El 31 de octubre pasado se conmemoró el Día Mundial de las Ciudades, fecha donde el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) busca fortalecer lineamientos estratégicos que permitan a los países impulsar acciones para los desafíos que plantea el urbanismo y contribuir al desarrollo sostenible de los territorios. En su Agenda 2030 dispone de 17 objetivos y 169 acciones que se interrelacionan y complementan, entre ellos, el objetivo 11, "Ciudades y comunidades sostenibles".
Uno de los retos para este año, con el lema "Actuar localmente para ser globales", es la definición de medidas para crear ciudades más verdes, equitativas y sostenibles con una mirada pospandemia. Eso implica reenfocar acciones a los entornos que más sufrieron, como las áreas sobrepobladas, con pobreza, marginalidad, infraestructura inadecuada y servicios sobrecargados, siendo entornos vulnerables y poco resilientes al covid -19 que necesitarán especial cuidado en las políticas urbanas.
Chile no está exento de este desafío. Entre las metas de la Agenda 2030 que deben priorizarse están el acceso a viviendas y servicios básicos seguros, aumentar la urbanización inclusiva y sostenible, mejorar la planificación participativa e integrada, dar accesibilidad universal a áreas verdes y a espacios públicos. Nuestro país tendrá que priorizar estrategias que aporten a enfoques integradores en la planificación y la gestión, para transformar las ciudades y asentamientos en motores de crecimiento más eficientes.
Chile posee herramientas para hacer frente a las problemáticas urbanas, pero los instrumentos de planificación territorial deben tener una actualización periódica, con una mirada más integral, sostenible y con la participación ciudadana como foco.
El Plan Urbano Habitacional está en línea para el desarrollo de proyectos con un énfasis en la integración social y territorial, no sólo pensado en la creación de viviendas, sino que incorporando equipamientos, servicios y áreas verdes, para lograr una gestión participativa integrada y sostenible. Además, los planes de emergencia habitacional (PEH), iniciados en 2022 con foco en el aumento de la vivienda y equipamientos en Chile, agravado en los últimos dos años, buscan establecer mecanismos que disminuyan las desigualdades en acceso al territorio, favoreciendo un trabajo descentralizado, contener y reducir el déficit habitacional, y avanzar en sus principios rectores que son la equidad territorial, diversidad, participación y seguridad de toda la comunidad.
Manuel Díaz, académico de la
Universidad de Las Américas