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Encrucijada del mecanismo enrarece el esquivo acuerdo

La reticencia de Chile Vamos a seguir con las tratativas para afinar un nuevo proceso constituyente, acusando intromisión del Gobierno, puso en pausa la búsqueda de consenso. Pese al traspié, analistas observan con optimismo las conversaciones que se llevan a cabo.
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Luego de la aplastante derrota sufrida por el oficialismo en el plebiscito de salida, donde el Apruebo logró poco más del 38% de las preferencias, con lo cual la propuesta de nueva Constitución terminó siendo rechazada, comenzó la búsqueda de opciones para continuar con el proceso constituyente, en sintonía con lo expresado en el referéndum de entrada. Y desde el Gobierno instaron a las coaliciones afines y las fuerzas políticas de oposición a reunirse para acordar el mejor mecanismo para concretar ese propósito.

Tras superar unos impasses menores, los partidos tuvieron una cita con el Ejecutivo el martes de la semana pasada, agendando una nueva reunión para el lunes 12. En dicha ocasión y al cabo de varias horas de negociación, todo parecía indicar que saldría humo blanco antes de Fiestas Patrias. O al menos así lo sugerían los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado, Raúl Soto y Álvaro Elizalde, quienes dieron cuenta de los puntos de encuentro que lograron las tiendas políticas con representación en el Congreso.

En concreto, se explicitó que había consenso sobre la necesidad de continuar con el proceso, así como la voluntad de que el órgano encargado de redactar una nueva Carta Fundamental fuera elegido en la totalidad por la ciudadanía y contara nuevamente con paridad. Junto con esto, también se incluyó la realización de un plebiscito para ratificar o rechazar el texto. Eso sí, la principal novedad sería la participación de una comisión de expertos, que sería una especie de ente asesor para los integrantes de la Convención.

Todo parecía marchar relativamente bien, más aun considerando que se llevaría a cabo otra reunión el jueves 15 para afinar los detalles respecto al mecanismo. Pero desde Chile Vamos descartaron que se hubiera llegado a un consenso pleno respecto de las materias antes descritas y acusaron premura en la actuación del Gobierno.

Particularmente, los integrantes del conglomerado de oposición se sintieron pasados a llevar por las palabras de la vocera Camila Vallejo (ver recuadro), quien además de dar por hecho el pacto, adelantó que se contaría nuevamente con independientes y pueblos originarios, temas que se conversaron, pero en los cuales no se llegó a buen puerto.

Así las cosas y pese a los intentos de la titular de la Segpres, Ana Lya Uriarte, las negociaciones quedaron congeladas, en un ambiente de dimes y diretes entre oficialismo y oposición, desde donde han solicitado que el Gobierno se reste de las conversaciones y exista una participación proporcional de las fuerzas políticas presentes en el Congreso, comprometiendo su voluntad de reunirse nuevamente la semana que viene sin "autoimponernos plazos", como comentó el presidente de Renovación Nacional, Francisco Chahuán.

Estragos del plebiscito

Pese a las evidentes diferencias que existen entre los bloques, sobre todo por las recriminaciones cruzadas entre uno y otro bando, el director ejecutivo del Instituto Res Pública, José Francisco Lagos, descarta que este impasse reste peso y respaldo político al acuerdo que se pueda alcanzar, aunque admite que inevitablemente condicionan las conversaciones que lleven a cabo Chile Vamos y las fuerzas oficialistas.

En ese sentido, el abogado y máster en Estudios Públicos considera que el Gobierno quiso sacar cierta ventaja o provecho en las tratativas "y eso tensiona mucho las conversaciones futuras, porque hay que entender cuál es el rol del Gobierno y qué implicancias tiene en la mesa de negociaciones el plebiscito del 4 de septiembre", poniendo como ejemplo la reciente petición de la centroderecha para que la representación en estas instancias esté dada de forma proporcional, tomando en cuenta los escaños parlamentarios.

"Estamos viviendo un proceso constituyente que nunca es fácil y donde se requiere mucha reflexión por parte de los actores involucrados", postula el vicedecano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Rodrigo Arellano, quien puntualiza que si bien el Ejecutivo se ha declarado como observante y tratado de facilitar el diálogo, existe cierto grado de inquietud en su actuar para que el acuerdo se cierre lo antes posible, lo cual iría en línea con el resultado del 4 de septiembre.

Al respecto, el máster en Acción Política y Participación Ciudadana en el Estado de Derecho indica que el revés sufrido en la elección "mueve ciertos cimientos programáticos, muchas de las disposiciones del borrador estaban en relación con algunas modificaciones estructurales y políticas que tiene el Gobierno. Por lo tanto, uno debiese esperar -y es algo que ha estado ausente en la discusión- un mea culpa, una reflexión más profunda en cuanto a lo que significó su derrota, más allá de un simple cambio a nivel ministerial. Y tengo la impresión de que la dilatación del proceso va en línea con eso, en que el Gobierno avance en sus reformas, pero con perspectiva de derrota, lo cual no ha pasado".

la premura con que el gobierno se refirió a las conversaciones por un nuevo proceso constituyente, dejaron pendiendo de un hilo el diálogo entre oficialismo y dirigentes de chile vamos.

Nicolás Reyes Acevedo

reportajes@mercuriovalpo.cl