Esta semana el Gobierno presentara en el congreso le Reforma Tributaria, de acuerdo a las estimaciones del Ejecutivo, esta busca una mayor recaudación de 4,1% del PIB unos U$ 12.000 millones hacia 2026. Según el Ministerio de Hacienda, esta meta de recaudación tiene por objetivo cerrar nuestra brecha en la recaudación total de impuesto con la OCDE, objetivo cuestionable ya que se debe tener presente, posterior a la crisis del 2008, la OCD no ha podido recuperar su crecimiento económico previo.
Cabe destacar la envergadura de la reforma, la más grande desde los años 90´s ya que busca aumentar la recaudación en un 20%, afecta diversos tributos y genera diversos efectos, alguno de ellos deseados, como disminuir la evasión. Sin embargo, el potencial impacto que tendrá la Reforma Tributaria sobre el ahorro y la inversión privada, ambos elementos centrales para aumentar nuestro crecimiento de largo plazo, debe ser cautelosamente analizado.
Más que igualarse al promedio de los países de la OCDE, el objetivo de la Reforma Tributaria debiera apuntar a dos de las principales debilidades de la economía chilena; la inversión y la disciplina fiscal, que de ser aprobado el texto presentado por el Presidente Boric, se corre el riesgo de debilitar. Chile viene enfrentando una desaceleración importante en la inversión. Las estimaciones muestran que en el periodo 2014-2023 la inversión prácticamente no habrá crecido (0,3% de crecimiento promedio anual).
Dada su importancia para la capacidad de crecimiento de mediano plazo de la economía, se requiere con urgencia proyectos que incentiven la inversión privada, que representa el 80% de la inversión total. Sin embargo, el proyecto está estructurado de forma tal que la nueva carga tributaria recae mayormente en las rentas de capital y en los contribuyentes que ahorran, situación que afectara negativamente la inversión privada, tanto por hacerla menos atractiva al mermar su rentabilidad, como por reducir los fondos disponibles para su financiamiento.
Esta situación probablemente afectara la capacidad productiva de la economía en el mediano plazo al reducir el "stock de capital". Por tanto, esta reforma no cumple con el principio de neutralidad, el cual alude a que el diseño de la política tributaria debe buscar minimizar los impactos no deseados de los impuestos en la actividad económica en general. Al ser una reforma ambiciosa en términos de recaudación, sería conveniente que los gastos que el gobierno pretende financiar con estos nuevos recursos solo se gatillen una vez conseguido el financiamiento, ya que es posible que al igual que prácticamente en todas las reformas implementadas en las últimas décadas la recaudación no aumento lo esperado, terminando con unas cuentas fiscales aún más deterioradas.
Frank Sauerbaum Diputado por Ñube
