia no afecta igualmente a toda la población. Las mujeres jefas de hogar constituyen la mayor proporción del déficit habitacional. Parte importante de ello se explica por el allegamiento: muchos hogares monoparentales liderados por mujeres deben apoyarse habitacionalmente en sus familiares.
A menor nivel de ingresos del hogar allegado, es mayor la probabilidad de de que presente jefatura femenina: así se intersectan la vulnerabilidad socioeconómica y habitacional. Tanto los campamentos como el hacinamiento replican esta tendencia.
Esto da cuenta que el camino hacia un déficit habitacional cero hay varios desafíos, entre ellos comprender que esto no se trata sólo de construir viviendas, sino que estas deben cumplir con ser adecuadas en términos económicos, sociales, culturales y territoriales, y también desde el punto de vista de su acceso equitativo en términos de género.
Nuestra política debe reconocer este vínculo y reformular los criterios de selección de los actuales programas, priorizando aquellos hogares vulnerables con prevalencia de mujeres jefas de hogar.
No podremos resolver esta emergencia si no es con una política pública habitacional con una real y efectiva perspectiva de género, que incorpore en sus estrategias y planes la pluralidad de experiencias y categorías que se intersectan a la de "ser" mujer en contextos de exclusión.
Clemente Larraín, Déficit Cero Paz Zúñiga, TECHO-Chile
Un derecho fundamental
Muchas veces la violencia no es claramente visible. Ya en 2017, Unicef nos entregó algunas luces cuando reveló en su estudio sobre polivictimización que un 39% de las niñas y niños declaró haber sufrido un ataque físico y que un 28% se sintió mal por el insulto de una persona adulta. Cifras que no deberían pasar desapercibidas y que, probablemente hoy, son mucho más altas tras la pandemia.
A lo anterior, se suma un dato recientemente publicado que indica que una de cada cuatro personas en Chile sufrió abuso sexual durante su niñez (Cuida, 2022). Parece irreal pensar que un porcentaje tan alto de niñas, niños y adolescentes sufre violencia física, emocional y/o sexual es incomprensible, sin embargo, es una realidad. Es por eso que desde hace más de 10 años en Colunga acompañamos iniciativas como "Hora segura" de Todo Mejora, "Convive en red TP" de Volando en V o el "Programa de apoyo al bienestar emocional del estudiante" de Cenfa para proteger a la niñez y adolescencia contra toda forma de violencia, y actualmente seguimos buscando nuevas organizaciones a través del Fondo Transforma Colunga Huneeus para que se sumen a desafío, porque terminar con la violencia lejos de ser un deber moral, es un derecho fundamental.
La violencia nos duele y las falsas creencias en torno a ella nos frenan. Debemos romper con las barreras del silencio, el desconocimiento y el estigma.
Rafael Moyano, Fundación Colunga