Un digno regreso a clases
Una vez más vemos manosear la palabra dignidad para argumentar en contra del regreso a clases de los escolares este lunes 25 de julio. La falta de calefacción, las goteras o vidrios quebrados son usados como excusa para que los niños, niñas y adolescentes no vuelvan a clases o lo hagan de manera parcial. Evidentemente todos queremos trabajar y educar en ambientes cómodos y seguros, y es responsabilidad de los sostenedores públicos (municipios y SLEP) y privados (fundaciones y corporaciones privadas sin fines de lucro) proveer esas condiciones, y de la Superintendencia de Educación hacer cumplir dichas obligaciones.
No hay excusa para que los responsables de la administración de los establecimientos no cumplan con lo mínimo en infraestructura y equipamiento.
Pero lo más indigno de un colegio sería no volver a clases o hacerlo de manera parcial argumentando falta de condiciones físicas. Los estudiantes tienen que estar en clases; después de la familia, la escuela es el lugar natural para que un niño, niña o adolescente se desenvuelva, aprenda y crezca, y los profesores y asistentes de la educación somos los adultos de referencia para guiarlos y educarlos en ese espacio. No hay duda de que en la escuela los alumnos encuentran un ambiente de aprendizaje, desarrollo personal y protección muchas veces superior incluso que en su propia casa o barrio, así lo demuestran los estudios que se han realizado sobre acoso y abuso sexual en pandemia, violencia y convivencia o sobre socialización infanto-juvenil.
Para qué mencionar el aumento en la brecha de aprendizajes entre aquellos estudiantes que asisten al colegio versus aquellos que no lo hacen. Seguir insistiendo en la voluntariedad de la Jornada Escolar Completa, JEC, o poniendo trabas al regreso a clases normarles, es tozudez que solo perjudica a aquellos que debieran ser los primeros en la fila de nuestras prioridades, nuestros estudiantes.
Profesor José Luis Velasco Guzmán, presidente Asociación de Educadores de Chile A.G., Aseduch
Estadísticas previsionales
Según las estadísticas de la Superintendencia de Pensiones, de los casi 11.500.000 afiliados al sistema previsional, sólo 5.950.000 cotizan mensualmente, es decir casi un 50% de las personas no ahorra para su vejez.
Las cifras son alarmantes, pues este es el real problema de las pensiones, en donde la gente no cotiza durante su vida activa, encontrándose con una baja pensión para cuando las oportunidades laborales y de salud no son las óptimas.
Hoy los trabajadores independientes, ni trabajadores informales, tienen la vocación ni el incentivo de cotizar, pues ven las cotizaciones como un gasto y no como un mecanismo de seguridad social en distintos eventos adversos.
Sería interesante ver por parte del Gobierno, políticas que incentiven la cotización, que la simplifiquen, y que la gente pudiera ver beneficios tangibles por dicho esfuerzo, de manera que cada vez veamos un mayor número de cotizantes, de manera de ir subiendo el actual 50% de personas que ahorran para su vejez.
Eduardo Jerez Sanhueza
Seguridad vial
Esta semana la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó eliminar la obligatoriedad de la enseñanza básica completa para obtener la licencia de conducir clases B, C y F; una muy mala noticia para nuestro país, considerando las estadísticas de accidentes de tráfico. En Chile se producen 221 accidentes de tránsito y fallecen 5 personas diariamente por esta causa.
Las medidas deberían ir en el sentido opuesto.
Debemos aprender de las políticas implementadas en países que han logrado disminuir los fallecidos por accidentes de tránsito, políticas que han sido actualizadas de manera periódica, aumentado las exigencias para obtener la licencia de conducir, donde se incluye el perfil psicológico del usuario del vehículo, asunto absolutamente necesario el día de hoy, solo vasta circular unos minutos por nuestro espacio vial para darse cuenta que la convivencia en el espacio público es muy mala y que la mayor parte de los usuarios no está dispuesto a modificar su conducta en virtud de una mejor y más segura circulación en el espacio vial.
Si no nos tomamos en serio el problema de la (in)seguridad vial, las cifras de accidentes seguirán en aumento y se seguirán destruyendo las vidas de familias completas por la muerte de un ser querido, muertes que, de acuerdo con la experiencia internacional, se pueden evitar.
Dr. Alejandro Torres Flores Académico Esc. Ingeniería, UCEN