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Artista española La Otra desembarca con tres conciertos en Chile

GIRA. La filósofa Isabel Casanova musicaliza la contingencia política tras el 18 de octubre de 2019 y las protestas en Europa.
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Amelia Carvallo

La música madrileña La Otra dará tres recitales durante septiembre: el 3 estará en la Terraza Trotamundos de Quilpué; el 9 aterrizará en el Club Chocolate de Santiago y el 10 se presentará en el Teatro Bandera Negra de Concepción.

Con una marcada impronta feminista, Isabel Casanova asumió bajo el seudónimo de La Otra una exploración musical que abarca clásicos del cancionero latinoamericano y que hoy afronta con "Incendio", su último disco, asomos al soul y el hiphop.

Música y política

La intérprete dijo que de niña le gustaba mucho leer y tuvo una infancia feliz, atravesada por un entorno familiar "de lo más convencional y a veces asfiaxiante", reconoció. "En la adolescencia me hice amante del punk, el jazz y la musica jamaicana, eso fue una linda semilla para después y también el comienzo de mi politización".

Con estudios de filosofía, Casanova trabajó con niños en campamentos de verano y hasta ese momento veía lejano dedicarse al arte, ya que "me interesaba mucho la educación no formal y recuerdo que veía la filosofía como una camino para responder preguntas, aunque terminó sobre todo siendo un camino en el que encontrar más preguntas".

-¿Y cómo llegaste a la música?

-Es curioso porque, al igual como llegué a la política a través de la música, también llegué a la música a través de la política. Desde los 17 años participé en algunos movimientos sociales, y ahí me atreví a hacer canciones y mostrarlas como una forma de activismo. Comencé a dar conciertos en espacios de militancia en los que participaba, y me fueron llamando de otros sitios, cada vez más, hasta que entendí que hacer de la música mi profesión parecía posible y al tener la posibilidad de intentarlo me lancé, estando ya en ello sin haberlo planificado.

-¿Cuáles son tus referentes?

-Al principio una mezcla de grandes cantores latinoamericanos como Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez o Víctor Jara. También punk españoles, el rock de Extremoduro y grupos jamaicanos de reggae y ska. También jazz, sobre todo de mujeres que cantaban como Billie Holiday o Sarah Vaughan, y algunos proyectos de música militante como "De espaldas al patriarcado" o "Paso a paso", junto a raperos como Kenny Arkana.

De vuelta en chile

La Otra señaló que "hacía mucho que deseaba volver (al país), de hecho me fui deseando volver en mi anterior y primera gira por allá, en 2019, de la que salí muy enamorada de Chile y sus gentes. Me impresionó mucho la historia reciente del país, los movimientos de resistencia popular y la tensión que se respiraba en el ambiente. Lo vi como una mezcla de cosas muy bellas y muy feas".

-¿Qué repertorio presentarás en septiembre?

-Una mezcla de todos los trabajos que he ido sacando. Habrá más canciones de las más recientes porque son las que al fin y al cabo me representan ahora, pero también habrán grandes clásicos que amo a pesar del tiempo y que sé que mucha gente está esperando.

-¿Cómo fue la cocina de tu último disco, "Incendio"?

-Es mi trabajo más maduro. Creo que al haber sido producido y grabado en pandemia, tiene un extra de "a fuego lento" que le da un sabor muy especial y lleno de detalles. Es un trabajo colectivo, coproducido junto a la banda que me acompaña en el proyecto, ya que compagino en formato acústico con el formato banda. Esta gira por Chile es en acústico, con percusión, y espero en el futuro poder viajar con toda la banda.

-¿De qué hablan tus canciones?

-De las experiencias propias que trascienden lo individual y resultan ser compartidas. Los sonidos son una mezcla de bastantes cosas. Canción de autora, hip hop, aires de ritmos latinoamericanos, toques de electrónica, un poquito de olor a neo-soul y siempre algún reggae.

-¿Cómo fue hacer una colaboración con la chilena Pascuala Ilabaca?

-Fue un privilegio, ya que es mi amiga y además una referente, alguien que me inspira y a quien admiro por muchos motivos políticos, artísticos y personales. Nos conocimos en mi anterior gira y grabamos entonces un par de videos acústicos. Cuando compuse "Agua de río", la canción que habla del proceso popular que ha habido en Chile estos años, qué resultó luego sin saberlo yo que también hablaba un poco de la historia de mi país y sus huellas en el presente, pues no dudé en que su presencia en esta canción sería hermosa, ¡y así fue!

"Bambi" cumple 80 años provocando lágrimas

ANIMACIÓN. La obra del cervatillo fue la primera en mostrar la muerte de forma directa a los niños y fue nominada a 3 Oscar.
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El 13 de agosto de 1942, en el Carthay Circle de Nueva York, se estrenó una de las obras más maduras y tristes de la cinematografía de Disney, la primera en mostrar la muerte de una forma directa a los niños, la historia del pequeño cervatillo Bambi, que 80 años después sigue provocando lágrimas.

La muerte de la madre de Bambi a manos de un cazador sentó un precedente dentro del cine de animación infantil, ya que era la primera vez que se mostraba este tema de una manera tan evidente al público infantil, dejando entre otras enseñanzas cómo enfrentar los momentos difíciles.

Walt Disney defendió la idea de que la muerte también debía estar presente en sus relatos: "No creo que haya que aligerar los hechos para los niños, tanto en la vida como en el cine", argumentó, según recoge el libro "Los archivos de Walt Disney".

La cinta narra la historia de cómo ese pequeño cervatillo tímido que vive con su madre en el bosque poco a poco va haciendo nuevos amigos como el conejo Tambor, la mofeta o chinga Flor y la cervatilla Faline, a la vez que va aprendiendo grandes lecciones de su madre.

Cuando la pierde, Bambi se va a vivir con su padre, El Gran Príncipe del Bosque, y tiempo después se convierte en un ciervo joven y fuerte, que tendrá que luchar por el amor de su vida Faline, la cierva que conoció de pequeño y enfrentarse a su peor enemigo, el hombre.

La génesis del proyecto vino dada por el cineasta Sidney Franklin, quien adquirió en 1933 los derechos del libro "Bambi. Historia de una vida en el bosque" (1923), del austriaco Félix Salten, y le habló de la posibilidad de hacer una película animada sobre ello a Walt Disney.

Esta iba a ser la segunda película de animación de su estudio después de "Blancanieves y los 7 enanitos", en 1937, pero la dificultad de reflejar los movimientos de los animales con total fidelidad acabó retrasándola cinco años.

Al estudio, entre otros animales, llegaron dos cervatillos pequeños para que, durante los siguientes años, los animadores pudieran observarlos, estudiarlos y dibujarlos en todas sus fases de crecimiento, así como la forma que tenían de moverse. Gran parte del encanto de los fondos y los personajes se debió al artista chino Tyrus Wong.

Sin embargo, pese a todos los esfuerzos y el gran presupuesto, "Bambi" no tuvo buena acogida. Los críticos señalaron el carácter duro de su narración por considerarla no apta para los niños y algunos expertos consideraron extrema la dulcificación de los animales.

Estrenada en plena Segunda Guerra Mundial, "Bambi" registró pérdidas al principio. Pero, un año más tarde, en 1943, fue nominada a tres Oscar (Mejor Sonido, Mejor Canción por "Love is a Song" y Composición Musical Original), y una vez acabada la guerra, en 1947 volvió a los cines, esta vez con un considerable éxito para quedarse como la tercera mejor película de animación de la historia, tras "Blancanieves" y Pinocho".