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Señala que es necesario avanzar hacia una corresponsabilidad social en materia de cuidado doméstico, así como políticas que favorezcan una mayor participación de los hombres en esta área, y piensa que en ese sentido las indicaciones incorporadas al proyecto 40 horas "van en la línea correcta, puesto que permiten las condiciones para impulsar un reparto más equitativo de las tareas de cuidados no remuneradas" y reducir las brechas de género. Aun cuando considera ambicioso pensar que ellos asumirán la mitad de este trabajo, "sí creemos que un porcentaje importante de familias tendrá la posibilidad de repartir los roles".

Más categórica es Francisca Jünemann, presidenta ejecutiva de ChileMujeres: "Los hombres no se harán cargo del 50% ni de un porcentaje importante aún del trabajo de cuidado y crianza por una ley que permita un horario diferido de entrada y salida. El problema cultural que tenemos de ausencia de corresponsabilidad es muy profundo y no se soluciona con una norma; así de simple".

La abogada recuerda que hoy, de hecho, el horario diferido se puede acordar en las empresas. "Lo que hace el proyecto de ley es dar este derecho (la organización debe acatar, no acordar) a las madres y padres de niños y niñas de hasta doce años o a la persona que tenga el cuidado personal. Pero de todas formas, esta propuesta legislativa es un avance y las empresas deberán promover que los padres hagan uso de este derecho para el fin de la ley, que es el cuidado de hijas e hijos. Además, ayudará a las madres, especialmente a las madres solas".

Derechos parentales al código del trabajo

La sobrecarga de exigencias que implica la realización de labores dentro de la casa -más aún si se le agrega un trabajo remunerado fuera de ella- tensiona de manera permanente la situación laboral femenina. De hecho, la publicación de CM ¿Cuánto aportamos al PIB? Estudio de Valoración Económica del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado en Chile indica que el grupo de entre 25 y 59 años dedica un promedio de 6,8 horas diarias a esta labor, lo que es incompatible con cualquier jornada laboral.

A la hora de definir posibles soluciones, Alejandra Sepúlveda plantea que es clave que la reducción de la jornada laboral se base en un marco de corresponsabilidad parental y social de los cuidados. "En materia de regulación, siguiendo el modelo de los países desarrollados, es necesario avanzar hacia la ampliación y equiparación de derechos parentales entre mujeres y hombres dentro del Código del Trabajo, que apunten al ejercicio de una paternidad corresponsable, como la postergada reforma al artículo 203 del Código del Trabajo, sobre el acceso universal a sala cuna".

"También, que se promuevan esquemas de licencias o permisos de cuidados diversos, que no refuercen los estereotipos de género en torno a estas labores, como el proyecto de ley que amplía progresivamente el permiso para el padre trabajador en caso de nacimiento de un hijo/a. Asimismo, se deben incentivar las buenas prácticas empresariales y regulaciones laborales que promuevan la corresponsabilidad de las tareas de cuidados en los hogares", complementa la presidenta ejecutiva de CM.

Francisca Jünemann: "Necesitamos una transformación profunda, una verdadera revolución en las familias y en los lugares de trabajos. Debemos comprender que no podemos seguir con un país donde menos de la mitad de las mujeres puede trabajar con una remuneración. Es tan violento como si las niñas no pudieran estudiar. Y las empresas y empleadores tienen una responsabilidad muy grande, son los principales responsables de la corresponsabilidad parental, factor esencial para las oportunidades laborales de las mujeres junto con la adaptabilidad laboral".

La presidenta ejecutiva de ChileMujeres subraya que "no se puede cuidar ni criar si es que no se puede cumplir durante la jornada laboral con compromisos y deberes parentales, como llevar a las niñas y niños a sus controles médicos, ir a reuniones de apoderados, trabajar desde la casa si es posible en las tardes para que no estén solos…las organizaciones deben tener una cultura que promueva la corresponsabilidad parental y que la adaptabilidad laboral sea la regla, no la excepción. Y necesitamos líderes que den el ejemplo, que los quieran imitar".

Más participación en toma de decisiones

Angela Boitano plantea que "podemos examinar el problema aludiendo en primer lugar a barreras culturales que siguen construyendo una imagen de mujer cuya característica central es el cuidado de otros/as, esta cuestión debe abordarse con campañas comunicacionales, educación primaria, etc. Un segundo elemento es que los derechos que contempla el Código Laboral, vinculados al nacimiento y cuidado de hijos e hijas, son de titularidad exclusiva de las madres. Y eso es un problema que se puede abordar con más facilidad que los patrones culturales, pues legislar supone obligar y desde esa obligatoriedad se pueden modificar estilos de vida".

La académica de la UDP observa que aun cuando la ley no resuelve los problemas -"de hecho la ley de igualdad salarial no ha igualado los sueldos de hombres y mujeres"-, es un avance que debe ir acompañado de una mayor participación de las mujeres en todos los espacios de toma de decisiones" y en esa línea considera que es "una apuesta sensata de la Nueva Constitución".

