Compuestos bioactivos y modulación en la obesidad
El estado crónico de la obesidad es un problema de salud pública, con origen multifactorial y que afecta a distintas poblaciones en forma transversal. De acuerdo con el Informe de Nutrición Global 2017 denominado "Alimentar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)", alrededor de 2 mil millones de adultos en el mundo tienen exceso de peso. Se sabe que este escenario clínico es, en parte, la causa de una amplia cantidad de complicaciones como enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemia y síndrome metabólico, desencadenadas por el proceso de estrés oxidativo, referido a un exceso de moléculas oxidantes y una disminución de los mecanismos de defensa antioxidante, que es provocado, entre otros aspectos, por el consumo exagerado de productos ultraprocesados (altos en sodio, carbohidratos simples, aditivos y bajos en fibra) y que, al perpetuarse en el tiempo, origina mayores anomalías orgánicas.
En este contexto, diversas investigaciones han descrito que dietas ricas en componentes específicos como fibra, vitaminas y antioxidantes podrían asociarse de forma inversa con marcadores de inflamación, intolerancia a la glucosa, presión arterial y dislipidemia, sugiriéndose un poder nutracéutico potencial de componentes naturales específicos que pueden ser aportados a través de la alimentación. En este punto, los polifenoles, pertenecientes al grupo de antioxidantes, han adquirido en los últimos años gran relevancia. En términos de patrones dietéticos la recomendación se basa en incorporar elementos como vitaminas (A, C, E), selenio, zinc, quercetina, curcumina y resveratrol, entre otros, lo que se traduce en el consumo de fuentes alimentarias, por ejemplo, cereales integrales, leguminosas, frutos secos, aceite de oliva, vegetales, berries (frutos rojos), ajo, jengibre, té verde y café en grano.
Carla Guzmán Pincheira, nutricionista y doctora en Ciencias Médicas, Académica U. San Sebastián
¿Lograremos adaptar la educación a generaciones del siglo XXI?
Soy Antonia Pérez, estudiante de cuarto año de enseñanza media, de la especialidad de Agropecuaria del Liceo Técnico Profesional Arturo Valenzuela.
En conjunto con mis compañeros de clase hemos analizado en la asignatura de Lengua y Literatura, la calidad de educación y profundizado en temas como: ¿logra ser eficiente?, ¿va en decadencia?, ¿cómo ha cambiado a través de los años?, ¿cómo podríamos mejorarla?, entre otros temas. Gracias a estas clases he logrado identificar algunos problemas que podemos encontrar en la educación. Problemas que pueden afectar su calidad y así la forma en que nosotros, los estudiantes, aprendemos.
Según mis propias experiencias, he logrado darme cuenta de que la "rutina" presente en las clases comienza a aburrir a los estudiantes. El hecho de que el profesor nos entregue una clase hablada y con trabajo escrito, para luego rendir una prueba o realizar presentaciones de la materia, nos lleva al agotamiento de la escuela, lo que trae nuestra desmotivación por aprender y motivación para encontrar algo que te distraiga.
Como solución a los problemas que he identificado anteriormente, he deducido que las mejores estrategias serían, en el caso de la rutina en clases, encontrar otra forma de entregar la materia de las asignaturas y otra forma de evaluar el proceso de aprendizaje de los y las estudiantes. Quizás lograr una clase más didáctica y en lugar de dar una charla de la materia, formular una conversación entre el docente y sus estudiantes. Para el otro problema, propongo que profesores jefes de distintos cursos se den el tiempo para conocer a los estudiantes, sus habilidades y su ritmo de aprendizaje: conformar grupos de estudiantes que tengan una forma similar de aprendizaje. De esta manera poder entregar de forma más "personalizada".
Me he dado cuenta de que la relación que existe entre el docente y sus estudiantes es muy importante para el aprendizaje ya que la motivación que tiene el estudiante de poner atención y aprender dependerá de si la relación con su profesor es buena.
Hablando a título personal, la disposición del docente por enseñar y del estudiante por aprender, son el factor más esencial para elevar nuestra calidad de educación.
Mejorando nuestra calidad de educación, lograremos mejorar nuestra calidad de vida a nivel nacional. Si ya egresaste de la enseñanza media, ¿qué hubieses cambiado en tu época de estudio? Si eres estudiante, ¿concuerdas con lo que menciono? Estimado lector, ¿qué cree que podríamos lograr como país al mejorar la calidad educativa a nivel nacional?
Antonia Pérez, estudiante del Liceo Arturo Valenzuela, Los Laureles.