Cuando interesa que la inversión caiga
Como país nos importa que la inversión crezca, porque con ello tenemos crecimiento económico, mayores ingresos para las familias y disminución de la pobreza. Paradójicamente, en este momento económico al Banco Central le interesa que la inversión caiga.
La inflación es un grave problema para el presupuesto de las familias, se habla de impuesto inflación, porque se reduce la capacidad de gasto, empobreciéndolas. Sus causas están hoy en los incrementos de costos, derivados del incremento del precio de la energía y de los cierres de las economías en periodo de pandemia y fundamentalmente por la abundante demanda producto de los retiros de fondos de pensiones y del excesivo gasto fiscal derivado de la entrega de los ingresos familiares de emergencia.
A pesar de que las principales causas de la inflación están en la demanda, el único instrumento que tiene el Banco Central para su control es subir la tasa de interés, lo que afecta directamente a las empresas, la producción y la contratación de personal, y por esta vía cae la masa salarial y por lo tanto la demanda y la presión sobre la inflación. Este es el único mecanismo para controlar la inflación, y lamentablemente no hay otro. Es el único momento cuando es deseable y necesario que la inversión caiga. Estamos pagando caro el costo de las políticas populistas de los años 2020 y 2021.
Necesitamos entonces que la demanda caiga, pero un componente importante de la demanda agregada es el gasto público, por ello también necesitamos que el 2023 tengamos un presupuesto austero, de otro modo tomará mayor tiempo controlar la inflación, y con ello se estaría aumentando el daño en la economía en términos de una actividad deprimida y con un mayor desempleo, pero por el contrario, lamentablemente estamos viendo un incremento en el presupuesto público para el 2023 de un 4,2%, y esto no deja de poner presión y ser riesgoso.
Hay que distinguir entre inversión y gasto, y lo que debiera restringirse es el gasto público, considerando además que, el Banco Mundial estima que el 17% del presupuesto público se malgasta en personal innecesarios o iniciativas poco eficientes. La política monetaria con las alzas de tasa de interés está siendo restrictiva y la política fiscal debiera ir en la misma línea y así ser consistentes para tener el efecto deseado y no seguir perjudicando a los más pobres con el impuesto inflación.
Mientras no hayamos tenido una suficiente caída en la actividad económica, cayendo la inversión y aumentando el desempleo, no habremos resuelto el problema inflacionario y tener un punto de inflexión que nos permita cambiar hacia una tendencia de crecimiento económico y como consecuencia, según proyecciones recientes del FMI y del Banco Mundial, tenemos que para el 2023 estiman una caída de nuestro PIB entre el 1% y el 0,5% respectivamente.
Ricardo Salman presidente CChC Chillán.