Para Claudia Acevedo, "el sistema de roles que encasilla a las mujeres a hacerse cargo de las tareas del hogar y, en otro ámbito, la falta de leyes que promuevan una corresponsabilidad real, termina por establecer barreras a la inserción de la mujer en la esfera productiva", por lo cual opina que la mejor manera de avanzar en esta materia es trabajar colaborativamente.

"Necesitamos generar un cambio cultural y, como cualquier cambio, requiere de esfuerzo y compromiso por parte de todas y todos. Sabemos que aún existe el prejuicio hacia la productividad de la mujer con hijos y eso pasa porque la responsabilidad todavía se delega 100% en nosotras, a pesar de que cada vez más hombres y mujeres asumen las mismas labores. Así también, debemos avanzar en políticas de flexibilidad laboral que permitan compatibilizar el trabajo con la familia", complementa.

Sostiene que el trabajo pendiente "no es solo del gobierno de turno, sino que de todos los actores públicos y privados. Por eso, como Cámara Regional del Comercio de Valparaíso hemos querido tomar un rol activo en la inclusión de la mujer en el mundo del trabajo, disminuyendo la brecha en la participación social, económica, política y cultural en nuestra sociedad. Ha sido por muchos años una prioridad para la CRCP hacer visible esta realidad y contagiar a las empresas a asumir el desafío y sumarse a este propósito. A través de nuestra Mesa Mujer-Empresa, trabajamos constantemente para aumentar la participación de la mujer en la economía regional". 2

Es necesario avanzar hacia una corresponsabilidad social en materia de cuidado

doméstico".

El problema cultural de ausencia de corresponsabilidad es muy profundo y no se soluciona con una norma".

Es necesario incorporar una perspectiva de género a la reducción de la jornada

laboral".

Alejandra Sepúlveda Presidenta ejecutiva

El cuidado de niños, niñas y/o adolescentes en edad escolar debe dejar de ser un beneficio exclusivo para las madres".

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La importancia de equilibrar las tareas al interior de los hogares

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Dado que los cambios culturales suelen demorar décadas, y que urge un mejoramiento sustancial de la calidad de vida de las mujeres, ¿hay alguna fórmula para acortar los plazos?

Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva de ComunidadMujer, hace ver que la distribución de tareas en un hogar no depende únicamente de las horas destinadas al trabajo remunerado, sino también de las normas culturales y estereotipos de género predominantes, por lo que es fundamental "que el Estado direccione sus esfuerzos hacia la concientización de la sociedad civil respecto de la importancia de equilibrar las tareas de cuidado dentro de los hogares y, asimismo, generar los incentivos adecuados para que el sector privado acompañe la reducción de la jornada laboral con medidas de adaptabilidad que promuevan la corresponsabilidad familiar entre mujeres y hombres trabajadores/as".

A propósito de cambios culturales, Ángela Boitano, directora del Observatorio de Desigualdades de la UDP, recuerda cómo la ley antitabaco, de cuya efectividad existían muchas dudas, "terminó por cambiar un hábito nocivo que hacía natural fumar en buses interprovinciales, en restaurantes y hasta en consultas médicas".

En esa línea, menciona "implementar una ley de postnatal compartido sin que bajen los ingresos de las familias, obligar a los/as empleadores a otorgar el beneficio de sala cuna universal no solo cuando la empresa tiene 20 mujeres sino cuando hay personas que son padres y/o madres", a la vez que valora el reconocimiento que se da al "derecho al cuidado" en la propuesta de nueva Constitución, en cuanto permite "reconocer el valor social y económico del cuidado, desprivatizarlo y distribuirlo igualitariamente para que sea una responsabilidad colectiva del Estado, los privados, las comunidades y las familias, no solo de las mujeres".

Francisca Jünemanm, presidenta ejecutiva de ChileMujeres, plantea terminar con las leyes que encarecen la contratación de mujeres, como el artículo 203 sobre sala cuna del Código del Trabajo, y entregar sala cuna universal. "El grupo más rezagado en la recuperación de los empleos a los niveles prepandemia son las mujeres con niñas y niños en edad preescolar, especialmente sin son menores de 3 años. Y esta ley obliga a las empresas a pagar sala cuna desde la mujer número 20 contratada. Considerando que el sueldo promedio de los trabajos formales de las mujeres son $700 mil pesos, teniendo que pagar sala cuna, sube a $1 millón. Hay que imaginarse el estímulo de contratarla".

Además, apunta a nivelar los derechos maternales y parentales, ya que "mientras las mujeres tienen ocho derechos por maternidad, los padres tienen sólo tres y ninguno con apoyo del Estado", para el cual "el vínculo paternidad y trabajo no existe".

La presidenta de la Mesa Mujer-Empresa de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso, Claudia Acevedo, observa que las medidas pro corresponsabilidad parental incluidas en el proyecto 40 Horas van en línea con las recomendaciones de organismos internacionales como la CEPAL y la OIT. No obstante, considera que deben complementarse con un fomento real a ese objetivo, que permita a las mujeres insertarse al mundo del trabajo con condiciones laborales equitativas, flexibles e inclusivas. 2